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Opinion - Benyamin Poghosian
¿Azerbaiyán está interesado en la paz?
14 de Abril de 2023

Mientras las conversaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán se estancaban y Azerbaiyán reanudaba sus tácticas de presión militar contra Armenia y la autoproclamada República de Nagorno Karabaj (NK), los actores internacionales aceleraron sus llamados a la paz y la estabilidad regionales. 

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantuvo llamadas telefónicas con el primer ministro Pashinian y el presidente Aliyev, buscando revitalizar el formato de Bruselas; Moscú anunció la próxima cumbre Armenia-Azerbaiyán en Rusia, y Estados Unidos organizó una reunión de alto nivel entre Armenia y Azerbaiyán en la Conferencia de Seguridad de Munich. Mientras tanto podíamos enterarnos de las acciones recientes de Azerbaiyán. El asesinato de tres policías en Nagorno Karabaj el 5 de marzo de 2023, el asesinato del soldado armenio cerca de Yerasj el 22 de marzo y el ataque contra soldados armenios en la aldea de Tegh el 11 de abril.

Si confiamos en la retórica de los funcionarios azerbaiyanos, incluido el presidente Aliyev, estos últimos buscan llegar a un acuerdo de paz con Armenia y garantizar una seguridad duradera en la región. Sin embargo, la comprensión azerbaiyana de la paz en general, y el tratado de paz en particular, tienen algunas características peculiares. 

Azerbaiyán cree que un tratado de paz debería finalizar la inexistencia de Nagorno Karabaj como unidad administrativa territorial, sin un estatus especial para los armenios que viven allí y sin presencia internacional para garantizar los derechos de los armenios. En cuanto a las relaciones con Armenia, Azerbaiyán argumenta que cualquier tratado de paz debería fijar la actual línea de contacto como base para la delimitación y demarcación de fronteras,

Por lo tanto, Azerbaiyán impulsó demandas muy duras a Armenia para la firma del tratado de paz. Los líderes de Bakú saben muy bien que será muy difícil para el gobierno de Armenia aceptar todas estas demandas. 

El gobierno armenio ya ha hecho concesiones significativas, al principio acordó discutir el estado autónomo de NK dentro de Azerbaiyán, luego eliminó el término "estado" de su vocabulario, centrándose solo en una presencia internacional en Nagorno Karabaj para garantizar los derechos de los armenios allí. Luego, dejar también ese punto, y aceptar que los armenios de Nagorno Karabaj deben vivir bajo la jurisdicción de Azerbaiyán sin estatus ni presencia internacional, lo que  significaría para el gobierno armenio, aceptar efectivamente la limpieza étnica dura o suave de los armenios y aceptar la visión de que haya muy pocos armenios o ninguno en Nagorno Karabaj. Ninguna fuerza política en Armenia, incluido el partido gobernante, probablemente aceptará estas demandas, ya que al menos una parte de la población las percibirá como una aparente capitulación.

Por lo tanto, podemos argumentar que Azerbaiyán impulsa demandas que constituirían un fracaso para Armenia. Se asemeja a una táctica de negociación cuando una de las partes no está interesada en ningún trato y, al mismo tiempo, busca culpar a la otra parte por no ser constructiva. 

Mientras tanto, Azerbaiyán ha realizado serios esfuerzos para desarrollar el llamado concepto de "Azerbaiyán occidental", según el cual parte de Armenia, incluida la capital, Ereván, es una tierra histórica de Azerbaiyán, y cientos de miles de azerbaiyanos deberían establecerse en Armenia, y más tarde quizás haga que estos territorios formen parte de Azerbaiyán. Actualmente, Azerbaiyán argumenta que el concepto de “Azerbaiyán occidental” se creó como palanca para obligar a Armenia a aceptar las demandas de Azerbaiyán; sin embargo, muy pronto, este concepto puede convertirse en una posición oficial de Azerbaiyán.

Mientras tanto, mientras Azerbaiyán continúa con su política agresiva hacia Armenia y la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, muchos en Bakú argumentan que Azerbaiyán recibiría lo que quiere, con o sin un acuerdo de paz. De acuerdo con esta lógica, si Armenia rechaza las demandas de Azerbaiyán de “olvidarse de Nagorno Karabaj” e implementar la delimitación y demarcación de fronteras de acuerdo con la visión de Azerbaiyán, entonces Azerbaiyán continuará con su política de aumentar la presión sobre los armenios de Nagorno Karabaj y, en última instancia, expulsarlos. Simultáneamente, Azerbaiyán puede continuar con sus "tácticas de salami" (es una llamativa definición para acciones políticas dirigidas a debilitar o aniquilar un oponente y conquistar espacios), contra Armenia, tomando alturas cada vez más estratégicas y creando un trampolín para un ataque a gran escala contra Armenia para abrir el llamado "corredor de Zangezur" por la fuerza tan pronto como sea posible. 

La política y la retórica de Azerbaiyán crean la percepción de que Bakú no está interesado en un acuerdo de paz, y su principal preocupación es culpar a Armenia por el fracaso de las negociaciones. En estas circunstancias, Armenia enfrenta decisiones difíciles. Ereván no puede aceptar plenamente las demandas de Azerbaiyán con respecto al contenido del tratado de paz, ya que equivale a la capitulación. Mientras tanto, Azerbaiyán utilizará la ausencia de un tratado de paz como “justificación” para nuevos ataques militares contra Armenia y Nagorno Karabaj.

Quizás la única forma de cortar este círculo vicioso es hacer que Azerbaiyán pague un precio más alto por sus provocaciones militares y, al mismo tiempo, llegar a los actores externos, incluidos Rusia, EE. UU. y la UE, con una visión armenia de la futura arquitectura de seguridad regional y tratar de obtener apoyo para impulsar estas ideas.

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