A medida que se acercan los días de la conferencia COP29, escuchamos a menudo declaraciones de Bakú sobre el aplazamiento del llamado período de prueba en los juicios de los armenios de Artsaj capturados y secuestrados, especialmente de los líderes militares y políticos. Al parecer, el régimen de Aliyev no quiere crear un escándalo antes de la conferencia, lo cual es muy importante para la purificación de su imagen, en vista del interés en algunas plataformas internacionales en su condena. Desafortunadamente, no hay muchas de estas plataformas, pero pueden aumentar y volverse más influyentes si las sentencias judiciales se publican en este momento. Y nadie puede dudar de que estos juicios serán duros y duraderos. Tampoco hay duda de que esos veredictos punitivos ya están listos bajo la mano o el martillo de los jueces azerbaiyanos, que se publicarán en el momento adecuado, creando la ilusión de un proceso judicial "adecuado".

El régimen dictatorial de Aliyev también tiene mucha confianza en este tema. Si el primer pilar de la confianza de este último, es la actitud Pilatos de Rusia en este asunto, recordemos las declaraciones de Putin y luego de Zajárova, entonces el segundo y más sólido, es la indiferencia sistemática del Ereván oficial sobre el mismo tema. La impresión es que existe un acuerdo tácito entre Ereván y Bakú, entre Aliyev y Pashinian, especialmente en la dirección de mantener el liderazgo de Artsaj en las prisiones azeríes, cuanto más tiempo mejor. La nueva prueba de lo dicho, nos la dipo apenas unos días pasados, el presidente del Parlamento, Alen Simonian, en Bruselas, al declarar "legal" la agresión azerbaiyana contra la República de Artsaj, con todas sus consecuencias: masacre, secuestro, ocupación. de los territorios nativos de 14 mil km2, deportación de toda la población nacional, etc..

El problema de Aliyev es simple: resolver la venganza de la derrota de su padre, por así decirlo, la venganza familiar, el revanchismo (palabra que tanto temen los miembros del partido oficialista Pacto Civil), y de la mano, la ocupación de nuevos territorios de los armenios, además de hacer la anexión de Artsaj en forma permanente, la invalidez de la  Constitución de la República de Armenia y en general la subyugación de cualquier gobierno armenio por parte de él. Por lo tanto, mantener a los rehenes encerrados permanentemente es una garantía adicional para sofocar la aspiración del regreso de los armenios de Artsaj que se quedan sin cabezas o líderes para volver a su embrión.

El gobierno de Nikol Pashinian también está interesado en mantener a los rehenes tras las rejas, y ve en ello su futura existencia. Los líderes de Artsaj, que se convirtieron en rehenes, conocen mejor y en detalle las verdaderas razones de las sucesivas derrotas, los pliegues de la actual "política del cuco" y, especialmente, los actores. Por lo tanto, si los rehenes son liberados, todo puede ponerse patas arriba y arruinar las cartas de todos.

Por eso Pashinian y sus partidarios se esconden en el tema de la defensa de la liberación de rehenes, contrariamente a los llamados de Luis Moreno Ocampo y otras figuras y organizaciones internacionales en esta dirección. Es más, Pashinyan, esta es la enésima vez, cuestiona las actividades de nuestros líderes reprimidos y especialmente el propósito del traslado a Artsaj, del Ministro de Estado, Ruben Vardanian. Dudas que contagia también a los demás, acusándolo de corrupción y otros "pecados".

Lo extraño es que algunos representantes de la oposición también recurren al mismo argumento con diferentes énfasis, particularmente cuando hablan del cuarto presidente, Araik Harutyunian. Así, el gobierno y la oposición culpan con dudosas sospechas a las personas privadas de la legítima defensa. En el lenguaje de los ladrones, "argumentan" la injusticia de Azerbaiyán contra nuestros rehenes, justificando así su castigo con nuevos argumentos...

Así, mientras los pueblos progresistas del mundo, las organizaciones armenias y extranjeras, en vísperas de la COP29, están tratando de sacarlos de las cárceles azerbaiyanas, con la exigencia de justicia y humanidad a nuestros rehenes, estos últimos aparecieron en la telaraña azerbaiyana-armenia.

¡Qué vergüenza para nosotros!