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Opinion - Harut Sassounian, editor de "The California Courier"
Pashinyan culpa falsamente de los problemas de Armenia al trauma del genocidio de 1915
30 de Abril de 2024

Cada día que pasa son más alarmantes, las declaraciones del Primer Ministro Nikol Pashinian, que contradicen los intereses nacionales de Armenia .

Pashinian comenzó denigrando el monte Ararat, el símbolo armenio por excelencia. Luego se burló del escudo de armas de Armenia, preguntando por qué tiene un león y afirmando que no hay leones en Armenia. En esta última afirmación, Pashinian cometió tres errores fácticos:

1) No pareció darse cuenta de que el león simboliza el coraje y la fuerza. No tiene nada que ver con si hay leones en Armenia o no;

2) Hay más de una docena de países que tienen un león en su escudo sin tener un solo león en sus países;

3) También se equivoca al afirmar que no hay leones en Armenia. Un conocido oligarca tiene desde hace muchos años varios leones en su mansión de Ereván.

Luego, el Primer Ministro hizo comentarios abusivos sobre el himno nacional de Armenia con la excusa de que contiene la palabra “enemigo”. Hay varios otros países que tienen la palabra enemigo en sus himnos nacionales.

Pashinian continuó quejándose de que lo que ahora se llama “Ejército de armenios” (Hayots Panag) debería ser “Ejército de Armenia” (Hayastani Panag), y que los libros de texto sobre la “Historia de los armenios” (Hayots Badmutiun) deberían llamarse “Historia de Armenia”. (Hayastaní Badmutiun). También quiere distanciar a la Armenia actual de su pasado contrastando la “Armenia real” con la “Armenia histórica”. Luego sugirió, en línea con la exigencia del presidente Aliyev de que Armenia adopte una nueva constitución que elimine las referencias a Artsaj y al genocidio armenio.

La semana pasada escribí sobre la increíble sugerencia de uno de los principales lugartenientes de Pashinian, de hacer una lista de los 1,5 millones de víctimas del genocidio armenio. Esta es una forma indirecta de cuestionar la veracidad del genocidio armenio.

Todas estas declaraciones indican que Pashinian está menospreciando las posturas nacionalistas de Armenia y de los armenios con el objeto de apaciguar a Azerbaiyán y Turquía.

Para empeorar las cosas, el 24 de abril de 2024, el Primer Ministro emitió un comunicado lleno de palabras confusas que reflejan su inestable estado mental. Se refirió al Genocidio Armenio como Meds Yeghern (Gran Crimen) 11 veces y sólo cuatro veces como Genocidio. Meds Yeghern es un término que los armenios utilizaron hasta la década de 1940 para describir el genocidio antes de que Raphael Lemkin acuñara el término genocidio. Desde entonces, el término adecuado y legal que debería utilizarse es Genocidio o Tseghasbanutiun, en armenio.

No sorprende que Pashinian, en su declaración del 24 de abril, confundiera una vez más el significado del término genocidio, continuando así con sus intentos de restar importancia a los símbolos y la terminología nacionales armenios.

Pashinian se quejó de que, debido a Meds Yeghern, Armenia a menudo trata con otros países en estado de trauma o shock: “Por esta razón, a veces no podemos distinguir correctamente las realidades y los factores, los procesos históricos y los horizontes predecibles. Quizás esta sea también la razón por la que recibimos nuevas conmociones, reviviendo el trauma del Genocidio Armenio como legado y como tradición”.

Al hacer tal declaración, Pashinian culpa al trauma del genocidio de 1915 por sus decisiones incompetentes y su mala gestión del Estado. Si bien es cierto que existe el trauma transgeneracional, recomendaría al Primer Ministro que considere su propia incapacidad para gobernar en lugar del trauma del genocidio.

Luego, Pashinian sugirió sorprendentemente que los armenios “dejen de buscar una patria, porque hemos encontrado esa patria, nuestra Tierra Prometida, donde fluyen leche y miel”.

¡Parece que Pashinian ha perdido toda percepción de la realidad! Describe a Armenia con sus problemas existenciales como "¡la Tierra Prometida donde fluyen la leche y la miel!". Lo más probable es que él y su familia sean los que vivan una vida lujosa a expensas de los contribuyentes armenios.

Los únicos que estuvieron satisfechos con el mensaje de Pashinyan del 24 de abril son los presidentes de Azerbaiyán y Turquía, Ilham Aliyev y Recep Tayyip Erdogan. Una indicación de ese placer fue la multitud de turcos reunidos el 24 de abril frente a la Embajada de Turquía en Washington, DC, cantando: “Pashinian, Pashinin, Pashinian”, en los rostros de los manifestantes armenios.

El Presidente de Turquía, como lo ha hecho cada 24 de abril desde 2014, emitió una declaración tratando de engañar a la comunidad internacional diciendo que está reconociendo el Genocidio Armenio. De hecho, agrupó a los armenios, a los turcos y a todos los demás “que fallecieron o fueron martirizados como consecuencia de conflictos armados, rebeliones, violencia de pandillas y actos terroristas” durante la “Primera Guerra Mundial”. De esta manera tergiversó a las víctimas armenias del genocidio como víctimas de guerra. Describió “los acontecimientos de 1915” no como un genocidio, sino como una “tragedia en la que ambas partes sufrieron bajas”.

En un mensaje directo a Pashinian, Erdogan afirmó que “los vínculos de Turquía con Armenia... parecen depender de la postura de Ereván sobre la cuestión (del genocidio)... Se está estableciendo un nuevo orden en la región, y es hora de dejar de lado las afirmaciones infundadas. Es hora de avanzar con las realidades sobre el terreno. Es mejor que seguir adelante con mentiras y cuentos”.

Esto suena muy similar a lo que Pashinian está intentando hacer. Erdogan hizo más evidente la intención de su mensaje cuando dijo: “El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, comprende esta realidad”. Como último comentario, Erdogan afirmó: “Espero que Armenia escape de la oscuridad a la que fue condenada, gracias a su diáspora, y elija el camino de nuevos comienzos”.

El verdadero significado de las palabras de Erdogan quedó revelado cuando la Oficina del Gobernador de Estambul prohibió una vez más la conmemoración del Genocidio Armenio el 24 de abril.

¡Las acciones hablan más que las palabras!

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