- Sr. Badalian, Nikol Pashinian anunció hoy en la reunión de gabinete que Azerbaiyán está utilizando una táctica comprobada, para olvidar su paso anterior, con cada paso siguiente. Es decir, al agravar la situación en Sotk, está tratando de olvidar la instalación de un puesto de control ilegal en el corredor de Lachin.

Si Pashinian conoce tan bien las tácticas del enemigo, ¿cuál ha sido su contra-táctica hasta ahora, o ha habido alguna?

- Armenia está tratando de responder a Azerbaiyán dentro de sus posibilidades. Vemos la respuesta inmediata en las acciones de las Fuerzas Armadas y, por supuesto, en las formas diplomáticas, planteando los problemas frente a las estructuras internacionales y las principales partes interesadas. Este es el campo de las respuestas de Armenia y, según creo, Armenia está tratando de responder a Azerbaiyán, dentro de sus posibilidades.

Otra cuestión es cómo evaluamos estas acciones, cómo trabajamos para incrementarlas. Naturalmente, esta ya es una cuestión de nuestra vida social interna, respecto de la cual hay diferentes opiniones.

- Sr. Badalian, en la situación actual, Armenia parece haberse convertido en un balón de fútbol, ​​que se lanza al campo de un lugar a otro, de Rusia a Occidente. Como resultado, nuestro país es parcialmente donado a Azerbaiyán.

¿Qué cree que es esto? ¿Es un método para que Armenia finalmente acepte algún acuerdo, o simplemente las partes no han llegado a una decisión final para reorganizarse?

- Podemos tener evaluaciones estrictas con respecto a la efectividad de la política llevada a cabo. Sí, debemos dejar constancia de que como resultado de la guerra sufrimos una dolorosa derrota, tuvimos grandes pérdidas humanas y territoriales, pero no debemos pensar que estamos perdiendo la última parte de Artsaj y Armenia, sino al contrario, debemos pensar en quedárnoslo todo.

Para eso es muy importante la tendencia constructiva o creativa del vector de pensamiento, independientemente de la coyuntura política interna en Armenia.

Creo que la guerra y nuestras pérdidas no fueron el resultado del hecho de que el problema de Artsaj se está lanzando como una pelota geopolítica, sino, en primer lugar, del hecho de que prácticamente fallamos en la evaluación geopolítica profunda del problema. Hemos construido nuestra trayectoria de casi tres décadas de manera muy ineficaz.

Desafortunadamente, los intereses geopolíticos están fuera de nuestro control, es decir, no decidimos si estos centros estarán interesados ​​o no. Nuestra tarea es aumentar el potencial de nuestra subjetividad tanto como sea posible en las condiciones de alto interés, para no aparecer en el papel de un eslabón débil y no pagar un precio doloroso. Aquí están nuestras deficiencias, y seguirán siéndolo si no hacemos revisiones radicales.

- Sr. Badalian, ¿qué depende de las autoridades de la República Armenia en la situación actual?

- Naturalmente, la gestión eficaz del país depende de cualquier gobierno. Cuanto más aumentemos nuestra fuerza interna, más eficaz será el trabajo diplomático.

Valoro el vector de trabajo general como positivo, es decir, se nota que Ereván está tratando de trabajar intensamente con todos los actores principales. Para la efectividad de nuestra política extrarregional, debemos ser capaces de elevar la calidad de las relaciones con los actores regionales. No estoy considerando solo el Cáucaso, estoy incluyendo al menos la región de Medio Oriente. En ese sentido, Armenia tiene oportunidades y espacios de juego adicionales.

Entonces, lo principal es aumentar nuestra eficiencia interna. Al mismo tiempo, no debemos olvidar que los desafíos y riesgos que enfrenta Armenia hoy en día, son de tal magnitud que no son solo responsabilidad del gobierno. Todos los actores sociales y políticos deben asumir su responsabilidad.

No hay duda de que también deberíamos poder utilizar el potencial de la diáspora armenia. No me hago ilusiones de que la diáspora sea una entidad poderosa, pero tiene un recurso insustituible, cuyo porcentaje deberíamos tratar de aumentar constantemente. Repito, la responsabilidad principal es del gobierno, pero la responsabilidad también debe ser descentralizada.

- De los procesos que han tenido lugar hasta ahora, está claro que los círculos internacionales no pueden contener a Azerbaiyán. Entonces, ¿qué puede detener a ese país?

- Dos cosas: una reacción internacional muy dura, cuando Aliyev se enfrenta a consecuencias muy claras en caso de resolver los problemas con la amenaza de la fuerza o el uso de la fuerza, y en segundo lugar, cuando Armenia tiene tanto poder que anulará el deseo de Azerbaiyán o ilusión de resolver cualquier problema con chantaje militar.

Armenia hoy, desafortunadamente, no tiene suficiente potencial, por otro lado, vemos que hay muchos problemas complejos entre los grandes jugadores. Este ambiente prácticamente ha desintegrado a la llamada comunidad internacional. Esa comunidad fija sus objetivos de acuerdo a intereses políticos.

Todos los polos necesitan a Azerbaiyán en términos de estos intereses políticos, y Bakú está tratando de aprovecharse de ello. Azerbaiyán ha estado trabajando con este conjunto de herramientas durante al menos 10 años.
- Sr. Badalian, ¿las próximas elecciones en Turquía pueden afectar los procesos actuales?

- Sin duda. Creo que el factor clave en las acciones de Azerbaiyán es Turquía. Naturalmente, la cuestión del poder de Turquía será un factor importante para el comportamiento de Azerbaiyán, dependiendo de cómo y a qué costo se resuelva la cuestión electoral. ¿Mantendrá Erdogan el poder?, ¿a qué precio lo mantendrá o qué pasará si su rival llega al poder en lugar de Erdogan?...