Cualquier líder de Armenia, sin las habilidades político-militares mínimas no podría tener éxito; El primer ministro Nikol Pashinyan no tenía y aún no tiene estas habilidades. El exministro de Relaciones Exteriores Vartan Oskanian escribió sobre esto en Facebook. Señaló lo siguiente, en particular:

Después de la guerra de 44 días [en 2020], cuando Nikol Pashinyan sintió y se dio cuenta internamente de su culpa y responsabilidad por las bajas y pérdidas [armenias], el instinto humano de evadir la responsabilidad, la autolimpieza y la paz de conciencia aparecieron de inmediato en él.

Cuanto más tiempo pasaba y el pueblo armenio comenzaba a darse cuenta del alcance, la profundidad y las consecuencias de las pérdidas, los esfuerzos de redención y autolimpieza de conciencia de Pashinian más se manifestaban en sus relatos.

Los instintos y sentimientos humanos, sin embargo, no tienen cabida en las relaciones estatales e internacionales. Hay una Constitución, hay leyes y hay normas escritas y no escritas en las relaciones internacionales.

Lo que sucedió en Armenia y sus alrededores después de abril de 2018 es el fracaso de la primera figura del país, su comandante en jefe y el único responsable de la política exterior, independientemente de todo. Hoy, Pashinian simplemente no tiene espacio para hablar, para justificarse y, más aún, para culpar a sus predecesores.

Si hubiera logrado la firma del tratado de paz con Azerbaiyán, hubiera abierto la frontera con Turquía y Azerbaiyán, hubiera mantenido a Artsaj (Nagorno-Karabaj), sin guerra y sin bajas, con sus fronteras y su corredor como territorio Autónomo de Nagorno-Karabaj, solo entonces tendría derecho a culpar a sus predecesores por no haber podido hacer todo eso durante treinta años.

El dilema de Pashinian, que agrava y profundiza aún más su responsabilidad y culpa, es que recibió tal legado de los tres presidentes anteriores, que podría haber hecho lo que describí con anterioridad, a partir de 2018, teniendo también en cuenta su amplio apoyo público después del cambio del poder en 2018. Sin embargo, él pulverizó todo eso.

De hecho, si Pashinian tuviera habilidades diplomáticas mínimas, primero habríamos evitado la guerra, y hoy habríamos tenido Artsaj con toda su superficie como Territorio Autónomo, el corredor de Lachin de 20 km, reconocido por Azerbaiyán, Turquía y la comunidad internacional, con un estatus intermedio. garantizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, con fronteras abiertas con Azerbaiyán y Turquía. Todo esto se describe claramente en el documento de Madrid.

Cualquier líder de Armenia sin las habilidades político-militares mínimas no podría tener éxito; Pashinyan no tenía y todavía no tiene estas habilidades.

Hoy existe una alternativa pacífica y diplomática a lo que se está haciendo. La comunidad internacional está interesada en la solución del problema, no en el contenido de la solución. 

Hoy, ellos, especialmente Occidente, apoyan a Pashinian con gran energía porque vieron en él a una persona que proporciona la forma más fácil y rápida de resolver el problema. En el momento en que Armenia pueda dar una nueva redacción hábil y lógica a sus enfoques para la solución del problema, phabrá un cambio en sus posiciones.

En resumen, desde 2018, el liderazgo de un país como Armenia no era para la envergadura de Pashinian. Además, hoy tampoco está a su altura. 

El camino más directo y corto para la clarificación y la paz de la conciencia es su renuncia voluntaria y la entrega de la conducción del país a una persona con competencia en asuntos político-militares y diplomáticos.