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Opinion - Suren Sargsian, investigador, analista y experto en política exterior estadounidense.
La visita de Pashinyan a Washington tenía un propósito específico
08 de Febrero de 2025

La política exterior estadounidense avanza rápidamente bajo el concepto “America First” (Estados Unidos primero). Sin embargo, los expertos tardan en comprender las prioridades de la política exterior del presidente Donald Trump, y los líderes extranjeros necesitan un contacto directo con su equipo para tener clara sus posiciones. Una cosa es cierta: la política exterior de “Estados Unidos primero” no es negociable y otros países tendrán que adaptarse a ese enfoque, como ya lo han hecho Panamá, El Salvador y Colombia. Armenia no es una excepción en este contexto.

Debido a errores de cálculo, las autoridades armenias se alinearon con los demócratas, esperando la victoria en las elecciones y la asunción de la presidencia de Kamala Harris, con el objetivo de asegurar el apoyo financiero y político al primer ministro Nikol Pashinian, así como unas relaciones bilaterales estables, durante al menos cuatro años.

Sin embargo, esta dependencia a un partido y la falta de diversificación de la política exterior colocan a Armenia en una posición difícil. Por un lado, los armenios se vincularon estrechamente con los demócratas, mientras que por el otro, sus relaciones con la administración Trump se deterioraron debido a las opiniones conservadoras y religiosas del equipo de Trump. Las autoridades armenias no son ni conservadoras ni particularmente religiosas, y su relación tensa con la Iglesia Apostólica Armenia complica aún más la situación.

En estas circunstancias, para Pashinian era vital comprender los enfoques y la política exterior de la administración Trump en el Cáucaso Sur y establecer contacto con esa administración lo antes posible para obtener respuestas a preguntas existenciales.

Como Pashinian no fue invitado a la toma de posesión del cargo de Trump, a pesar de que Armenia había firmado una carta de asociación estratégica con Estados Unidos unos días antes, Pashinian se vio obligado a viajar a Washington en la primera oportunidad, para intentar reunirse con el establishment político y los tomadores de decisiones estadounidenses.

Así, se encontró la oportunidad. Nikol Pashinian visitó los Estados Unidos. El pretexto de la visita fue la participación en la Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa y el Desayuno Nacional de Oración. Estos eventos estaban programados del 2 al 5 de febrero y se celebran anualmente en la capital, Washington. Formalmente, esto sirvió de base para la visita de Pashinian a Washington, que, como ya se mencionó, comenzó el 3 de febrero y finalizará el 7.

En realidad, para Pashinián era vital entender en qué dirección se desarrollaría la política exterior de la administración Trump en el Cáucaso Sur. ¿Podrá contar con el apoyo de Estados Unidos? ¿Le proporcionará la administración Trump el apoyo económico, financiero y político que le había proporcionado hasta entonces la administración Biden?

No se trata sólo de la asistencia financiera y técnica que brinda USAID, sino, lo que es más importante, del apoyo político de la administración estadounidense a la agenda de Pashinian, en particular en cuestiones de política interna. Esta es probablemente la pregunta más importante, de la que se derivan todas las demás preguntas y sus respuestas de una manera u otra.

Para Pashinian es crucial entender la posición de la administración, en las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán. Debe determinar si el equipo de Trump está dispuesto a seguir mediando un tratado de paz, ya que el 90 por ciento del acuerdo ya se ha establecido con la mediación de Biden, dejando solo unas pocas cuestiones claves sin resolver. ¿Querría Trump asumir la mediación en esta etapa avanzada, posicionándose potencialmente como una figura clave en el acuerdo y acercándose al Premio Nobel de la Paz que tanto anhela?

Pashinian necesita determinar el interés de la administración Trump en su concepto de “encrucijada de paz” y el alcance de su posible apoyo. Esta idea también involucra a Irán, Rusia y otros actores regionales, lo que significa que una postura negativa de Washington podría condenarla al fracaso. La influencia de Turquía, un aliado estratégico de Estados Unidos y vecino de Armenia, junto con los recientes acontecimientos en Georgia y la postura de la nueva administración, complican aún más la situación.

Pashinian debería aclarar si Estados Unidos seguirá actuando como mediador en la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía, como lo ha hecho desde 1991. Necesita garantías a este respecto; sin ellas, habrá poca presión externa sobre Turquía para avanzar en el proceso de normalización. Las difíciles negociaciones entre Armenia y Turquía podrían fácilmente convertirse en un importante fracaso de política exterior para Pashinian, con graves consecuencias.

Por último, Pashinyan debe evaluar la política de Trump hacia Irán y Rusia para determinar su capacidad de maniobra para interactuar con esas naciones, especialmente dadas las tensiones en las relaciones entre Armenia y Rusia y el estancamiento de las relaciones entre Armenia e Irán, derivadas de los intentos de Armenia de afirmar su lealtad a Occidente. Si se produce un cambio en este requisito de lealtad, en particular si las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se normalizan, puede enfrentar desafíos. Además, Pashinyan tratará de evaluar el interés de la administración Trump en la asociación estratégica entre Armenia y Estados Unidos y las prioridades de Estados Unidos con respecto a Armenia. La implementación de la Carta Estratégica entre Armenia y Estados Unidos depende en gran medida de la voluntad política de la administración Trump.

La visita de Pashinian a Washington tiene como objetivo conseguir apoyo político. Entiende que no recibir respuestas favorables a sus preguntas podría indicar una pérdida de respaldo en Washington, distinto del que disfrutó durante la administración Biden. Esta preocupación gira principalmente en torno al apoyo político que pueda recibir y ese, es el verdadero propósito de su viaje a Washington.

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