En esta columna, pretendía abordar una vez más las acciones ilegales, violencia masiva, tortura, así como el deficiente "profesionalismo" de la policía de la República Armenia,. Sin embargo, el incidente verdaderamente sin precedentes que ocurrióa la sombra del monumento a Sardarabad, el 28 de mayo, me obligó a centrar la atención en ese acto que nos avergonzó a los armenios en Armenia y en todo el mundo, cuando la policía no fue un instrumento de respaldo.
El acto de levantar una barricada policial viva, dos o tres veces, frente al Patriarca de Todos los Armenios y la comitiva de la iglesia que lo acompañaba mostró el estado de división, odio y frustración que fue provocado y sigue siendo provocado por el grupo gobernante y su líder contra la Nación, el espíritu, las creencias, los deseos y la dignidad de los armenios. Fue humillación a todos los armenios, todas las naciones, iglesias, religiones, estados, amigos y enemigos que nos reconocen.
No es necesario recordar las profundas relaciones de la batalla popular de Sardarabad con Etchmiadzin, el Katolikós de todos los Armenios Gevorg V, el Arzobispo Karegin (más tarde Katolikós de la Gran Casa de Cilicia), entre otros clérigos.
Sin embargo, según el actual Dictador y sus satélites, es necesario que desde los años soviéticos, nuestros Patriarcas estén en el mismo lugar, en procesión eclesiástica para ofrecer incienso y oraciones en memoria de los héroes caídos. Es necesario, porque el dictador y sus seguidores consideran la presencia de los Katolikós y del clero allí como una "provocación".
Si es una provocación, entonces nuestra Iglesia ha sido provocadora durante décadas. ¿Quién puede explicar cuál fue el propósito del dictador al crear el incidente de Sardarabad? ¿No podría ahorrarle esa vergüenza a la nación, a la iglesia y al estado?
¿No se podría concretar y concertar a través del jefe de ceremonial el momento de llegada al Monumento? Y, por otra parte, ¿era imposible, aquel día, dejar de lado la enfermiza enfermedad de pensar que él era el único, el más grande, el más alto, el santísimo, para organizar conjuntamente la ceremonia de conmemoración de los héroes?.
El 28 de mayo no fue el 31 de diciembre en el que el dictador luchó por ser el primero en hablar en "televisión".
La instigación del vergonzoso incidente de Sardarabad, la idea de levantar barricadas policiales y levantar la mano sobre los eclesiásticos nacieron en el mismo cerebro, cuyas características científicas pueden ser observadas por los psiquiatras, aunque los síntomas son visibles incluso sin un diagnóstico profesional.
La prueba: nuestras pérdidas humanas, territoriales, políticas y de civilización, también la pérdida de unidad, pero también la pérdida de dignidad.
Este hombre es un perdedor. Si no nos controlamos, todos perderemos, incluidos sus seguidores, aquellos que siguen sus instrucciones.
Es capaz de cualquier cosa, incluso de derramar sangre.