La apertura del ferrocarril fue objeto de intensos debates entre los dirigentes de Armenia y Azerbaiyán en 2021-22, durante las negociaciones mediadas por Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. En aquel momento, incluso se anunció un acuerdo según el cual el control fronterizo y aduanero debería funcionar según el principio de reciprocidad.
El gobierno armenio incluso hizo cálculos preliminares estimando que la construcción del ferrocarril costaría 200 millones de dólares. Sin embargo, la parte armenia esperaba que se firmaran los acuerdos antes de que comenzara la construcción, lo que no ocurrió.
Durante ese período, Bakú siguió promoviendo la agenda del llamado Corredor Zangezur, y Ereván insistió en que cualquier lógica extraterritorial detrás de la carretera que atravesara su región sureña de Syunik sería una línea roja para él.
A pesar de los informes sobre las discusiones sobre la restauración del transporte de carga, Aghazarian advirtió que era demasiado pronto para hablar sobre el abandono de Azerbaiyán de su agenda de asegurar un corredor a través de Armenia hasta su enclave occidental de Najichevan, que Armenia no controlaría.
“Su objetivo es ‘Azerbaiyán Occidental’ y estamos luchando para frustrar esos objetivos”, enfatizó Aghazarian, refiriéndose a las repetidas declaraciones hechas en Bakú en diferentes niveles sobre “tierras históricas azerbaiyanas” en la actual Armenia.
La fuente también dijo al Servicio Armenio de RFE/RL que durante sus conversaciones en Kazán, los líderes de Armenia y Azerbaiyán no llegaron a ningún acuerdo específico sobre la posible conclusión de un tratado de paz.
Estados Unidos y otros socios internacionales de Armenia y Azerbaiyán han expresado reiteradamente su apoyo a un tratado de paz entre las dos naciones del Cáucaso Sur, alentándolos a finalizarlo ya este año.
Marco del acuerdo fronterizo
Los presidentes de Armenia y Azerbaiyán han validado un acuerdo marco sobre la delimitación de la larga frontera entre los dos países.
El acuerdo, firmado el 30 de agosto, contiene “reglamentos” para las actividades conjuntas de las comisiones gubernamentales de Armenia y Azerbaiyán que se ocupan del proceso de delimitación, pero no especifica qué mapas u otros documentos legales se utilizarán para tal fin.
El reglamento dice que el proceso se basará, a menos que se acuerde otra cosa, en la Declaración de Alma-Ata de 1991, en la que las ex repúblicas soviéticas recientemente independizadas reconocieron las fronteras de la era soviética de cada una. A principios de este mes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán restó importancia jurídica a esa declaración, diciendo que "no tiene nada que ver con la cuestión de dónde se encuentran las fronteras de los estados miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y qué territorios pertenecen a qué país".
El parlamento armenio, controlado por el partido del primer ministro Nikol Pashinian, ratificó las normas el 23 de octubre en medio de fuertes críticas de la oposición. Los legisladores de la oposición señalaron la falta de detalles, diciendo que sólo podría ayudar a Azerbaiyán a obtener más concesiones territoriales de Armenia y a conservar las zonas fronterizas armenias confiscadas a principios de la década de 1990, así como en 2021-2022.
El presidente Vahagn Khachaturian firmó el proyecto de ley de ratificación el 24 de octubre por la noche. La oficina del presidente azerbaiyano Ilham Aliyev anunció el 25 de octubre que él también había aprobado formalmente el acuerdo fronterizo.
El anuncio se produjo un día después de que Aliyev y Pashinyan se reunieran en el marco de una cumbre de los BRICS celebrada en la ciudad rusa de Kazán. Los informes oficiales de las conversaciones indicaron que discutieron los esfuerzos en curso para negociar un tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán, así como para delimitar la frontera.
A las conversaciones de Kazán asistieron los viceprimeros ministros de las dos naciones que firmaron el acuerdo el 30 de agosto, más de cuatro meses después de que Pashinian aceptara polémicamente ceder cuatro zonas fronterizas en disputa, a Azerbaiyán. La transferencia unilateral de tierras desencadenó manifestaciones masivas contra el gobierno en Ereván, en mayo y junio. Pashinian afirmó en marzo que Azerbaiyán atacará a Armenia a menos que recupere el control de esas zonas.