El director de una de las agencias en Ereván que prepara solicitudes de visa americana y documentos relacionados, un ex periodista, me dijo el otro día que debido a la escasez de personal y la abundancia de solicitudes, la sección consular de la Embajada de Estados Unidos ha pospuesto la aceptación de nuevas solicitudes de visas regulares, hasta febrero del 2024.

Incluso sin el testimonio de mi amigo, se puede comprobar a simple vista que el número de personas que parten hacia Estados Unidos y los que desean irse ha aumentado significativamente, lo que sugiere una nueva ola de emigración, no sólo hacia Estados Unidos, sino también a otros países europeos, a excepción de Rusia, que, como se sabe, fue el principal destino de la emigración armenia en los años 90, con 800.000 a 1 millón de inmigrantes. Ahora Rusia, especialmente en estos días de guerra, no es un lugar atractivo para los armenios. Al contrario, por primera vez en la historia, Ereván se volvió muy atractivo, especialmente para los jóvenes rusos, quienes, aprovechan las facilidades de Armenia para evitar las sanciones antirrusas, estadounidenses y europeas, la conexión gratuita a Internet, los estimulantes servicios bancarios, etc., han trasladado sus operaciones en el extranjero, a Ereván, elevando simultáneamente los precios de los alojamientos de alquiler, la comida, el transporte, los lugares de ocio y especialmente los bares. Debido a la  presencia de estos inmigrantes rusos, el capital monetario de una serie de prestamistas ha aumentado significativamente, lo que preocupa a las financieras profesionales, porque la presencia rusa, tarde o temprano, volverá a sus lugares y podría dejar el sistema en un defolt.

Dejando de lado el examen de este último problema muy importante por ahora, especialmente porque requiere habilidades profesionales, volvamos a nuestro tema principal.

¿Cuáles son las razones de este nuevo impulso en el deseo de emigrar?

La falta de datos oficiales o verificados y análisis profesionales no nos permitió llegar a conclusiones confiables y completas. En cambio, al combinar observaciones personales, conocidos de varias épocas y datos estadísticos, se pueden enumerar varias razones.

a) Desconfianza sobre el futuro. Sí, sí, muy pocos creen ya en el eslogan preelectoral del Primer Ministro. "¿Hay un futuro?", preguntó, y respondió con confianza a su pregunta: "¡Hay un futuro!". Mucha gente ahora encuentra ese dicho divertido. En los cinco años posteriores ocurrieron los mayores desastres: guerra, derrota, la pérdida de una gran parte de Artsaj, invasiones progresivas de los territorios de la propia Armenia, amenazas de la derecha y la izquierda, abandono por parte de países que nos consideraron hostiles como resultado de una diplomacia fallida, detenciones innecesarias o ilegales, encarcelamiento, incitación al odio, el desprecio por los valores nacionales, el desprecio por la idea de unidad nacional, y en los últimos 8 meses, la impotencia del Ereván oficial frente a las presiones turco-azeríes por destruir a los armenios de Artsaj por inanición, todo esto ha creado una atmósfera de desconfianza e indefensión en nuestro país, lo que supone una negación total de la esperanza de un futuro mejor.

b) Armenia se ha convertido en un modelo de gestión poco profesional. Un ejemplo es suficiente para mostrar la incompetencia del gobierno sobre el terreno. Lavendimia ha comenzado en estos días. Miles de vitivinicultores no sabían qué hacer con las uvas que habían cultivado con gran dificultad y gasto. Sus principales consumidores o clientes son muchas empresas productoras de bebidas, vodka, coñac, que prefieren importar las bebidas a base de uva de Bulgaria u otros países, un poco más barato, en lugar de comprar la uva local. Un gobierno inteligente limitaría o duplicaría el precio de ese producto importado con la fuerza de la ley y obligaría a las fábricas a comprar el producto local.

Y este ejemplo se extiende a muchas actividades económicas. La economía de Armenia hoy se basa en las importaciones, en lugar de crear unidades de producción y reducir la tasa de desempleo.

El actual gobierno no perdió la oportunidad de repetir que el presupuesto del Estado es satisfactorio, incluso utilizando a menudo la expresión "sin precedentes". Si es así, y creo que lo es, entonces ¿por qué no se creó ninguna fábrica de producción o eficiencia de capacidad grande o mediana con crédito o asistencia estatal en los últimos años?

Solo un hecho oficial es revelador y alarmante, si consideramos la realidad de que alrededor del 60 por ciento de la población de Armenia se dedica a la agricultura y actividades relacionadas. La Universidad Agrícola de Ereván tendrá 40 nuevos estudiantes en lugar de 600 este año. (No me parecería superfluo recordarles que el edificio de esa antigua universidad fue construido en los años 30 con el dinero recaudado por nuestro periódico "Baykar").

Quizás no hace falta decir que una parte importante del presupuesto estatal se gasta en fuerzas policiales sobredimencionadas "sin precedentes", altos salarios "sin precedentes" de funcionarios estatales, jueces y fiscales, bonificaciones, auto-préstamos, visitas y entretenimiento. En otras palabras, el dinero se gasta solo en aquellas estructuras, marcos e individuos que asegurarán la perpetuación del gobierno.

Como se puede ver, es la falta de perspectivas de futuro de la generación joven lo que hace que se forme la mentalidad de emigrar, especialmente de los jóvenes que aún no están casados, no han formado una familia y no tienen responsabilidades vinculantes y está listo para emprender una aventura en busca de fortuna.

c) En este sentido, lo más preocupante es el problema de los niños que han llegado o están llegando a la edad de la pubertad, nuevamente relacionado con la generación joven.

La mayoría de las familias que emigran de Armenia o con intención de emigrar, según observación personal, son aquellas que tienen niños de 12 a 16 años. Especialmente después de la guerra de 44 días, donde vimos el sacrificio de toda una generación, unas 5.000 personas que ya no forman parte del futuro. La tortura y humillación de sus madres y otros familiares, así como el trato, por decirlo suavemente, inadecuado de alrededor de 10.000 jóvenes discapacitados, alimentaron naturalmente el deseo de nuestra joven generación de dejar la patria. Más aún, cuando por falta de organización e irresponsabilidad somos testigos de asesinatos, secuestros, capturas de nuestros soldados en situaciones no bélicas y, lo más impactante, el incendio en el que murieron 15 soldados cerca del pueblo de Azat, tras lo cual muchos padres se preguntaron: "¿A dónde enviaremos a nuestro hijo, por qué, para que podamos recuperar sus cadáveres?, y floreció la mentalidad, más precisamente, la convicción de que es más correcto sacarlos de este país.

Convicción de que tendrá un impacto duradero, una consecuencia sobre la vida futura de nuestra nación y estado, incluso sobre su existencia en el sentido de generación, fuerza de trabajo y capacidad de defensa.

Sí, como nación nos enfrentamos a una nueva ola de emigración, desastrosa a todas luces.

Es hora de sacudirnos y sacudir nuestra realidad.