26 de mayo de 2021.
Pasaron 103 años de las heroicas batallas que libraron los armenios de entonces para presevar nuestras tierras, nuestra fe, nuestra cultura y tradiciones, pero fundamentalmente para que el nombre de los armenios, Armenia, no fuera tan solo unas líneas en los libros de historia.
Armenia y los armenios venían de sufrir la matanza de 1915 en esos días, su población diezmada, desmembrada, empobrecida y agotada enfrentó una nueva batalla por la supervivenvia a solo tres años de la gran masacre y mientras todavía se desarrollaban las demás.
Ese pueblo armenio con la fuerza espiritual que le infringía la batalla de Avarair, otro 26 de mayo pero del año 451, se unió por su libertad, por su tierra, por su honor y su vida, y, desafió al poder del ejército turco muy superior en número.
Avarair fue el levantamiento del pueblo armenio en contra del rey sasánida Iazdeguerd, quien les ordenaba su conversión al zoroastrismo. En aquel entonces, los persas intentaron invadir el territorio armenio, sin embargo se encontraron con una fuerza indomable, muy inferior en número, pero de un coraje y empuje sin igual. Dirigidos por el general Vartan Mamigonian, los armenios se dejaron guiar por su “sbarabed” quien los conduciría a la inmortalidad.
Vartan y muchos otros encumbrados y valientes soldados murieron en la batalla, fueron aplastados por el poder de los persas Sin embargo, ante tamaña defensa, el rey si bien había ganado la batalla, se vio obligado a permitir que los armenios adoraran a quien quisieran.
La batalla de Avarair es fiesta nacional en Armenia, su aniversario es una fiesta de la Iglesia Apostólica Armenia y, Vartan Mamigonian uno de sus santos.
Esta fuerza inspiradora del 451 DC, y ante el retiro de las tropas rusas del frente del Caúcaso en enero de 1918, dejaron a los armenios nuevamente, a la suerte de los planes del imperio otomano. Decididos a no repetir el pasado cercano, crearon un pequeño ejército armenio para ocupar las posiciones que los rusos habían abandonado.
Así, se formaron tres frentes: Gharakilisé, Bash Aparán y Sardarabad. El general Tovmas Nazarbekian fue elegido comandante en jefe, con base en el frente de Gharakilisé. Los frentes de Bash Aparán y Sardarabad fueron confiados al general Movsés Silikian, quien había apostado a Drastamat Kanaian en Bash Aparán y a Daniel Bek Pirumian en Sardarabad.
En mayo 1918, apenas dos meses después de la firma del Tratado de Paz de Brest-Litovsk, el tercer ejército otomano cruzó a Armenia Oriental y atacó Alexandropol (actual Guiumrí). El ejército otomano pretendía aplastar Armenia y llegar a los pozos petrolíferos de Bakú a través de la Transcaucasia rusa. Tras la caída de Alexandropol, el ejército otomano entró en el territorio de la antigua Ereván. En lugar de retirarse, los armenios decidieron resistir y prepararse para la próxima batalla.
El Katolicós Kevork V ordenó que las campanas de las iglesias repicaran durante seis días para llamar a todos a defenderse. Y así lo hicieron campesinos, poetas, herreros, clérigos, mujeres y niños, formaron unidades militares organizadas, utilizando carros tirados por bueyes, búfalos y vacas para cerrar los caminos. Se ordenaron para llevar alimentos, provisiones y municiones a los voluntarios.
Las fuerzas otomanas se pusieron en acción en dirección a Gharakilisé (actual Vanadzor), Sardarabad, Tiflís (actual Tbilisi, capital de Georgia) y Ereván el 20 de mayo. Mientras Gharakilisé era su objetivo principal, Tiflís y Ereván se mantenían bajo presión.
Entraron en Gharakilisé sin resistencia El 22 de mayo, otro grupo de soldados de infantería y de caballería se dirigieron a Sardarabad, donde las fuerzas armenias lograron detenerlos, obligándolos a la retirada de casi 15 a 20 kilómetros en dirección oeste. Sin embargo, el comando otomano fue capaz de recuperarse de sus pérdidas y de reorganizarse en la orilla noroeste del río Arax. Pero, sus repetidos intentos de cruzar el río encontraron una fuerte resistencia armenia.
La derrota otomana en Sardarabad el 26 de mayo, fue fundamental para permitir que el Tashnagtsutiun declarara la independencia de la República Democrática de Armenia el 28 de mayo de 1918.
En 1965, al conmemorarse el quincuagésimo aniversario del genocidio armenio, las autoridades de la entonces, República Socialista Soviética de Armenia, decidieron la construcción de un monumento y un parque dedicado a la victoria en el lugar de la batalla.
El arquitecto Rafael Israelian concluyó la obra en 1968. El autor concibió la monumental obra y plasmó en el frío mármol la libertad, la fuerza, la unidad y el compromiso de todos los armenios.
Pasaron 103 años… pasaron muchos cosas en más de un siglo…Armenia declaró su independencia el 21 de septiembre de 1991, se transformó en República de Armenia, se sucedieron tres presidentes democráticamente elegidos, vivimos la “revolución de terciopelo” en 2019, nos volvió a suceder la atrocidad de la guerra en 2020 y hoy, nos persigue la zozobra en territorio armenio…
Nos preguntamos porqué?
Nos preguntamos, basta con el sentimiento?
Nos preguntamos qué podemos hacer?
Nos preguntamos sobre el legado a nuestros hijos?
Nos preguntamos cómo vamos a permitir que otros pisen el suelo sagrado?
Baruir Sevag poeta armenio 1924-1971 escribió la letra de esa hermosa canción a la que Edgar Hovhannesian le puso música, y en uno de sus versos dice: “Que las próximas generaciones se reconozcan en Sardarabad”
Levantémosnos una vez más como si estuviéramos escuchando el tañir de las campanas de Sardarabad, hagámosle honor a nuestros mártires, a los de antes y a los de ahora, no permitamos que nuestro enemigo nos paralice, es el siglo XXI!
Démosnos la mano y avancemos juntos hacia el brillante futuro de Armenia.
Susana Dergarabetian Nahabetian