En diciembre de 2006 el Estado argentino sancionó la ley 26.199 que declara el 24 de abril como “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”, en conmemoración del genocidio contra el pueblo armenio. El congreso santafesino adhirió a la norma nacional a través de la ley Nº 12.917 y ahora la modificó con la incorporación de dos nuevos artículos. Lo que a simple vista se presenta solo como un avance normativo, en la práctica ofrece la posibilidad de enriquecer los aprendizajes de las y los estudiantes santafesinos.
De acuerdo al nuevo articulado, el Ministerio de Educación provincial debe propiciar la formación y comprensión de lo que significó el genocidio armenio, bajo los objetivos de analizar y brindar herramientas pedagógicas acerca de procesos históricos de violencia y exclusión contra pueblos y comunidades, a fin de producir contenidos sobre esta temática. El abordaje del genocidio armenio en las escuelas secundarias también abre la puerta a la reflexión y la promoción del respeto de los derechos humanos, la tolerancia, la paz y los principios democráticos.
La Cátedra Amenia trabaja hoy en la elaboración de un manual que aporte a la planificación y brinde material y recursos pedagógicos para la enseñanza del genocidio armenio, especialmente en el secundario. “La idea no es generar un gasto nuevo al Estado sino utilizar los mismos recursos que ya tiene para poder concientizar sobre esta temática. Además, siempre decimos de la importancia de tener una agenda común que trascienda los colores políticos para abordar estas cuestiones”, afirma.
Contra la negación
Este avance normativo llega junto a la celebración de cuatro décadas de democracia, pero también cuando cierta dirigencia política se anima a ponerla en cuestión a través de discursos negacionistas del Terrorismo de Estado. La docente afirma que cuando se habla del genocidio armenio, el negacionismo es un concepto clave a abordar. “Sobre este tema, Matilde Bruera —abogada, docente y activista de derechos humanos por el caso armenio— dice que si la negación es parte del crimen, el reconocimiento es parte de la justicia. Porque parte de este genocidio es su negación por parte de su perpetrador, en el caso armenio la actual República turca”, explica Delfina, que además de docente es descendiente de sobrevivientes. Y concluye: “¿Qué queremos? Yo en particular como nieta de sobrevivientes lo que quiero es el reconocimiento, esto significa no tener que seguir trabajando en concientizar de que fue verdad lo que estamos contando”.
El caso armenio permite mirar con lupa discursos negacionistas de la historia nacional que circulan en el presente. Al igual que con aquel genocidio europeo, el reconocimiento del Terrorismo de Estado cometido en el país por la dictadura cívico militar, constituye un acto de justicia que debe estar presente en todas las aulas de la provincia.
El abordaje educativo del caso armenio no solo invita a reflexionar sobre la violación a los derechos humanos y denunciar la negación de estos hechos como un acto de injusticia, sino que además ofrece la oportunidad de formar en valores democráticos que promuevan la tolerancia y la paz.