Pronto comenzarán los juicios contra los dirigentes político-militares de Artsaj, recluidos en las prisiones de Bakú. No sabremos en qué condiciones inhumanas fueron retenidas esas personas, qué y cómo las obligarán a declarar.
No sabemos qué escenarios ha preparado Bakú, para dar una imagen de humillación individual y nacional. Seremos testigos de una falcedad histórica. Ni siquiera sabemos por qué Bakú retiene a esa gente.
¿Tenemos alguna estrategia desarrollada sobre cómo responderemos a esa prueba, cómo prepararemos a nuestra sociedad para ello?. ¿Entendemos el impacto que experimentará nuestra sociedad ya destrozada?. ¿Entendemos lo que nos ofrecerá para desmoralizar nuestro sistema público ya derrotado y destruido?.
No estoy preguntando si las autoridades están preparadas pués sabemos que no están preparados para nada y desde hace mucho tiempo no rinden cuentas ante nuestra sociedad y nuestro pueblo. Me refiero a otros círculos políticos y sociales, con un grado de liderazgo.
Nos enfrentaremos a escenarios y fenómenos más difíciles. ¿Tenemos un plan para responder a esto y preparar adecuadamente a nuestra sociedad?. ¿O, como siempre, no estamos preparados para nada?. ¿Entendemos que no sólo están siendo juzgados ellos, sino todos nosotros, todo el pasados y el futuro, y con ello quieren destruir nuestro futuro?. Los llamados y acciones de soporte local no son en absoluto lo que se requiere. Necesitamos tácticas y mecanismos adecuados para funcionar durante mucho tiempo. Hay que tomar decisiones frías.
Cualquier decisión debe basarse en los siguientes principios:
1. Apoyo incondicional a los cautivos
2. Todo lo que digan estas personas durante el "juicio" son palabras pronunciadas en condiciones de opresión inhumana y, por lo tanto, no tienen ningún significado.
3. Debería haber tal apoyo en Armenia y en el mundo armenio, que la comunidad internacional entienda lo que está sucediendo y no pueda esconderse en su comodidad.
4. Debe haber tal apoyo y unificación en el campo político-público, que sanee el campo y aclare las aguas.
El aspecto organizativo de todo esto es muy importante. Y quienes tienen recursos deben recordar que también es gracias a esas personas o a las victorias de esas personas que hoy tienen esos recursos.
El aspecto ideológico de todo esto es muy importante. Alguien debería moderar. El Obispo (Bagrat), puede hacerlo, y será una obra y una misión muy importante. Alguien más puede hacerlo, pero debe haber un círculo influyente que haga más que llamados y desarrolle tácticas para afrontar un problema difícil.