Más de un año después del acuerdo de alto el fuego de 2020 que puso fin a la Segunda Guerra de Karabaj entre Azerbaiyán y Armenia, las tensiones siguen siendo altas entre los dos. 

Al igual que el alto el fuego de 1994 que puso fin a la primera ronda de combates, Rusia también negoció este alto el fuego y, al hacerlo, ha ampliado drásticamente su presencia en la región. Sin embargo, no parece que Rusia esté dispuesta a hacer cumplir los términos de su propio acuerdo.

Como parte de los términos del acuerdo de alto el fuego del año pasado, Rusia puede desplegar 1.960 soldados  como "fuerzas de paz" dentro de una pequeña sección de Azerbaiyán, que alberga una pequeña minoría étnica armenia. Esto significa que, por primera vez desde 2012, Rusia tiene tropas en los tres países del sur del Cáucaso: Armenia, Azerbaiyán y Georgia, ya sea por invitación o por ocupación.

El mandato inicial permite a las fuerzas de paz rusas quedarse hasta noviembre 2025. Sin embargo, esto puede renovarse por otro mandato de cinco años si tanto Bakú como Ereván están de acuerdo, pero, esto no es tan simple como parece.

La extensión de la fuerza de mantenimiento de la paz rusa en la región, probablemente no enfrentará muchas objeciones del lado armenio, pero a Azerbaiyán seguramente no lo favorecerá. Si Rusia decide que quiere extender su fecha límite de 2025, puede que no haya mucho que Azerbaiyán pueda hacer para detener esto si Moscú ejerce presión sobre Bakú como lo ha hecho en el pasado sobre otros temas.

Al observar el historial de Rusia en Moldavia o Georgia, es razonable suponer que Rusia querrá que su presencia militar sea "permanente de facto". Esto expandiría la influencia militar de Rusia en la región y más allá.

A pesar de la presencia de fuerzas de paz rusas en Azerbaiyán, esporádicamente han estallado escaramuzas entre soldados azerbaiyanos y armenios en la región. Los enfrentamientos del 14 de octubre resultaron con la muerte de un soldado azerbaiyano y seis soldados armenios heridos.

Uno de los ejemplos recientes de violencia, que tuvo lugar el 16 de noviembre, dejó siete militares aserbaiyanos muertos y 10 más heridos en enfrentamientos con las tropas armenias. Los funcionarios armenios informaron de una baja y 13 soldados capturados.  Ambas partes acordaron un alto el fuego, pero la situación sigue siendo tensa.

Estos casos muestran que las fuerzas de paz rusas no están reprimiendo la violencia de manera eficaz.

Mientras tanto, la fricción entre Bakú y Moscú ha aumentado con la presencia de tropas de mantenimiento de la paz. Si bien el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, celebró el fin del conflicto y la “restauración de la integridad territorial de Azerbaiyán”, los miembros de su administración han manifestado su descontento con el acuerdo de alto el fuego.

El 11 de agosto, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán expresó su preocupación, a través de un comunicado, por las repetidas violaciones del alto el fuego, que incluían a los armenios estableciendo nuevos puestos militares en Karabaj.

"De acuerdo con las disposiciones de la declaración trilateral, las fuerzas de mantenimiento de la paz de la Federación de Rusia deben poner fin al despliegue de las fuerzas armadas armenias en los territorios de la República de Azerbaiyán, donde están desplegadas temporalmente", dijo el comunicado del ministerio.

Rusia respondió culpando a Azerbaiyán por supuestamente violar el alto el fuego y llevar a cabo ataques contra las Fuerzas Armadas de Armenia en Karabaj.

Azerbaiyán también está alarmado por los ejercicios militares rusos que se están llevando a cabo en Karabaj. Un ejercicio se centró en los soldados que se defensían de los drones. Teniendo en cuenta el papel crucial que jugron los drones en la victoria de Azerbaiyán en la guerra del año pasado, un ejercicio militar de esta naturaleza seguramente llamará la atención en Bakú.

Más que nunca, se necesita una paz duradera entre Armenia y Azerbaiyán. Rusia no ha hecho lo suficiente para sofocar la violencia entre los dos países. Rusia tampoco ha liderado la implementación de los términos del acuerdo de alto el fuego del año pasado que ayudó a negociar. Esto es especialmente cierto en el caso de la apertura de nuevos corredores comerciales regionales.

En el pasado, Rusia se ha beneficiado del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Le permitió a Moscú tener más influencia en Bakú y Ereván y vender armas a ambos lados. Si bien Rusia no querría ver un regreso de los combates importantes, también es poco probable que impulse una paz estable y duradera.

Mientras haya tensión entre Armenia y Azerbaiyán, Rusia tendrá influencia y soldados en una región cada vez más importante del mundo.  

Esta pieza apareció originalmente en The Daily Signal