La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Astaná el 4 de julio no recibió una atención significativa en los círculos políticos y mediáticos armenios. De hecho, los acontecimientos de Astaná han sido dignos de mención, con importantes implicaciones para el orden global en la región euroasiática en general.

Los presidentes de los estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái se reunieron en la capital de Kazajstán, lo que marcó un momento crucial para Eurasia. Además de los líderes de los estados miembros, como Rusia, China e Irán, estuvieron presentes representantes del llamado grupo Plus, que incluye a Azerbaiyán y Turquía, y otros estados. Ningún representante de Armenia participó en esta reunión, aunque Armenia tiene el mismo estatus y peso en esta organización que, por ejemplo, Azerbaiyán.

En 2015, durante la reunión del Consejo de Jefes de Estado de los Estados miembros de la OCS celebrada en Ufa (Rusia), Armenia firmó una serie de documentos y obtuvo el estatus de socio de diálogo de la OCS junto con Azerbaiyán. La Cumbre de Ufa podría considerarse la piedra angular de la relación entre Armenia y la Organización de Cooperación de Shanghai. En general, las cumbres “gemelas” celebradas en Ufa entre los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y la OCS se consideran un hito estratégico para el orden global emergente y el papel de la India en él.

Volviendo a la Cumbre de Astaná, podemos ver que ésta no fue menos importante y significativa en términos de geopolítica actual, incluidos los que afectan a los intereses de Armenia. Por ejemplo, durante la reunión en Kazajstán, además de las reuniones generales de organización, el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvo reuniones separadas con los presidentes de Turquía y Azerbaiyán y con el jefe interino del órgano ejecutivo de Irán (ya que la reunión tuvo lugar antes de las elecciones presidenciales en Irán). Además de otros asuntos, estas partes obviamente discutieron la situación en la región del Cáucaso Sur. Lamentablemente, Armenia no estuvo presente cuando se trató el tema de una discusión estratégica.

En la cumbre de Astaná se produjo otro acontecimiento importante. Durante la reunión de los presidentes de Azerbaiyán y China en Astaná se firmó un acuerdo de cooperación estratégica que contiene una serie de disposiciones importantes para profundizar las relaciones bilaterales en todos los ámbitos. Cabe señalar que China firmó un acuerdo de este tipo con Georgia hace aproximadamente un año, lo que significa que China está interesada no sólo en Azerbaiyán, sino también en toda la región del Cáucaso Sur. En este sentido, Armenia está claramente atrasada en cuanto a la elevación del nivel de las relaciones con China, y se trata de una política miope teniendo en cuenta el crecimiento de la influencia de China no sólo en el Cáucaso Sur, sino en todo el mundo. Huelga decir que, con la firma de acuerdos de cooperación estratégica, Azerbaiyán y Georgia esperan importantes inversiones chinas en sus economías, que tendrán un impacto importante en el desarrollo y la diversificación de las economías de ambos Estados. Lamentablemente, Armenia también está atrasada en este aspecto, pero esto es sólo el componente económico.

Desde una perspectiva geopolítica, las potencias regionales del Cáucaso Sur (Rusia, Irán y Turquía) han tratado de reducir la influencia occidental en la región. Ahora vemos que China es un nuevo actor emergente en el Cáucaso Sur, que se opone a la influencia occidental y contrarresta los intereses estadounidenses, en paralelo a la postura de Estados Unidos contra China. La promoción de los valores occidentales en Armenia plantea desafíos para Azerbaiyán, ya que los estados totalitarios suelen resistirse a los vecinos democráticos debido al impacto que estos tienen en sus sentimientos públicos. Ahora bien, si observamos el caso de Georgia, veremos que Tbilisi intenta reparar los lazos con Moscú, recibiendo fuertes críticas de Washington y Bruselas. Cabe destacar que la débil Armenia sigue siendo el único estado del Cáucaso Sur que mira hacia Occidente en busca de soluciones a sus problemas económicos y de seguridad, y la falta de diversificación deja a Armenia a la deriva.

En este sentido, la ausencia de Armenia en la cumbre donde se discutieron cuestiones vitales para Ereván es desconcertante, considerando los acontecimientos regionales y globales y el completo desapego de Armenia a esta realidad.