Recrudecieron los bombardeos en el norte de Nagorno Karabaj, que quiere ser independiente. Escaló la tensión política. Azerbaiyán sigue reclamando por los territorios, a pesar de que la zona cuenta con una población mayoritariamente de armenios
Armenia y Azerbaiyán están al borde de la guerra, en lo que sería un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes por el enclave del Alto Karabaj que nace cuando ambos integraban la Unión Soviética.
Tras el desmantelamiento de la URSS, estalló el belicismo en el Cáucaso que concluyó con el separatismo de hecho de Nagorno Karabaj y la conquista de algunos distritos azeríes.
En 1994 se acordó un cese de fuego pero no se pudo llegar a una paz duradera y la disputa continúa congelada. En las últimas dos décadas se produjeron innumerables enfrentamientos intermitentes como en los tiempos entre cosacos y tártaros.
Azerbaiyán sigue reclamando por los territorios, que según las Naciones Unidas le pertenecen, a pesar de que la zona cuenta con una población mayoritariamente de armenios.
Luego de cuatro días de combates intensos, recrudeció la tensión política y el portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Shushán Stepanián, denunció que Azerbaiyán bombardea las posiciones armenias en el norte de Nagorno Karabaj “empleando drones y caza F-16 de fabricación turca”.
El foco de conflicto también radica en que Armenia ya había hecho un llamamiento a la comunidad internacional para evitar que Turquía se involucrara en el conflicto, en una relación históricamente tensa por negarse a reconocer el genocidio armenio de 1915.
Frente a este panorama, el canciller Felipe Solá decidió fijar postura a favor de Armenia y pidió el cese del fuego. “A mí personalmente me duele en forma especial. No puedo ir más allá de Canciller como esto, pero sí decir que vamos a tratar de insistir en eso, en el cese del fuego y en estar en permanente contacto con la gente de nuestra embajada en Armenia. Esta escalada debe cesar ya”, aseguró el funcionario.
Sus declaraciones fueron realizadas este jueves por la tarde durante un encuentro virtual organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), en el que se refirió a la política exterior argentina actual.
Al ahondar en ese conflicto bélico, Solá recordó que “es una guerra de cuatro años en la que triunfó Armenia”. Y explicó: “Nagorno Karabaj es un enclave que ahora quiere ser independiente en algunos casos pero que tiene cultura armenia, idioma armenio, educación armenia, etc. Armenia ganó para sí ese lugar aunque después la intervención de las fuerzas que lograron la paz lo convirtieron en un territorio independiente”.
El canciller se mostró “muy preocupado” por la escalada de violencia en esa región y admitió que recibió el llamado de varios amigos por ese tema: “Entiendo muy bien la preocupación de Eduardo Eurnekian. He recibido llamados de todos mis amigos. Tengo a dos armenios en un consejo honorario de política exterior. Tengo dos armenios sobre diez, lo que es bastante”.
“Armenia es un país que ha sido muy golpeado y se ha rehecho sobre sí mismo. El cariño y la correspondencia que la diáspora, las instituciones armenias y los armenios de Argentina -y de otros tantos países del mundo-, tienen por la tierra de sus ancestros es muy grande. Armenia marca a sus hijos y a sus descendientes de una manera muy fuerte”, había dicho el Canciller en aquella oportunidad. Y ayer, volvió a reafirmar su postura a favor de ese pueblo.