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Opinion - Benyamin Poghosian, Director Ejecutivo, Asociación de Ciencias Políticas de Armenia
¿Qué sigue en las relaciones entre Armenia y Turquía?
26 de Julio de 2024

La relación entre Armenia y Turquía tiene una influencia significativa en el panorama geopolítico del Cáucaso meridional.

El bloqueo turco de Armenia y su negativa a establecer relaciones diplomáticas, sumados al conflicto de Nagorno-Karabaj, han restringido la capacidad de Armenia de adoptar una política exterior más flexible, vinculándola efectivamente a una alianza con Rusia. La normalización de las relaciones con Azerbaiyán y Turquía permitiría a Ereván explorar alternativas en materia de política exterior y de defensa más allá de su dependencia de Rusia.

Estados Unidos ha abogado persistentemente por la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía, considerándola un paso esencial para desenredar el statu quo posterior a 1994 en el Cáucaso meridional, que se caracteriza por el predominio ruso a través de su presencia militar y económica en Armenia. Washington ha participado activamente en muchas iniciativas, incluidas las de vía 1, vía 1.5 y vía 2, con iniciativas como la Comisión de Reconciliación Turco-Armenia y la “diplomacia del fútbol” entre Armenia y Turquía de 2008-2009 como ejemplos notables.

Cambios en la dinámica regional: la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía tras los recientes conflictos

La guerra de Nagorno-Karabaj de 2020, la toma militar de Nagorno-Karabaj por parte de Azerbaiyán en septiembre de 2023 y las negociaciones en curso entre Armenia y Azerbaiyán para un acuerdo de paz han abierto vías para alterar el equilibrio regional, lo que podría allanar el camino para la normalización entre Armenia y Turquía.

Rusia ha apoyado el proceso esta vez, viéndolo como un paso hacia la gestión de las cuestiones del Cáucaso Sur dentro del formato 3+3 (Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Rusia, Turquía, Irán), que podría reflejar el formato de Astaná para Siria. La nueva fase de normalización entre Armenia y Turquía, con una reunión de lanzamiento en Moscú en enero de 2022, subrayó el respaldo de Rusia a la iniciativa. La postura positiva de Rusia no disminuyó el apoyo de Estados Unidos a la nueva fase de normalización entre Armenia y Turquía.

Si bien Moscú puede haber esperado que un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán basado en las declaraciones trilaterales de noviembre de 2020, enero de 2021 y noviembre de 2021 y la normalización entre Armenia y Turquía respaldada por Rusia marginarían a los actores occidentales en el Cáucaso Sur. Estados Unidos vio la normalización entre Armenia y Turquía como un medio para reducir la influencia rusa en Armenia.

Tras el inicio de la guerra en Ucrania, cuando las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se desplomaron hasta su punto más bajo desde el auge de la Guerra Fría a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960, el Cáucaso Sur surgió como otro escenario de confrontación entre Rusia y Estados Unidos.

En este contexto, la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía se volvió cada vez más crítica tanto para Moscú como para Washington. Rusia sigue decidida a excluir a Estados Unidos de la región y considera esencial la coordinación con Turquía, incluso en la vía Armenia-Turquía.

Moscú probablemente entiende que la normalización entre Armenia y Turquía podría aumentar la influencia turca en la región, lo que entra en conflicto con sus intereses. Sin embargo, el Kremlin puede percibir esto como un mal menor en comparación con la intervención directa de Estados Unidos.

Mientras tanto, Estados Unidos ha intensificado su participación en los procesos de normalización entre Armenia y Azerbaiyán y entre Armenia y Turquía. En 2023 y 2024, los estadounidenses organizaron tres cumbres entre los ministros de Asuntos Exteriores de Armenia y Azerbaiyán para finalizar el acuerdo de paz, y funcionarios estadounidenses de alto nivel visitaron Armenia y Azerbaiyán con frecuencia.

En junio de 2024, durante una entrevista con el servicio armenio de Radio Liberty, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, James O'Brien, afirmó que un tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán no solo pondría fin a su prolongado conflicto, sino que también reduciría la influencia rusa en la región y facilitaría una nueva ruta comercial desde Asia Central hasta Turquía. O'Brien enfatizó que existe una oportunidad única en esta generación, posiblemente una oportunidad única en varias generaciones, de establecer una ruta comercial desde Asia Central hasta el Mediterráneo, supeditada a la paz entre Armenia y Azerbaiyán. Esta ruta comercial, explicó, complementaría los enlaces de transporte existentes que van desde Asia Central hasta la costa del Mar Negro de Georgia a través de Azerbaiyán. Juntas, esas dos rutas brindarían a los países de Asia Central su primer acceso a los mercados globales independientemente de Rusia o China.

Se ha generado una situación intrigante, ya que tanto Rusia como Estados Unidos consideran que la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía es un avance positivo, aunque por diferentes razones. Rusia busca mantener su modelo de “cooptación” de relaciones con Turquía y excluir la influencia de Estados Unidos y la Unión Europea en la región. Al mismo tiempo, Estados Unidos espera que la normalización entre Armenia y Turquía conduzca a una disminución de la influencia rusa en el Cáucaso meridional y Asia central.

Dada la elevada confrontación entre Rusia y Estados Unidos, ambas potencias pueden considerar inaceptable un proceso de normalización bajo los auspicios del lado opuesto. En consecuencia, el proceso de normalización entre Armenia y Turquía y la geopolítica más amplia del Cáucaso meridional se han entrelazado con la rivalidad entre Rusia y Occidente, lo que añade más complejidad a la situación.

La renuencia de Azerbaiyán a firmar un acuerdo con Armenia en el marco de las plataformas de negociación occidentales, abriendo así el camino a la normalización entre Armenia y Turquía, puede verse como otra pieza del rompecabezas geopolítico. En este escenario, Bakú actúa a favor de Rusia.

En el clima geopolítico actual, Armenia debería insistir en la implementación de los acuerdos entre Armenia y Turquía alcanzados en julio de 2022 y reafirmados en 2023 y 2024 durante varias reuniones de alto nivel y llamadas telefónicas.

Ereván puede argumentar que estas medidas crearán un entorno positivo y generarán confianza, lo cual es esencial para contemplar nuevos avances. Mientras persista la confrontación entre Rusia y Occidente sin una victoria decisiva para ninguna de las partes, esta estrategia podría permitir a Armenia evitar enredarse en una “guerra de elefantes” geopolítica. Armenia podrá evitar elegir entre las visiones rusa o estadounidense de sus relaciones con Turquía y mantener un enfoque equilibrado.

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