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Opinion - Suren Sargsian, investigador, analista y experto en política exterior estadounidense.
Pequeños reactores modulares: un dilema geopolítico para el futuro energético de Armenia
07 de Octubre de 2024

Entre las prioridades políticas importantes de la administración Biden está la creación de un sector eléctrico libre de carbono para 2035. Para lograr este objetivo, las autoridades estadounidenses, están considerando la energía nuclear, que representó el 19% de la producción total de energía del país en 2023.

Sin embargo, la construcción de nuevos reactores es una tarea costosa y que requiere mucho tiempo, lo que ha llevado a Estados Unidos a buscar alternativas. Una de ellas, que ahora cuenta con el apoyo y la promoción activa de las autoridades estadounidenses, son los llamados "Pequeños Reactores Modulares", (SMR, por sus siglas en inglés).

Actualmente, solo Rusia y China han construido con éxito estos reactores. Por ello, dado que los únicos SMR en funcionamiento se encuentran en países que Estados Unidos considera sus rivales geopolíticos, resulta cada vez más vital para Estados Unidos, construir su primer SMR, aunque, según los expertos, estas centrales no alcanzarán su fase comercial hasta la década de 2030.

Teniendo en cuenta la alta prioridad de la cuestión, la idea de los SMR, se promueve ampliamente en los EE. UU., en particular por el Departamento de Energía de ese país. Según la Oficina de Energía Nuclear del Departamento de Energía de los EE. UU., se espera que los SMR, presenten diseños más simples, plazos de construcción más cortos y costos de implementación más bajos. Por lo general, los SMR pueden generar entre varias docenas y 300 megavatios de energía.

Según el departamento, los SMR ofrecen una serie de ventajas: son más pequeños y pueden ocupar un área pequeña en comparación con las grandes centrales nucleares y requieren menos inversión. Además, los SMR ofrecen mayores beneficios de seguridad. Por esta razón, el Departamento ha brindado un apoyo significativo a los SMR emergentes que están siendo sometidos a revisión de licencia por parte de la Comisión Reguladora Nuclear y es probable que estén operativos a fines de la década de 2020 o principios de la de 2030.

A medida que el sector energético evoluciona, aumenta la necesidad y la demanda de soluciones energéticas más limpias y económicas. Por eso los reactores SMR se han convertido en un tema de debate tan popular. A pesar de que los defensores de los SMR afirman que estas tecnologías pueden desempeñar un papel revolucionario en el campo de la energía nuclear, convirtiéndose en una alternativa más segura a los reactores tradicionales, las investigaciones más profundas realizadas por algunos analistas ofrecen un panorama menos positivo, plagado de desafíos económicos, de seguridad y de otro tipo.

El mayor desafío es probablemente el económico. Los SMR se promocionan como más económicos que los reactores grandes, pero las investigaciones muestran que los reactores más pequeños producen, en general, electricidad más cara que los reactores grandes. El factor precio ha jugado un papel decisivo en la cancelación de dos proyectos de SMR en Estados Unidos: “NuScale Power” y “Generation mPower”. El proyecto “NuScale”, que planeaba construir un SMR de 460 megavatios y 6 unidades en Idaho, se estimó en más de 20.000 dólares por kilovatio. Esta cifra es significativamente más alta que el costo del diseño del reactor grande “Vogtle”, que cuesta alrededor de 15.000 dólares por kilovatio, mucho más barato que del reactor más pequeño. Para el otro proyecto, “Generation mPower”, las empresas conjuntas gastaron más de 375 millones de dólares, además de una contribución de 111 millones de dólares del Departamento de Energía de Estados Unidos, que además de ser una inversión significativa, no dio como resultado la construcción de ningún SMR.

También se supone que generar menos electricidad reportará menos ingresos y los costos de construcción serán mucho más altos. Por ello, debido a su falta de rentabilidad, los SMR se cierran incluso antes de estar operativos y no entran en la fase comercial. No es casualidad que casi la totalidad de las más de 70 iniciativas en desarrollo en todo el mundo, aún estén en la fase de diseño.

Además de las consideraciones económicas, también hay cuestiones relacionadas con la seguridad y los residuos radiactivos. Los reactores pequeños se promocionan como una opción más segura que los grandes reactores, pero un tamaño menor no implica una mayor resistencia a los desastres naturales y son tan vulnerables a ellos como las grandes centrales nucleares actuales. Además, la cantidad de residuos radiactivos, no va a experimentar cambios importantes, ya que los reactores pequeños producirán tantos isótopos altamente radiactivos como los reactores grandes por unidad de calor generada.

Ambos proyectos de construcción de reactores de pequeño tamaño en Estados Unidos, preveían inicialmente costes diferentes y preveían la venta de electricidad a los consumidores a un precio más asequible, pero al final los costos iniciales de construcción de los reactores se duplicaron, lo que la convirtió en una fuente de electricidad muy cara. Ahora la administración estadounidense está promoviendo la idea de construir reactores de pequeño tamaño en Armenia. Sin embargo, teniendo en cuenta que los planes de construcción de reactores de pequeño tamaño en Estados Unidos no han tenido éxito, a pesar del importante apoyo del gobierno estadounidense, la cuestión de la construcción de reactores de pequeño tamaño en Armenia debería convertirse en un tema de debate serio.

Recientemente, el Primer Ministro de Armenia confirmó que se ha tomado la decisión estratégica de que Armenia posea un SMR. El Primer Ministro mencionó en su discurso que Armenia ha recibido varias ofertas de diferentes países, pero aparentemente las autoridades armenias están más inclinadas a trabajar con los EE. UU. en este tema, basándose principalmente en consideraciones geopolíticas. Esta podría ser una manera de establecer relaciones más estrechas con Occidente y diversificar el sector energético, reduciendo así la dependencia energética de Armenia de Rusia.

Sin embargo, también es importante destacar que Estados Unidos no fue el primero en ofrecer a Armenia la construcción de un SMR. Rusia también hizo una propuesta similar, pero los expertos armenios realizaron una investigación y concluyeron que Armenia debería abstenerse de construir un SMR en lugar de la planta de energía nuclear, ya que Armenia necesita una planta de energía nuclear potente.

Hoy en día, la planta de energía nuclear de Metsamor también actúa como un escudo para Armenia, ya que ningún estado, incluido Azerbaiyán, va a atacar a Armenia. No es coincidencia que Turquía y Azerbaiyán gasten mucho dinero en un esfuerzo por cerrar la planta de energía armenia antes de lo que sería su fecha de caducidad. Tener una planta de energía potente también es geopolíticamente importante para Armenia como mecanismo de contención de la agresión.

El discurso del primer ministro armenio deja claro que la decisión de Armenia de construir un reactor de pequeño tamaño también es una concesión a las exigencias de Turquía y Azerbaiyán de cerrar la central nuclear de Metsamor. Según Pashinian, el nuevo reactor de pequeño tamaño “no debe considerarse en ningún caso una amenaza para los países vecinos” (obviamente, se refiere a Azerbaiyán y Turquía).

En este sentido, la máxima prioridad debe ser la seguridad y el bienestar de Armenia y no las exigencias de los países rivales y hostiles. Por ello, antes de tomar una decisión tan importante, las autoridades armenias deben sopesar todos los factores y las posibles consecuencias geopolíticas, haciendo de la seguridad de Armenia la prioridad número uno en esta cuestión.

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