En las últimas semanas, se ha discutido activamente la posibilidad de reconciliación entre Armenia y Turquía. En particular, se debatió acaloradamente la ayuda enviada desde Armenia a Turquía tras el terremoto de febrero. Esta acción de Armenia fue presentada por muchos políticos oficialistas como la decisión correcta en el contexto de la normalización de las relaciones entre dos vecinos.
Para transferir la ayuda, el Puente Margara que une Armenia y Turquía, que había sido cerrado por Turquía durante los últimos 30 años, estaba abierto para "uso único y de una sola vía".
Además, el canciller armenio visitó Turquía y se reunió con su homólogo turco.
Se creó la impresión de que en esta situación, la reconciliación de las relaciones entre Armenia y Turquía puede estar cerca. Por supuesto, todos entienden que no hay alternativa al acercamiento entre dos vecinos y los vecinos no pueden tener fronteras cerradas para siempre.
Los tres ex presidentes de Armenia tenían enfoques similares, y para los tres, la reconciliación de las relaciones armenio-turcas era uno de los principales desafíos para sus agendas de política exterior, pero ¿qué precio estaban dispuestos a pagar por el arreglo de esas relaciones? es otra pregunta...
Durante los acontecimientos del mes pasado, también fuimos testigos de otras señales. Mientras Armenia enviaba ayuda a Turquía, el presidente turco Tayyip Recep Erdoğan, agradeciendo a los rescatistas azerbaiyanos, señaló que “los hermanos azerbaiyanos estaban del lado de los turcos después del desastre como los turcos estaban del lado de Azerbaiyán durante la Guerra de los 44 Días. .”
Y esto sucedió en vísperas de la próxima visita del ministro de Asuntos Exteriores de Armenia a Turquía.
Una declaración similar provino del ministro del interior turco días después.
Es difícil decir qué está sucediendo realmente durante el proceso de normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía, porque parece haber diferencias significativas en los procesos diplomáticos públicos y entre bastidores. Además, la información sobre la diplomacia entre bastidores es extremadamente escasa y se filtra principalmente a través de los medios de comunicación turcos. Según ellos, los representantes especiales de Armenia y Turquía mantuvieron más de 500 conversaciones telefónicas hasta agosto de 2022. Esto significa que las partes se comunican entre sí literalmente todos los días, pero este hecho se ocultó a la sociedad armenia hasta que lo publicaron los medios turcos.
Es obvio que Armenia avanza hacia la normalización de las relaciones armenio-turcas, habiendo cumplido las dos condiciones previas principales de Turquía. Las autoridades armenias entregaron Artsaj a Azerbaiyán, como Turquía había estado exigiendo durante 25 años, y las autoridades armenias eliminaron el tema del reconocimiento internacional del Genocidio Armenio de su agenda de política exterior, como Turquía había estado exigiendo durante 100 años. Como han sucedido estas dos, puede haber una conclusión lógica de que se abrirán las fronteras y se establecerán relaciones diplomáticas. Si esto no sucede, significa que Turquía ha impuesto condiciones previas adicionales para Armenia en la diplomacia entre bastidores.
Por supuesto, recordamos la declaración de Erdogan de que Armenia debería proporcionar un corredor entre Azerbaiyán y Najicheván (el “Corredor Zangezur”). También recordamos que Turquía anunció que regulará las relaciones con Armenia cuando reciba luz verde de Azerbaiyán. Azerbaiyán, a su vez, declara que Sevan, Syunik y Eerevan son tierras históricas de Azerbaiyán. Es obvio que Turquía realmente no va a regular las relaciones con Armenia, al menos en esta etapa, y está presentando condiciones previas adicionales.
Como mencioné en una de mis columnas anteriores, a principios de la década de 1990, Turquía estableció como condiciones previas para la normalización de las relaciones con Armenia, no solo la entrega de Artsaj a Azerbaiyán y la eliminación del problema del reconocimiento internacional del Genocidio Armenio, también presentó condiciones previas "secundarias". En particular, Ankara sugirió que Armenia haga una declaración inequívoca sobre no tener reclamos territoriales contra Turquía y edite la declaración de independencia de Armenia, que se refiere a Armenia oriental y occidental.
Turquía también exigió la eliminación de la imagen del monte Ararat del escudo de armas de Armenia, porque se percibe en Ankara como un reclamo territorial contra Turquía. Esta información fue revelada de los cables desclasificados del Departamento de Estado de los EE. UU., porque Washington fue el mediador en el arreglo de las relaciones entre Armenia y Turquía en esos días.
En general, Turquía siempre ha mencionado la eliminación de la imagen del monte Ararat del escudo de armas de la Armenia independiente o la Armenia soviética. No olvidemos que durante la diplomacia del fútbol a fines de la década de 2000, Turquía también exigió la eliminación de la imagen, del logotipo del equipo de fútbol de Armenia. Un mes después del partido de fútbol, el Monte Ararat se volvió a colocar en el logo de la federación de fútbol con un nuevo diseño. En otras palabras, Turquía siempre se ha centrado en este tema.
Como resultado, podemos concluir que, aunque la parte armenia ha cumplido con las condiciones previas principales de Turquía, Turquía ha presentado condiciones previas adicionales, que han permanecido en la agenda de política exterior turca durante 30 años. Es difícil decir cuáles son las líneas rojas en estos asuntos, porque las autoridades armenias son conocidas por su asombrosa habilidad para cruzar todas las líneas rojas posibles.
El hecho es que Turquía no quiere establecer relaciones con Armenia hasta que reciba todo, e incluso en el caso de establecer relaciones, nadie puede garantizar la eliminación de la amenaza a Armenia por parte de Turquía. Después de todo, lo hemos visto todo en el caso de Siria, que tenía relaciones fraternales con Turquía antes de ser apuñalada por la espalda por Erdogan.
