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Opinion - Suren Sargsian
La iniciativa china sobre Irán y Arabia Saudita presenta una oportunidad para Armenia
18 de Marzo de 2023

En los últimos días, se han producido acontecimientos bastante interesantes en la región del Cáucaso Meridional y más allá, que pueden tener un impacto significativo en Armenia. 

Hace unos días, Irán y Arabia Saudita firmaron un acuerdo histórico sobre el establecimiento de relaciones bajo el fuerte liderazgo y mediación de Beijing. 

Por supuesto, esto no significa que se formará inmediatamente una atmósfera de confianza en las relaciones entre los dos estados. Sin embargo, la mediación china definitivamente proporcionará cierta seguridad y otras garantías para ambas partes. A su vez, esta es una oportunidad para que Irán distribuya sus recursos limitados de manera más efectiva, particularmente considerando el creciente apetito de Azerbaiyán y Turquía contra los intereses de Irán en el sur del Cáucaso, especialmente en la región de Syunik en Armenia.

Básicamente, con este nuevo papel, China se está posicionando no solo como una fuerza económica global, sino también como un mediador global en conflictos tan importantes como el conflicto Irán-Arabia Saudita. Históricamente, actuar como principal mediador en procesos de reconciliación de este nivel, especialmente en Medio Oriente, siempre ha sido una prerrogativa estadounidense. No por casualidad, Washington se mostró bastante reservado sobre la iniciativa actual.

Está claro que tal iniciativa no ayuda a la política de Estados Unidos e Israel para aislar a Irán. Además, Arabia Saudita es considerada uno de los aliados estadounidenses más confiables en el Medio Oriente, específicamente contra Irán. Vale la pena mencionar que en algunos círculos de ciencia política en Washington existe la opinión bastante fundada de que Irán es indispensable para una política de contrapeso más efectivo a China, por lo que EE. UU. debería regular las relaciones con Irán, teniendo en cuenta estas realidades.

No olvidemos que superar a China es una prioridad global y un desafío de la administración Biden, como se describe en la estrategia de seguridad nacional. Con esta iniciativa, China avanzó varios pasos en este contexto, actuando con mayor rapidez y eficacia.

Primero, al llevar a Irán y Arabia Saudita a su corte, complicó los planes de Washington de formar una coalición contra China en dos frentes diferentes. Por supuesto, esto no significa que Arabia Saudita perderá su papel e importancia para Washington, o viceversa, pero Riad tendrá un posicionamiento diferente hacia China y bajo las garantías de Beijing hacia Teherán.

En cuanto a Irán, no puede hacerse la ilusión de que Teherán finalmente ha resuelto sus problemas en Oriente Medio y todo va bien en esta región, pero llama la atención que el mismo día en que Irán y Arabia Saudí firmaron el acuerdo, aviones militares despegaron y, según Azerbaiyán, violaron el espacio aéreo de este último. Este fue, por supuesto, un gesto demostrativo, porque Irán podría haber obtenido información de inteligencia sobre esas áreas cercanas a su frontera de otras maneras en lugar de lanzar el vuelo de aviones. En cambio, a través de este acto, Irán está mostrando a Azerbaiyán y Turquía que tiene garantías diplomáticas adicionales y más recursos disponibles para contrarrestar a este último tándem en la región del sur del Cáucaso.

Ahora vamos a Armenia. La noticia sobre el establecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudita no fue particularmente comentada en Armenia y el gobierno no hizo ninguna declaración. Sin embargo, es obvio que Irán está tratando de concentrar su atención en la región del sur del Cáucaso y asegurarse de que Arabia Saudita no presente desafíos significativos en este momento. 

Esta es una nueva oportunidad para que Armenia regule sus propias relaciones con Arabia Saudita, ya que Armenia nunca tuvo relaciones diplomáticas con ese país. Por supuesto, hubo algunas iniciativas históricas cuando, con la ayuda de algunos mediadores, incluidos los EE. UU., hubo intentos de regular las relaciones entre Armenia y Arabia Saudita, pero no tuvieron éxito. Ahora bien, este parece un proceso más factible, especialmente teniendo en cuenta las relaciones entre Arabia Saudita y Turquía.

Esta es una oportunidad para refdoblar los esfuerzos diplomáticos adicionales de Armenia, que debe aprovecharse, porque tal oportunidad puede no durar mucho. Es obvio que habrá varios intentos de derrotar a la mediación china, pero esta ventana estará abierta por algún tiempo y si se adopta un enfoque más profesional en Armenia, la situación puede jugar a nuestro favor.

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