Desde Jujuy nos informan el fallecimiento de la señora Hayrenik Eliazarian, de 97 años, docente, escritora y poeta, en la hermana del ex intendente de Humahuaca, Aram.
Hayrenik fue regente de la Escuela Normal Superior de Humahuaca y profesora. La familia Eliazarian llegó a la provincia de Jujuy primero a la localidad de El Carmen, y luego se trasladaron a Humahuaca, donde ambos hermanos desarrollaron sus carreras en las que llegaron a destacarse y ser muy queridos y respetados por toda la comunidad.
Nunca olvidaron sus raíces armenias. Hayrenik (hermoso nombre que en armenio significa “Patria”), dedicó a Armenia varios escritos.
Aquí compartimos uno de sus bellos poemas, con el que la recordamos y le deseamos un eterno descanso en paz:
“Yo te he visto en mis sueños infantiles,
detenida en el tiempo, pretérita y lejana,
joya de la tradición y de leyenda,
gobelino oriental, bordado entre los ocres y los granas.
Yo te he visto incrustada entre montañas,
tierras altas de pan y miel,
escondiendo modesta y milenaria tu estirpe pastoril, tu grey serrana.
Yo soñé con tus noches invernales,
con aullidos de lobos y nieves blancas,
con el hogar, bastión de la familia,
perfumado de viandas, pan con aceite,
manteca y leche de cabra…
Y pensando en abuelas hilanderas,
en jóvenes pudorosas y hombres fuertes,
me pareció escuchar pasajes bíblicos,
relatos de patriarcas reverentes.
Yo soñé con tus bellas primaveras
de aires puros y arroyos cristalinos,
olorosos a menta y yerbabuena,
que corriendo entre verdes y violetas,
impregnaban de flores las laderas.
¡Oh tierra de mi padre y mis abuelos!
Cuántas veces mi loca fantasía
cruzó las millas de los mares tercos,
para ir a abrazar tus horizontes
y descifrar tu encanto y misterio.
¡Madre de razas, torreón del cristianismo!
Es tu monte Ararat cofre sagrado
del arca de Noé, el justo y bueno.
Yo te he visto, llorosa y temeraria,
defender del infiel tu fe y tu bandera.
Te he visto indefensa, abandonada,
sostener tu honor con heroica fiereza,
con hidalgo valor y bizarría
Si la muerte no gana a esta mi vida,
llegaré a Ereván, la prometida,
y con alma contrita deshojaré tus siglos,
viajando en los caminos polvorosos
de tu eterna, armoniosa geografía.
Me internaré en la vida de tus gentes
para sentir, como sentí de niña,
la familiar presencia de mi padre,
el que supo alimentar mi fantasía.
Y besaré tus piedras, adelgazadas por el tiempo,
que saben del quehacer de mis vuelos,
de sus chozas serranas y sus búfalos mansos,
que saben de pastores y labriegos,
de guerreros heroicos y curas santos,
de mujeres sencillas y piadosas,
sabías y dignas como tú, ¡Oh Armenia!
Que amamantas la fuerza de tu pueblo,
aunque lejos se halle de tu suelo”.
Elevamos una oración en su memoria.
Que Dios ilumine su alma y que descanse en paz.
Asdvadz hokin lusavore.