Este es un período indudablemente crítico que influirá en la supervivencia a largo plazo de un estado armenio independiente. Creemos que el primer paso para lograr el éxito es trabajar hacia la curación nacional. Esto incluye gestionar las relaciones con las fuerzas de la oposición en el parlamento con un espíritu de reconciliación y cooperación, reconociendo que un gobierno dividido que opera en un entorno regionalmente frágil pone al país en mayor riesgo. Es hora de respaldar una visión unificada para el futuro de Armenia con una prioridad inmediata en garantizar la soberanía y la seguridad del país.
Alentamos respetuosamente a los líderes actuales a esforzarse activamente por cumplir con los sellos distintivos de una democracia en funcionamiento, entre ellos la transparencia, la inclusión y el compromiso abierto con la sociedad civil, incluso en toda la diáspora armenia. Nuestra joven democracia debe centrarse en construir las instituciones necesarias de la manera correcta. El camino a seguir requiere una coalición en la que el gobierno dé la bienvenida a expertos y talentos tanto de Armenia como de la diáspora para ayudar a desarrollar una hoja de ruta clara para un futuro mejor.
Todos los armenios juegan un papel en este proceso de curación y reconstrucción. Como la organización sin fines de lucro armenia más grande del mundo con una presencia de hace 115 años en la patria, entendemos lo que se necesita para superar el trauma nacional profundo. Y reconocemos la importancia de restaurar la esperanza y la resiliencia a medida que nuestra gente enfrenta preocupaciones muy reales sobre sus perspectivas socioeconómicas, su salud y seguridad y, por supuesto, el futuro de sus hijos en un mundo incierto.
Hemos demostrado el valor y la buena fe de la Diáspora al apoyar la condición de Estado armenio en innumerables ocasiones durante los últimos 30 años, y sabemos que esta dedicación continuará, ya que Armenia sigue siendo nuestro orgullo y el garante de nuestra identidad.
Reconstruyamos nuestra nación identificando y respetando los talentos y fortalezas de los demás y dándoles un uso productivo. Se lo debemos a la próxima generación y a aquellos que hicieron el máximo sacrificio por la libertad y la justicia de nuestro pueblo.
En la unidad está la fuerza.