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UGAB - Doctora Tsoline Kojaoghlanian
La mejor práctica
09 de Enero de 2021

La doctora Tsoline Kojaoghlanian, especialista en enfermedades infecciosas, y su compromiso con la comunidad

Cuando el COVID-19 comenzó su inexorable propagación en los Estados Unidos, ante la ansiedad en masa y la confusión con cada repunte de “la curva”, los profesionales de la salud armenios y sus comunidades tuvieron la ventaja de contar con la competente doctora Tsoline Kojaoghlanian. A pesar de tener una realidad profesional que la superaba, la doctora Kojaoghlanian sintió el urgente llamado interno de servir a su comunidad dando consejos e información práctica. Así pudo entrar en cada hogar a través de las reuniones de Zoom, Facebook e internet, respondiendo preguntas y aconsejando a las familias cómo cuidarse y evitar el contagio.

Como miembro del consejo directivo de la Organización Armenio-Americana de Profesionales de la Salud (AAHPO), la Dra. Kojaoghlanian sintió el llamado de servir a su comunidad tan pronto como las noticias del virus comenzaron a circular en la comunidad médica a comienzos de 2020.

 “Me contacté con los miembros de AAHPO. Como especialista en enfermedades infecciosas, les expliqué que este virus era muy serio. Esta es mi especialidad, mi meta. Sabía que informando a mi comunidad, sea esta armenia, libanesa, mis vecinos, o mis amigos, podía ayudar dándoles información científica.”  

La organización AAHPO respondió inmediatamente. Comenzando en febrero, la Dra. Kojaoghlanian envió una serie de emails con información acerca del virus a todos los miembros y socios de AAHPO, como así también a las iglesias armenias y las ONG. Inmediatamente después, AAHPO organizó un espacio digital con la doctora Kojaoghlanian donde se asesoraba sobre síntomas y testeos, inclusive cuando la curva llegó a su pico más alto en Nueva York. “Al principio, mi objetivo fue informar y aliviar la ansiedad de la gente. Sentí que, si podía dar algún consejo que cambiara la vida de un grupo de personas, ya podía decir objetivo cumplido.”

La Dra. Tsoline Kojaoghlanian ha realizado muchas publicaciones médicas en el área de pediatría relacionadas con el COVID-19. En mayo de 2020 el síndrome Multisystem Inflammatory Syndrome in Children (MIS-C) (síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico) comenzó a presentarse en niños que exhibían una severa inflamación multiorgánica.  Si bien el síndrome MIS-C no es frecuente y la mayoría de los niños se recuperan, es un ejemplo intimidante de lo poco que se sabe acerca del virus.

“Nací en Beirut y toda mi niñez y escolaridad fue interrumpida, como ahora la pandemia está obstaculizando la educación de los niños. Hemos atravesado tiempos muy difíciles,” recuerda la Dra. Kojaoghlanian. “Pero cuando estás rodeado de una familia cariñosa y de buenos amigos, aprendes a tomar las cosas como vienen.”

Segunda generación de armenios-libaneses, hija de un farmacéutico y ex alumna de la Unión General Armenia de Beneficencia, UGAB, la Dra. Kojaoghlanian asistió a las escuelas Nazarian y Tarouhy-Hagopian de UGAB.

1Kojaoghlanian completó sus estudios en la secundaria Jesus and Mary School en Rabweh, Beirut donde continuó destacándose en sus estudios. Como aquellos que han tenido que atravesar guerras y los desafíos de emigrar de su tierra natal, la Dra. Kojaoghlanian demostró tenacidad y coraje; “Nada llega sin sacrificios,” señaló.

Su amor por la ciencia continuó y se graduó en la Universidad Americana de Beirut, renombrada Escuela Médica.

Cuando llegó el momento de la residencia, su elección fue los Estados Unidos. Al visitar Nueva York por primera vez mientras hacía su residencia en la Universidad Upstate Medical de Syracusa, Kojaoghlanian se enamoró de la ciudad que finalmente se convirtió en su nuevo hogar.

 “Nueva York me recordaba a Beirut. Me encantó su bullicio y movimiento caótico y sus habitantes súper ambiciosos; pensé si voy a vivir en otro lado lejos de mi familia, prefiero que sea una ciudad como en la que crecí, con esa locura a la que estoy acostumbrada.”

Completó su beca universitaria en el Hospital de Niños de Nueva York en Montefiore, enfocando su investigación en adenovirus y luego como profesora de enfermedades infecciosas pediátricas  por 15 años, mientras dictaba clases de inmunología y microbiología en el Albert Einstein College de Medicina. Recientemente, cuando la pandemia golpeó fuerte, la Dra. Kojaoghlanian pasó a integrar el staff médico del Hospital de Niños Maimonides. Sus antecedentes y dominio científico, le permitieron combinar las innumerables horas dedicadas al hospital con horas dedicadas a su comunidad.

“El viajar en transporte público donde el virus estaba latente, me cargó de preocupación y de culpa ya que podía llevar el virus a mi familia; inclusive envié las contraseñas de todas mis cuentas y mi testamento a mi familia en Beirut… como cualquier persona estaba atravesando una catarata emocional, pero sabía que la única forma de poder ayudar y aliviar mis emociones era continuar con mi trabajo de servicio a mi comunidad”, confesó.  

Así la doctora concluye con una pizca de optimismo infeccioso: “Sabemos qué conducta debe adoptar la gente para estar a salvo, usar máscaras y evitar los encuentros sociales en lugares cerrados. Hay muchas vacunas en proceso de desarrollo. Tenemos cientos de científicos que se han reunido para alcanzar lo inalcanzable. Muchas vallas se han roto en la historia de la medicina, debemos tener fe y esperanza. El conocimiento es nuestra mejor arma para combatir esta pandemia, no hay que desesperar”.  

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