El movimiento "sagrado" encaja con algunas megatendencias emergentes en la política mundial.
2024 es el año de un giro a la derecha, que se manifestó especialmente en los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo que finalizaron ayer.
Como predije hace un año, las fuerzas de derecha obtuvieron resultados positivos sin precedentes en las elecciones, especialmente el segmento ultra, que había estado fuera de los márgenes de la política europea desde la Segunda Guerra Mundial.
Incluso el "Partido Popular Europeo", que obtuvo la mayoría de los votos, sintió una seria amenaza y tuvo que desplazarse más hacia la derecha desde las posiciones de centro-derecha en una serie de cuestiones, en particular las relacionadas con el cambio climático y la migración. Por lo tanto, para el PPE, esto es en cierto sentido una victoria pírrica. Varios politólogos europeos ya hablan de que se están creando condiciones bastante desfavorables para la líder del partido von der Leyen, especialmente en términos de la implementación del rumbo proucraniano.
El cambio radical de la arquitectura política tradicional en Europa también se evidencia en la decisión de Macron de disolver el parlamento francés y celebrar elecciones anticipadas, la retirada retórica de Scholz, el rápido aumento de la legitimidad de las fuerzas de ultraderecha italianas y muchos otros micro y macroprocesos.
La imagen resultante nos resulta interesante en dos aspectos.
1. El apoyo de Bruselas al rumbo ultraliberal de las actuales autoridades de Armenia se reducirá significativamente. Cuanto más fuerte sea el frente de derecha en la UE, más difíciles serán esas decisiones.
2. Pueden surgir ciertos problemas en el ámbito de la cooperación UE-Azerbaiyán. Von der Lyaen es conocida por sus esfuerzos pora desarrollar relaciones económicas y, en particular, energéticas con Bakú. En la situación actual, bajo la presión de la derecha, tendrá que suavizar su actitud antirrusa, lo que en el futuro puede conducir a un aumento del peso del gas ruso en el mercado europeo (sobre todo porque hoy en día el suministro continúa con un volumen de 40-45 millones de metros cúbicos por día). Obviamente, tal perspectiva será un golpe bajo para Bakú.
Pasando a la "Lucha Sagrada", debo señalar que tiene como objetivo construir un Estado nacional en toda su dimensión. Teniendo en cuenta la continua difusión de la ideología de derecha en el mundo (que ya se está volviendo notable en los EE. UU.), la Lucha Sagrada con su sistema de valores encaja orgánicamente en la lógica del nuevo orden mundial emergente.