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Opinion - Benyamin Poghosian
La política de Irán en el contexto de las negociaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán
27 de Julio de 2023

A medida que Armenia y Azerbaiyán se acercan a firmar un acuerdo para fines de 2023, y crece la competencia entre Rusia y Occidente para liderar el proceso y llevarse el premio del pacificador principal, otros actores regionales toman medidas para aclarar sus posiciones. En este contexto, Irán se destaca como uno de los principales amortiguadores contra el creciente papel de Occidente en el sur del Cáucaso.

Al estar comprometido con EE. UU. en negociaciones continuas para revivir el acuerdo nuclear de 2015 en su totalidad o al menos en parte, a Irán le preocupan simultáneamente los esfuerzos de EE. UU. para reducir la influencia rusa en el sur del Cáucaso. Esto no se debe a que Irán ame o confíe en Rusia, sino a que comprende los peligros de estar rodeado por Estados Unidos, incluso desde el norte. Además, para Irán, la influencia estadounidense, no significa bases militares estadounidenses o inversiones directas estadounidenses.

Teherán entiende demasiado bien las tendencias actuales de la geopolítica global como para no tener una visión clara de lo que significa influencia en el siglo XXI. Un país no necesita botas sobre el terreno ni inversiones directas para ejercer influencia. Esto también se puede hacer a través de una red de alianzas y socios, y desde el final de la Segunda Guerra Mundial, esto es en lo que los estadounidenses son mejores. Por lo tanto, desde la perspectiva de Irán, el aumento de la presencia israelí, o el crecimiento de la influencia turca, al final del día trae el mismo resultado: más EE.UU. en la región.

En este contexto, Irán no puede ignorar las negociaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán, especialmente dada la creciente participación de Estados Unidos. Estados Unidos también estuvo entre los actores clave en el proceso de negociación antes de la guerra de Nagorno Karabaj de 2020 a través de su posición como país copresidente del Grupo de Minsk de la OSCE. Sin embargo, en ese período, Rusia estaba desempeñando un papel de liderazgo en el proceso de negociación como otro copresidente. Sin embargo, la guerra en Ucrania mató de facto al Grupo de Minsk de la OSCE. 

A medida que Rusia ha trasladado sus recursos a Ucrania y su confrontación con el Occidente colectivo, EE. UU. ha aumentado significativamente su participación en el proceso de negociación a título individual. Los estadounidenses organizaron cumbres de ministros de Relaciones Exteriores de dos días de duración en Washington, impulsando el trabajo sobre un tratado de paz. Estados Unidos coopera estrechamente con la UE.

Mientras tanto, Turquía está enviando señales claras de que, inmediatamente después del acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, está lista para normalizar completamente las relaciones con Armenia, incluida la apertura de la frontera terrestre y el establecimiento de relaciones diplomáticas. 

No es necesario ser un eximio experto en relaciones internacionales para comprender que estos pasos tendrán un impacto significativo en el equilibrio de poder en la región, fortaleciendo mucho más las posiciones de Turquía y Azerbaiyán. Al mismo tiempo, desde la perspectiva iraní, a nivel estratégico, la influencia turca es igual a la influencia estadounidense. Ninguna pelea pública o privada entre funcionarios estadounidenses y turcos sobre temas como la membresía de Suecia en la OTAN puede cambiar el cálculo iraní.

Mientras tanto, el sur del Cáucaso no es el escenario principal para los intereses nacionales vitales iraníes y no puede competir con el Medio Oriente para atraer recursos iraníes. Mientras la economía de Irán enfrenta múltiples desafíos, Teherán no puede reducir su participación en Siria, Irak y Líbano para expandir su presencia en el sur del Cáucaso. Además, Irán no puede permitirse un enfrentamiento directo con Turquía en la región. Por lo tanto, dados los recursos limitados y las restricciones geopolíticas, las principales herramientas de Teherán en la región son enviar mensajes a Rusia y, en menor medida, a Armenia sobre sus preocupaciones, con la esperanza de que el Kremlin las tenga en cuenta. 

En este contexto, el documento publicado por Ali Akbar Velayati, asesor principal del líder de la revolución islámica, el ayatolá Ali Khamenei, sobre asuntos internacionales, es de suma importancia.

Velayati declaró claramente que la intención detrás de la idea de establecer una carretera que conecten a Najicheván con la República de Azerbaiyán es dividir Armenia en dos partes, desconectar a Irán y Armenia, limitar la conexión de Irán con el mundo exterior e interrumpir la libre conexión de Irán con el norte del Cáucaso, Rusia y el continente europeo. Entonces Velayati argumentó que el establecimiento de un vínculo entre Turquía y el Xinjiang chino, más que significar la formación de un mundo imaginario llamado panturquismo, conduciría a la creación de una franja que rodearía a Irán por el norte y Rusia por el sur y extender la influencia de la OTAN en la región, creando simultáneamente problemas significativos para China. El objetivo de esta evaluación estratégica es claro: advertir a Rusia que si el Kremlin continúa disminuyendo su participación en la región, tendrá implicancias muy negativas a largo plazo para Irán, Rusia y China. Mientras tanto, nos brinda una mejor comprensión del pensamiento iraní: Teherán, Moscú y Beijing tienen intereses coincidentes en la región y deberían contrarrestar a los EE. UU. en forma conjunta.

Funcionarios iraníes entregaron el mismo mensaje al ministro de Relaciones Exteriores de Armenia durante su visita a Teherán el 24 de julio. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, reiteró la posición de Irán de que los países de la región deben resolver los problemas regionales y que cualquier intervención extranjera solo complicará las cosas. Raisi enfatizó explícitamente que las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán deben llevarse a cabo sobre la base de los intereses de las dos naciones y sin conspiraciones políticas que involucren a Estados Unidos e Israel.

La audiencia principal de estos mensajes es Rusia, ya que Irán entiende muy bien que el gobierno armenio no abandonará el camino de Washington, especialmente porque los funcionarios armenios de alto nivel afirman claramente que dan la bienvenida al papel cada vez mayor de los EE. UU. en la región. Curiosamente, Rusia, en las últimas semanas, ha aumentado significativamente su participación en las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán. El Kremlin organizó una reunión entre los ministros de Asuntos Exteriores de Armenia y Azerbaiyán en Moscú el 25 de julio. Su objetivo es llevar al Primer Ministro Pashinian y al Presidente Aliyev a Moscú para firmar un acuerdo de paz, fomentando así su papel como actor principal en la región.

Evaluar hasta qué punto estas actividades rusas recientes fueron influenciadas por los constantes mensajes iraníes es un desafío. Sin embargo, desde la perspectiva iraní, la firma del acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán en Moscú es una mejor opción que la ceremonia celebrada en Bruselas, Viena, Ginebra o Washington.

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