EREVÁN (Azatutyun.am) — Figuras de la oposición armenia y líderes exiliados de Nagorno-Karabaj visitaron el cementerio militar en Ereván, el jueves 19 de septiembre, en el primer aniversario de la ofensiva azerbaiyana que restauró el control total de Bakú sobre Karabaj y desplazó a su población étnicamente armenia.
El gobierno armenio no organizó ni asistió a ninguna ceremonia con motivo de la ocasión. El primer ministro, Nikol Pashinian, no hizo comentarios sobre el aniversario, ya que presidía la reunión semanal de su gabinete en Ereván.
Azerbaiyán lanzó la ofensiva en Karabaj el 19 de septiembre de 2023, casi tres años después de que un acuerdo de alto el fuego negociado por Rusia pusiera fin a una guerra de seis semanas entre Armenia y Azerbaiyán. Sus tropas superaban en número y armamento al pequeño ejército de Karabaj, que no recibió apoyo militar de Armenia. Además, las fuerzas de paz rusas desplegadas en Karabaj no intentaron impedir ni detener la ofensiva.
Tras 24 horas de hostilidades, los dirigentes de Karabaj accedieron a disolver el Ejército de Defensa a cambio de que Bakú detuviera el ataque y permitiera a los más de 100.000 habitantes que quedaban en la región huir de su patria. Prácticamente todos ellos se refugiaron en Armenia durante las dos semanas siguientes.
Según el Comité de Investigación de Armenia, en los breves pero encarnizados combates murieron al menos 198 soldados y 25 civiles de Karabaj. El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán reconoció que entre sus militares que participaron en la operación murieron unas 200 personas.
En un comunicado emitido el jueves, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia calificó el éxodo como la “etapa final de la política de limpieza étnica” llevada a cabo por Azerbaiyán. En el comunicado se menciona “el ataque militar de Azerbaiyán”, pero no se lo condena explícitamente.
El ministerio tampoco afirmó el derecho de los armenios de Karabaj a regresar sanos y salvos a su patria. En cambio, afirmó que Ereván está buscando el “establecimiento inmediato de la paz y las relaciones” con Azerbaiyán.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán denunció que la declaración hace referencia a una “limpieza étnica” en Karabaj. Un portavoz del ministerio insistió en que la ofensiva azerbaiyana tenía como objetivo “restaurar la soberanía y la integridad territorial de Azerbaiyán”.
“Como resultado de las hostilidades, nuestro pueblo se vio obligado a abandonar su patria, y siempre tendremos en nuestra memoria los nombres de aquellos devotos que defendieron nuestra patria a costa de sus vidas”, dijo Samvel Shahramanian, presidente de Karabaj, en el Panteón Militar Yerablur de Ereván.
Shahramanian y otros líderes armenios de Karabaj asistieron allí a un servicio de oración dirigido por el jefe espiritual exiliado de la Diócesis de Artsaj de la Iglesia Apostólica Armenia.
Otro clérigo, el arzobispo Bagrat Galstanian, que encabezó las recientes protestas antigubernamentales en Ereván, así como representantes de los principales grupos de la oposición de Armenia, también visitaron Yerablur para presentar sus respetos a las víctimas de los combates de septiembre de 2023 enterradas allí. Nuevamente culparon a Pashinian por la caída de Karabaj.
Uno de los líderes de la oposición, Ishkhan Saghatelian, dijo que Pashinian había legitimado las “acciones criminales” de Azerbaiyán al reconocer públicamente la soberanía azerbaiyana sobre Karabaj, varios meses antes del asalto.
El primer ministro armenio ha indicado en repetidas ocasiones durante el último año, que la cuestión de Karabaj está cerrada para su administración. Uno de sus principales aliados políticos, el presidente del parlamento Alen Simonian, declaró a principios de este mes que Shahramanian y otros líderes exiliados, no pueden actuar como representantes legítimos de los armenios de Karabaj, porque Karabaj ya no es una “entidad legal”.