El movimiento liderado por el reverendo Bagrat demostró que hay sentimientos antigubernamentales muy importantes entre la población, y que el gobierno tiene problemas muy serios, expresó el politólogo Armen Baghdasarian en una entrevista con el periodista de Azg.am.
"Pero hay otro punto. Los problemas de seguridad de Armenia, en este momento son de política exterior, geopolíticos, y esas cuestiones pueden ser resueltas por las autoridades de Armenia, que sin embargo, no lo hacen. Por lo tanto, surgen problemas políticos internos, entonces, nuestros problemas políticoss son tanto internos como externos.
Desafortunadamente, no hay una base política en el movimiento iniciado por el Arzobispo, y si no se encuentra esa base política, no se expone un programa político, desafortunadamente, es probable que el movimiento muera. En otras palabras, el movimiento tiene un problema. Si el movimiento se basa únicamente en percepciones filosóficas, correctas, verídicas y teológicas, conviene recordar que los problemas del mundo no se resuelven en el plano de estas percepciones. Esto va a ser un problema y el movimiento puede extinguirse", afirmó el politólogo, añadiendo que si no queremos que los acontecimientos se desarrollen en ese escenario, es necesario que el movimiento tenga una base política muy rápidamente.
Según Armen Baghdasarian, al seguir la dinámica del movimiento, se hace evidente con qué impulso y fuerza comenzó y cómo gradualmente se vuelve pasivo.
Al mismo tiempo, el politólogo señaló que entiende muy bien que proporcionar una base política al movimiento tiene sus propios problemas, porque lo hará vulnerable.
"Pero, en cualquier caso, el movimiento puede extinguirse gradualmente sin él, porque no importa cuánta gente simpatice con el movimiento, con los pensamientos expresados en la plaza, si la gente no ve mecanismos claros para implementarlos, no seguirán el movimiento.
Hay dos maneras de lograr la dimisión del primer ministro: en primer lugar, un proceso de impeachment en el parlamento, que no es realista, y en segundo lugar, ese mismo impeachment bajo una fuerte presión popular a nivel nacional.
Si lo primero no es posible, entonces se necesita un componente político y una hoja de ruta clara para levantar una ola tan poderosa para lo segundo. Si no se hace esto y sólo se presenta una demanda de cambio de poder, entonces, exigir la dimisión del primer ministro es realmente apresurado.
En primer lugar, es necesario presentar un plan político, que sería seguido por el canal popular, bajo cuya presión sería posible implementar un cambio de poder", resumió nuestro interlocutor.