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Opinion - Benjamin Poghosian
La estrategia de política exterior de Azerbaiyán para el período posterior a septiembre de 2023
04 de Octubre de 2024

Desde septiembre de 2020 hasta septiembre de 2023, Azerbaiyán sorprendió a muchos fuera de Armenia al tomar el control de la autoproclamada República de Nagorno-Karabaj, primero durante la Guerra de Nagorno-Karabaj de 2020 y luego en una operación militar en septiembre de 2023.

La “liberación de Karabaj”, fue una piedra angular de la política interior y exterior de Azerbaiyán durante todo el período postsoviético, y resolver el conflicto en los términos azerbaiyanos se convirtió en una prioridad nacional para Bakú.

Después de septiembre de 2023, Azerbaiyán se enfrenta a un nuevo desafío: formular una nueva idea nacional para reunir a los súbditos en torno a la élite gobernante, como lo articuló el presidente Ilham Aliyev durante su campaña de cara a las elecciones presidenciales anticipadas de febrero de 2024.

En la nueva política exterior se perfilan dos direcciones que apoyan la “nueva idea nacional”. El primer pilar es el desarrollo de las relaciones con el mundo turco, considerado como “la puerta de entrada a Asia Central”. Esto incluye el fortalecimiento de las relaciones con Turquía y los países turcos de Asia Central. En los últimos años, Azerbaiyán ha aumentado significativamente sus interacciones con las repúblicas de Asia Central, incluidas las visitas de alto nivel y la mejora de la cooperación económica. El Corredor Medio, una ruta que podría conectar a China con Europa a través de Kazajstán y Azerbaiyán, es uno de los proyectos económicos promovidos conjuntamente por Azerbaiyán y las repúblicas de Asia Central.

Azerbaiyán también ha destacado la importancia de la Organización de Estados Turcos. El Presidente Aliyev ha subrayado el compromiso de Azerbaiyán de fortalecer las relaciones con los estados turcos como una prioridad clave de la política exterior, en particular durante la reunión con funcionarios parlamentarios de Turquía, Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) y Hungría.

En el mismo discurso, Aliyev destacó que el mundo turco tiene un gran poder, con su vasta geografía y potencial, que abarca rutas de transporte, recursos energéticos, capital humano y una población en crecimiento, y llamó a realizar esfuerzos unificados para transformar este potencial en una influencia global. Estos temas fueron reiterados durante la cumbre informal de los jefes de estado de la Organización de Estados Turcos, celebrada en Azerbaiyán en julio de 2024.

Azerbaiyán está tomando medidas para conectar Asia Central con el Cáucaso Sur, lo que podría crear una región más amplia del Cáucaso y el Caspio y ofrecer un nuevo modelo de integración como alternativa a los propuestos por la Unión Europea y Rusia.

Además, Azerbaiyán ha aumentado su cooperación con el Sur Global, estableciendo una asociación estratégica con China y solicitando oficialmente su ingreso al BRICS (la organización intergubernamental que comprende Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán, Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos).

El segundo pilar de la nueva estrategia de política exterior de Azerbaiyán es el desarrollo del concepto de “Azerbaiyán Occidental”, que reivindica partes importantes del territorio armenio, como tierras históricas azerbaiyanas. El concepto persigue dos objetivos principales. En primer lugar, mantiene a Armenia y a los armenios como enemigos externos de la sociedad azerbaiyana, uniendo a la población en torno al gobierno del presidente Aliyev. Durante los últimos 20 años, la promesa de “liberar Karabaj” fue la principal herramienta utilizada para consolidar el apoyo a Aliyev y desviar la atención de los problemas sistémicos de Azerbaiyán, como la distribución desigual de la riqueza petrolera y gasística, la corrupción rampante, la falta de libertades políticas e individuales y las constantes violaciones de los derechos humanos cometidas por el régimen.

Sin embargo, tras la toma militar de Nagorno-Karabaj en septiembre de 2023, esta cuestión dejó de existir y el concepto de “Azerbaiyán Occidental” puede sustituirlo como nuevo punto de encuentro, lo que exige una consolidación en torno a la dinastía gobernante. Las consideraciones políticas internas no son la única motivación detrás de este concepto.

El segundo objetivo es geopolítico: crear una “justificación” para futuros ataques contra Armenia.

Estas dos visiones se entrecruzan en la creación de un mundo turco unido y en el concepto de Azerbaiyán occidental. Los dirigentes azerbaiyanos afirman con frecuencia que el gobierno soviético separó de Azerbaiyán la región armenia de Syunik, a la que llaman “Zangezur”, y se la entregó a Armenia en 1920. Por lo tanto, un posible ataque a Syunik en 2025 podría justificarse como un paso hacia la unificación del mundo turco y el establecimiento de “Azerbaiyán occidental”.

Las dos direcciones de la nueva estrategia de política exterior de Azerbaiyán no contemplan la paz con Armenia. Esto explica la táctica de Azerbaiyán en las negociaciones de paz con Ereván, que consiste en hacer declaraciones que indican avances y, al mismo tiempo, socavarlas con condiciones previas insuperables. Los dirigentes de Azerbaiyán necesitan a Armenia como adversario por razones de política interior y exterior. Ambas direcciones también pueden justificar nuevos actos de agresión contra Armenia.

En las circunstancias actuales, mientras continúa sus esfuerzos para firmar un acuerdo de paz con Azerbaiyán, el gobierno armenio debería enviar un mensaje claro a sus socios internacionales sobre la creciente probabilidad de nuevos ataques azerbaiyanos contra Armenia después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (COP29), y las implicancias negativas no solo para Armenia sino para toda la región.

Como el equilibrio militar sigue siendo favorable a Azerbaiyán, a pesar de los recientes acuerdos de compra de armamento por parte de Armenia, el gobierno armenio debería evaluar de manera realista las capacidades y la voluntad de sus diferentes socios extranjeros para disuadir nuevas agresiones azerbaiyanas y tomar sus decisiones de política exterior basándose en esos cálculos.

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Benyamin Poghosian, es presidente del Centro de Estudios Estratégicos Políticos y Económicos de Ereván e investigador principal del Instituto de Investigación de Políticas Aplicadas (APRI) de Armenia.

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