La decisión del gobierno armenio de enviar ayuda humanitaria masiva y decenas de rescatistas a Turquía tras el poderoso terremoto ha generado mucha controversia entre los armenios.
El gobierno turco no es amigo de Armenia ni de los armenios. Turquía es un enemigo mortal que cometió el Genocidio Armenio en 1915 y continúa negándolo hasta hoy. Más recientemente, el ejército turco y los terroristas islámicos importados, apoyaron a Azerbaiyán durante la Guerra de Artsaj de 2020, lo que provocó la muerte de miles de soldados armenios. La semana pasada, el presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció que a Azerbaiyán le correspondía el apoyo de Turquía durante la guerra de 2020 al enviar varios cientos de rescatistas a la zona del terremoto. Erdogan luego agregó su mantra a menudo repetido: “Azerbaiyán y Turquía son dos estados y una nación”. Tan solo hace una semana, mientras Armenia brindaba ayuda humanitaria a Turquía en medio del desastroso terremoto,
La decisión de Armenia de enviar 27 rescatistas y 100 toneladas de alimentos, medicinas y otros suministros de socorro a Turquía fue controvertida, porque la ayuda se brindó no solo a un enemigo impenitente y luego de las pérdidas armenias infligidas por esta durante la guerra de 2020 y sumándose la actual crisis humanitaria en Artsaj, debido al bloqueo azerí del Corredor Lachin, que cuenta con su apoyo.
Mientras 120.000 armenios en Artsaj mueren lentamente de hambre al verse privados de alimentos y medicinas durante más de 60 días, el primer ministro, presidente y presidente del parlamento de Armenia, ignorando las sensibilidades armenias, anunciaron el envío de ayuda a Turquía. Ingenuamente insistieron en que su acción humanitaria ayudará a lograr la paz entre Armenia y Turquía.
Naturalmente, cuando ocurre un gran desastre en cualquier parte del mundo, la mayoría de los países se apresuran a rescatar a los afectados. Armenia no podía permanecer indiferente. Sin embargo, los líderes armenios podrían haber suavizado la reacción del pueblo si hubieran emitido un anuncio redactado con más delicadeza sobre la ayuda a Turquía y al mismo tiempo reconociendo que son conscientes de la difícil situación de los armenios de Artsaj debido al bloqueo del Corredor Lachin.
Es importante que los armenios distingan entre el gobierno turco y el pueblo turco. Armenia y los armenios tienen una demanda justificada al gobierno turco por las pérdidas armenias sufridas durante el genocidio, pero no deberían enemistarse con los individuos turcos que no participaron en el genocidio, ya que ni siquiera habían nacido en ese momento. Sin embargo, si un turco niega el genocidio e insulta la memoria de los mártires armenios, debe ser condenado al igual que el gobierno turco negacionista.
Una de las consecuencias del desastroso terremoto en Turquía es el colapso de la ya baja calificación política de Erdogan. Hay afirmaciones de la oposición turca de que Erdogan ha enviado injustamente a la mayoría de los rescatistas turcos a las regiones del terremoto habitadas por sus seguidores que habían votado por él en el pasado. Ha sido objeto de duras críticas debido a la lentitud de las acciones del gobierno turco para rescatar a la gran cantidad de víctimas del terremoto. Decenas de miles de ciudadanos turcos murieron debido al derrumbe de cientos de edificios de apartamentos de gran altura mal construidos, como resultado de las prácticas corruptas del gobierno de Erdogan. Muchos edificios que se construyeron correctamente no se derrumbaron.
Las elecciones presidenciales en Turquía están programadas para el 14 de mayo de 2023. Sabiendo que sus posibilidades de ser reelegido de manera justa son bajas, el presidente Erdogan probablemente retrasará las elecciones, dándole tiempo para idear varios esquemas para aumentar su aceptación. Ser reelegido es imprescindible para Erdogan porque si pierde las elecciones, no solo perderá la presidencia. Corre el riesgo de terminar en la cárcel por el resto de su vida debido a la corrupción masiva de él y su familia.
Por lo tanto, Erdogan hará todo lo posible para mantenerse en el poder. Aunque no tiene ningún derecho legal para posponer la elección, podrá ordenar al poder judicial, dictaminar que dada la situación de emergencia que vive el país, retrasar la elección es legal y justificado.
Erdogan ya está haciendo lujosas promesas a sus votantes potenciales. Ha prometido a millones de sobrevivientes turcos sin hogar del terremoto que el gobierno les dará apartamentos gratis en un año. Erdogan está olvidando que no tiene derecho a hacer tal promesa, porque dentro de un año puede que no sea el presidente de Turquía.
Erdogan también proporcionará grandes cantidades de dinero al público para ganar sus votos. Para reconstruir las áreas devastadas de Turquía, los países extranjeros y las instituciones financieras internacionales donarán miles de millones de dólares que Erdogan distribuirá generosamente entre los votantes para ser reelegido.