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Locales - Roberto Malkassian
Intervención en el Círculo de Legisladores de la Nación
10 de Mayo de 2022

Quisiera agradecer en primer lugar la invitación del Círculo de Legisladores de la Nación Argentina y en especial al Senador Pedro del Piero

Conforme se me sugiriera, me voy a referir muy brevemente al marco jurídico que tiene la problemática del genocidio armenio.

La primer cuestión se refiere a cómo se tipifica este crimen contra la humanidad. Conforme se ha interpretado pacíficamente en el Derecho Internacional la Convención contra el Genocidio de 1948 ha legislado principios básicos de la costumbre internacional ya existentes en ese entonces lo cual permite asimismo calificar de genocidio a las matanzas de la Shoa. Estas normas, más específicamente, constituyen principios que se conocen como normas imperativas del Derecho Internacional. Eso significa que no puede existir ningún acuerdo en contrario de este tipo de principios. En el caso armenio, en 1915 el gobierno otomano ordenó mediante decisiones y comunicaciones escritas, la destrucción total del pueblo armenio. Las matanzas duraron al menos hasta 1923. Los armenios, les gustara o no eran súbditos otomanos. Es decir que el Sultán mandó aniquilar a ciudadanos de su propia Nación.

Además el Imperio se apoderó de todos los bienes de los armenios, en un acto que no consistió en una expropiación sino simplemente en una confiscación, sin reconocer –hasta hoy- indemnización alguna.

La segunda cuestión tiene que ver con la necesidad de producir el reconocimiento del genocidio por parte de la comunidad internacional .

Ello es así, simplemente porque Turquía (que es sucesora del Imperio Otomano) niega haber cometido un genocidio contra los armenios, con lo cual, nosotros, descendientes de los pocos que lograron sobrevivir, tenemos abiertas las tumbas de nuestros abuelos. Esa es la razón por la cual las comunidades de refugiados en diversos países se han organizado del modo que pudieron para reclamar que los países en los que se encontraban reconocieran formalmente que lo que pasó con sus antepasados fue un genocidio.

A la fecha existe un número considerable de Estados que han comprendido el problema, se han solidarizado con los armenios y han formalizado modos concretos de reconocimiento.

Es aquí donde la Argentina ha tenido un doble rol. Por una parte, a partir del año 1984, durante la presidencia del Dr. Alfonsín, ambas Cámaras de nuestra Legislatura mediante Resoluciones no solo declararon que el caso armenio era jurídicamente un genocidio sino que le pidieron al Poder Ejecutivo que tomara las medidas necesarias para que ese reconocimiento se produjera también en el ámbito de las Naciones Unidas.

Es en la Subcomisión de DD.HH. de las Naciones Unidas que se trataba un proyecto de informe sobre la Convención contra el Genocidio de 1948. La Subcomisión se compone de 26 expertos y el encargado del informe sobre la Convención era el británico Ben Whitaker. Unos 5 años antes había fracasado otro estudio, a cargo del experto ruandés Ruashanchiko quien en su informe preliminar había incluido un parágrafo que calificaba como "genocidio" las matanzas de 1915-1923. Los armenios felices, esperábamos la presentación definitiva del informe, que nunca se produjo porque Ruashanchiko desapareció y envió a las Naciones Unidas por correo su informe definitivo, sin el parágrafo sobre el genocidio armenio. Como comprenderán la situación era más que extraña. Luis Joanet, experto francés y miembro del gabinete del 1er. Ministro de Francia me explicó en 1985 que los turcos le pagaron 400.000 dólares y le dieron una "villa" en la Costa Azul para que "desapareciera" y eliminara el párrafo del caso armenio como genocidio.

Pero volvamos a 1984. Un grupo de 4 o 5 descendientes de armenios fuimos a la Casa Rosada a felicitar a Solari Yrigoyen por el triunfo del radicalismo en las elecciones. Solari Yrigoyen era el principal asesor de Alfonsín en materia de Relaciones Internacionales y su despacho lindaba con el del Presidente. Es él quien nos preguntó "qué podemos hacer por nuestros amigos armenios?". Me miraron a mí y yo le conté lo del nuevo informe en elaboración por Whitaker, le subrayé la existencia de presiones turcas para que no incluyera el caso armenio como de genocidio, la soledad del experto francés en la defensa de lo armenio en la Subcomisión y la necesidad de que la Argentina asumiera un papel oficial de apoyo a la causa armenia para que Whitaker se sintiera acompañado y apoyado.

Es en ese momento que Solari Yrigoyen llama por teléfono al Ministerio de RR.EE y nos dice que al día siguiente nos esperaban en la Cancillería. Fuimos, y me presentan al nuevo experto de la Subcomisión , el argentino Leandro Despouy quien me dice que del caso armenio conoce muy poco, solo las manifestaciones del 25 de Abril que vio en Paris y que a Ginebra, sede de la Subcomisión, debo ir con él para "darle letra" como dijo textualmente. No hay tiempo para contar todo lo que hicimos con Leandro para contactar a los demás expertos, entrevistarnos con Embajadores, proveerlos con libros y documentación sobre el caso armenio y apoyar el informe de Whitaker. Finalmente, en Agosto de 1985 la Subcomisión, después de un debate de tres días y a pesar de la tremenda presión de Turquía, aprobó dicho informe con lo cual se acredita que las Naciones Unidas también reconocen las matanzas de armenios de 1915-23 como genocidio. La aprobación se debe al genio de Despouy ya que el debate del tema se había cerrado definitivamente sín la aprobación del informe. Qué pasó para que al día siguiente se reabriera el tema y que aquellos que habían votado contra el informe cambiaran su voto, se los podré contar en otra ocasión, con más tiempo.

Comprenden ustedes que sin la labor de nuestro Congreso, sin el apoyo del Poder Ejecutivo y la intervención de Leandro Despouy, no hubiera sido posible lograr el reconocimiento de las Naciones Unidas. Reconocimiento que fue seguido por el Parlamento de la Unión Europea y por organismos Latinoamericanos.

Unos años más tarde el Poder Legislativo aprobó la Ley 26.199 que establece el 24 de Abril como "Dia de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos". La comunidad armenia en el país agradece profundamente la adopción de dicha Ley, sin perjuicio de recordar que el proyecto original elaborado por todas las instituciones armenias de Argentina en 2005-2006 incluía la creación de un Museo de la Historia y la Cultura Armenias, la construcción de un Memorial en homenaje a las víctimas, la incorporación en la currícula escolar de los niveles primario, secundario y universitario de todo el país la temática alusiva al genocidio armenio, la implementación a través del Ministerio de Justicia y DD.HH además del INADI de programas de conocimiento y difusión de lo ocurrido en el genocidio, se disponía la modificación de la legislación para otorgar a los Tribunales Federales en lo Criminal competencia suficiente para investigar lo sucedido con las víctimas de genocidio, y también para sancionar a quien públicamente negare la comisión de genocidios reconocidos nacional o internacionalmente. Finalmente ese proyecto de Ley disponía que es de interés de la República Argentina que los Organismos Internacionales Gubernamentales reconozcan formalmente el genocidio armenio y arbitren los medios para las reparaciones que correspondieran a las víctimas y sus derechohabientes. El último artículo de ese proyecto disponía que las representaciones diplomáticas y consulares de la República Argentina en el exterior presten asistencia a ciudadanos argentinos que entablen en su jurisdicción reclamos en su calidad de víctimas del genocidio o de derechohabientes de dichas víctimas.

Espero que los legisladores presentes retomen el tema y lo completen en los puntos ausentes de la ley 26.199.

Roberto Malkassian.

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