La situación en torno a Artsaj sigue siendo extremadamente difícil...
Por un lado, Artsaj está bajo el bloqueo implementado por Azerbaiyán, pero contrariamente a los cálculos de Aliyev, los armenios de Artsaj no se dan por vencidos y continúan luchando incluso en estas condiciones. Por otro lado, Artsaj no puede tener ninguna esperanza de recibir apoyo de Armenia, ya que las autoridades armenias no tienen absolutamente ningún deseo de proteger los derechos de los armenios de Artsaj, incluido su derecho a la autodeterminación. Y finalmente, Artsaj se ha convertido en un campo de batalla de competencia geopolítica.
Ha habido desarrollos bastante activos en las últimas semanas en el proceso de negociación. En primer lugar, Nikol Pashinian e Ilham Aliyev se reunieron en Bruselas y, según la deckaración del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien inició la reunión, las partes discutieron los siguientes temas:
“1. Soberanía e integridad territorial. Los líderes de Armenia y Azerbaiyán una vez más reafirmaron plenamente su respeto por la integridad territorial y la soberanía del otro país. Basado en el entendimiento de que el territorio de Armenia cubre 29.800 km2 y el de Azerbaiyán 86.600 km2.
2. Delimitación de fronteras. Ambos líderes reafirmaron su compromiso inequívoco con la Declaración de Almaty de 1991 como marco político para la delimitación.
3. Conectividad. En cuanto a la conectividad, las partes también han logrado un claro progreso en los últimos dos meses en sus discusiones destinadas a desbloquear el transporte y los vínculos económicos en la región.
4. Suministros humanitarios. Las partes discutieron la situación de la población armenia de Karabaj y la situación alrededor del corredor de Lachin. El estado actual de las cosas claramente no es sostenible y no beneficia a nadie.
5. Derechos y seguridad. La población sobre el terreno necesita garantías, en primer lugar y sobre todo en relación con sus derechos y su seguridad. En este contexto, expresé el aliento de la UE para el diálogo directo entre Bakú y los representantes de los armenios que viven en el antiguo Óblast Autónomo de Nagorno-Karabaj. Este diálogo debería brindar la confianza que tanto necesitan todos los involucrados.
6. Detenidos. También discutimos el tema de los detenidos. Los líderes reafirmaron su compromiso con el entendimiento de los señores de que se facilitaría la liberación de los soldados que sin darse cuenta cruzan al otro lado, ante todo en cuanto a sus derechos y seguridad”.
A partir de este texto, queda claro que Armenia ni siquiera habla del derecho de Artsaj a la libre determinación, que es un principio del derecho internacional de igual importancia que el de la integridad territorial. Por lo general, no se menciona en absoluto la existencia de ese derecho. Cada vez está más claro que las cuestiones de demarcación y delimitación de fronteras siguen siendo la prioridad política de Europa por ahora. También es obvio que el Corredor Lachin, no importa cuánto hablen de él los europeos o las instituciones internacionales, Azerbaiyán no lo abrirá. También se menciona que Europa promueve el derecho a la seguridad y la libre circulación de los armenios de Artsaj, lo que también es una tontería, teniendo en cuenta las realidades sobre el terreno. En cuanto a los prisioneros de guerra, Aliyev tampoco quiere hacer concesiones.
Mientras Pashinian y Aliyev negociaban en Bruselas, llegó otra declaración interesante de Moscú, un rival geopolítico de Occidente.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió un comunicado culpando directamente a las autoridades armenias por la situación sobre el terreno: “En octubre de 2022 y mayo de 2023, en las cumbres bajo los auspicios de la Unión Europea, Armenia reconoció a Nagorno-Karabaj como parte del territorio de Azerbaiyán. Respetamos la decisión soberana del liderazgo armenio; sin embargo, esto cambió radicalmente las condiciones fundamentales bajo las cuales se firmó la Declaración de los líderes de Rusia, Azerbaiyán y Armenia del 9 de noviembre de 2020, así como la posición del contingente de paz ruso desplegado en la región. Creemos que en estas condiciones, la responsabilidad por el destino de la población armenia de Karabaj no debe transferirse a terceros países. Es necesario comenzar de inmediato a preparar un tratado de paz entre Bakú y Ereván, basado en los acuerdos alcanzados previamente. Partimos del hecho de que una parte integral de este acuerdo debe ser garantías confiables y claras de los derechos y la seguridad de los armenios de Karabaj, así como la implementación estricta de todo el conjunto de acuerdos trilaterales entre Rusia, Azerbaiyán y Armenia, incluido el desbloqueo de las comunicaciones de transporte y el lanzamiento del proceso de delimitación de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán”.
Ciertamente, Artsaj se ha convertido en un objeto de competencia geopolítica y la prisa de Europa aquí es comprensible. Mientras Rusia tenga serios problemas en Ucrania, es necesario invertir los máximos esfuerzos para permitir que el problema se resuelva rápidamente, lo que inevitablemente conducirá a la reducción del papel y la importancia de Rusia en todo el Cáucaso Meridional. Esta es una rivalidad geopolítica que existe entre Rusia y Occidente desde el final de la Guerra Fría y que muy probablemente no tendrá solución.
En cuanto a Rusia, Moscú está tratando de retrasar la solución del problema hasta el final de su mandato en Nagorno-Karabaj o el final de la guerra de Ucrania, de modo que pueda concentrar nuevos recursos para seguir manteniendo su papel e influencia en el Cáucaso Sur.