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Opinion - Suren Sargsian, politólogo
Ha comenzado un cambio en las relaciones ruso-estadounidenses: ¿qué significa para Armenia?
17 de Febrero de 2025

Hace unos días, tras tres años de silencio, Estados Unidos y Rusia interactuaron por primera vez al más alto nivel. Este esperado evento fue seguido de cerca por las naciones afectadas por la brutal guerra en curso entre Rusia y Ucrania, heredada a esta última por la administración Biden.

La postura del presidente estadounidense Donald Trump sobre este tema es multifacética y requiere consideraciones desde varios ángulos. En el plano interno, se opone a gastar miles de millones de dólares en Ucrania y a prolongar la guerra. Desde el punto de vista de la política exterior, el principal objetivo de su administración ha sido contrarrestar a China, siendo una estrategia clave la de aislarla de Rusia o al menos hacer que Rusia sea neutral. Sin embargo, este objetivo se ha visto complicado por las sanciones estadounidenses contra Rusia, que han obligado a este último a depender más de China para obtener bienes, productos, tecnología y recursos. Trump anunció una posible reunión en Arabia Saudita, una opción interesante dadas las numerosas alternativas como India, Hungría, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos u otros países que mantienen buenas relaciones tanto con Rusia como con los EE.UU.

Esta decisión pone de relieve el objetivo de Estados Unidos de contrarrestar a China, ya que Arabia Saudita ejerce una influencia considerable sobre Rusia y tiene fuertes vínculos con ese país. Además, si bien Arabia Saudita era un aliado estratégico de Estados Unidos y un oponente clave de Irán, recientemente estableció relaciones diplomáticas con Irán a través de la mediación de China, lo que subraya la creciente influencia de China en los asuntos globales, particularmente en Medio Oriente.

La creciente influencia de China en Medio Oriente, Asia y Eurasia también plantea un desafío para Moscú. Si bien sus intereses se alinean en contra de la postura antirrusa y antichina de Washington, es difícil creer que Rusia no vea a China como su principal competidor en África y, más críticamente, en Medio Oriente y Asia Central, que son regiones vitales para los intereses rusos. Para reducir la influencia china sobre los saudíes, Estados Unidos podría necesitar también algún apoyo de Rusia.

La conversación telefónica entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia duró aproximadamente una hora y media y abarcó diversos temas, incluidas las asociaciones comerciales entre los dos países. Para que se produzca el comercio, Washington tendría que levantar las sanciones impuestas por la administración Biden. De hecho, Trump es el único líder estadounidense con una influencia significativa tanto sobre Ucrania como sobre Rusia. Si bien su influencia sobre Kiev es evidente, su influencia sobre Moscú se materializa en unas 25.000 sanciones, que puede utilizar como herramienta de negociación para negociar un posible tratado de paz con Ucrania. Por supuesto, no todas se levantarán, pero una cantidad significativa de sanciones podría levantarse si se llega a un acuerdo. A modo de comparación, se han impuesto unas 8.000 sanciones a Irán desde la revolución iraní de 1979.

Según el comunicado oficial, durante la conversación se trataron temas como el arreglo del Cercano Oriente y el programa nuclear iraní, lo que significa que existe un entendimiento global entre ambos países sobre estos importantes temas.

Además, el presidente ruso invitó al presidente Trump a visitar Moscú y manifestó su disposición a recibir a funcionarios estadounidenses en Rusia para trabajar en áreas de interés mutuo, incluida la solución del problema de Ucrania. El presidente Vladimir Putin y Trump acordaron continuar los contactos personales, incluida la organización de reuniones cara a cara. No se puede descartar que la próxima reunión después de Arabia Saudita pueda tener lugar en Moscú.

La base para hacer tal suposición es la siguiente: después de una llamada telefónica de 90 minutos con Putin, Trump declaró en su cuenta "Truth Social" que reflexionaron sobre la historia compartida de sus naciones y su exitosa colaboración durante la Segunda Guerra Mundial, y destacó las pérdidas significativas que sufrieron tanto Rusia como los EE. UU.. Escribió que Putin invitó a Trump a visitar Moscú y se ofreció a recibir a funcionarios estadounidenses para discutir intereses mutuos, incluida la situación en Ucrania. Acordaron mantener una comunicación personal y considerar reunirse en persona.

Por ello, Trump podría visitar Moscú el 9 de mayo para participar en las celebraciones por el 80 aniversario de la victoria de los Aliados sobre la Alemania nazi en 1945. La última vez que un presidente estadounidense hizo un viaje de este tipo fue en 2005, cuando el presidente George W. Bush visitó Moscú para seguir el Desfile de la Victoria junto con otros líderes mundiales.

Existe un consenso generalizado sobre el hecho de que unas relaciones normales entre Moscú y Washington pueden favorecer la concertación de acuerdos conjuntos en diversos ámbitos, promoviendo la estabilidad y la previsibilidad de los asuntos mundiales. Parece que el presidente Trump también piensa así.

El cambio en las relaciones ruso-estadounidenses es significativo para Armenia. El gobierno del primer ministro Nikol Pashinian ha intentado mostrar lealtad a Occidente, favoreciéndolo por sobre Moscú. Sin embargo, parece que Washington se inclina por Moscú.

Durante su visita a Europa, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, hizo comentarios notables sobre la visión del presidente Trump para la política exterior de Estados Unidos con respecto a Europa, Rusia, Ucrania y China. Indicó que devolver a Ucrania a sus fronteras anteriores a 2014 es "un objetivo poco realista" para cualquier acuerdo de paz y afirmó que Trump no apoya la membresía de Ucrania en la OTAN como parte de un acuerdo. En cambio, Hegseth propuso que las garantías de seguridad para Ucrania deberían incluir tropas europeas y no europeas capacitadas. Instó a los aliados europeos de la OTAN a asumir la responsabilidad principal de su defensa y sugirió que la reducción del número de tropas estadounidenses en Europa podría ser parte de las negociaciones con Rusia para resolver el conflicto de Ucrania. Hegseth también negó las acusaciones de que Estados Unidos está traicionando a Ucrania al iniciar negociaciones sobre su futuro sin la plena participación de Kiev.

Lo más importante es que anunció un cambio en las prioridades de seguridad de Estados Unidos, haciendo hincapié en la seguridad interior por sobre la defensa europea y destacando el desafío que plantea China a Estados Unidos. Esto sugiere que Washington y Occidente pueden perder interés en una postura antirrusa o en cambios en la política exterior respecto de los países o regiones vecinos de Rusia. Es probable que Rusia y Estados Unidos también alineen sus políticas y prioridades en varias regiones, incluido el Cáucaso Sur.

Esto indica un bajo interés en Armenia, y la ley de integración europea aprobada por el parlamento armenio apenas horas antes de la llamada telefónica entre Trump y Putin, que marca un cambio en sus relaciones, puede haber sido inoportuna.

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