El 9 de marzo, en el Arzobispado de la Iglesia Apostólica Armenia, El Arzobispo Kissag Mouradian ofició como anfitrión en la despedida oficial que la Comunidad de Argentina nucleada en IARA, le ofreció a la Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República de Armenia, Estera Mkrtumian quien a partir de la fecha concluye sus servicios diplomáticos en el país.
Ofició de maestro de ceremonia, el Sr. Juan Sarrafian, quien fue invitando a los presentes a hacer uso de la palabra.
El Arzobispo le dio la bienvenida a los presentes y obviamente señaló las cualidades de la Embajadora Mkrtumian y su notable desempeño en los siete años en funciones, primero como Cónsul y luego como Embajadora.
Adriana Cámara Kasparian, Presidenta de IARA, dirigió a su vez cálidas palabras que sin duda reflejan la sintonía embajada-comunidad y abrió la ronda de breves pero elogiosas palabras que ofrecieron algunos de los presentes, entre ellos el Ing. Jorge Vartbaronian, quien fuera primer Cónsul Honorario en la Argentina y miembro de la familia donante del hermoso edificio con el que cuenta la Embajada Armenia en la Argentina.
En la actual situación de pandemia y siempre considerando la capacidad de la sala en la que se realizó la reunion de despedida, se utilizó la semipresencialidad via zoom, para los otros miembros de IARA, quienes participaron virtualmente de la actividad.
Asi, en modo virtual hicieron uso de la palabra, la Sra. Lilian Merdinian, Presidenta de la Colectividad de Córdoba y el Sr. Youssefian de la de Rosario.
A continuación se dirigió a los presentes la Sra. Embajadora quien se dirigíó tanto en armenio como en español, agradeciendo a la comunidad toda, que la recibió cálidamente desde el primer día y con quienes transitó días importantes e inolvidables, en especial estos últimos meses.
Como broche final, Adriana Cámara Kasparian le hizo entrega de un presente de parte de toda la comunidad.
La despedida continuó con una cena en el restaurant Armenia, en la que varios de los participantes tuvieron la oportunidad de ofrecerle a la Embajadora Mkrtumian sus impresiones y reflexiones en un ambiente informal y distendido.
Sergio Nahabetian, Jachig Der Ghugasian, Ruben Kedikian, el Archimandrita Aren Shant, Leonardo Hekimian, todos expresaron palabras cálidas y de reconocimiento, haciendo hincapié, en un discurso muy plural idiomáticamente hablando, sobre la gran capacidad de la Sra. Embajadora en el desenvolvimiento profesional cuando sus cualidades estuvieron a la vista durante los dolorosos momentos de los meses vividos.
La potente y cálida voz de Sergio Tchabrasian puso la nota musical en el ambiente.
La oportunidad se hizo propicia también para que la nueva cónsul, Ani Hakopian, fuera presentada a la comunidad.
Después de un año de casi ninguna actividad presencial, esta fue una oportunidad muy valorada.
Para concluir la Presidenta de IARA, le dio la palabra al Arzobispo Mouradian, quien realizó la bendición final de despedida.
A continuacion el discurso completo de la Sra. Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República de Armenia
A las instituciones y miembros de la Comunidad Armenia de la República Argentina
Estimados connacionales:
Al concluir mis servicios diplomáticos como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de la República de Armenia, quiero dirigir un mensaje especial a los connacionales de la comunidad armenia de la Argentina, que tuve el honor de conocer y la satisfacción de experimentar en su apoyo incondicional a mi gestión durante más de siete años de trabajo intenso en la Embajada de la República de Armenia.
Para los armenios nativos de la Madre Patria la diáspora es una parte de nuestra nación llena de interrogantes y desafíos. Mi residencia temporaria en Buenos Aires me permitió conocerla y familiarizarme con sus anhelos y sus preocupaciones, sus vivencias y sus objetivos. Me hizo conocer el valor de la conservación de nuestro acervo cultural y espiritual aún en la dispersión.
También pude comprobar la riqueza que el intercambio de culturas ha producido en el seno de nuestras colectividades, acogidas oportunamente por la generosidad de las naciones donde los sobrevivientes del genocidio de 1915 se pudieron reencontrar con sus propias existencias y rehacer sus vidas. En mi caso, pude comprobar la grandeza de la sociedad argentina en el afecto y la consideración de los armenios y sus descendientes.
En mi despedida solo tengo palabras de gratitud y reconocimiento. Los latidos de los corazones armenios de este país sintonizan íntimamente con los aciertos y los tropiezos de la Madre Patria, con la que comulgan ante cada nueva situación y en la que proyectan sus aspiraciones como integrantes de una nación en su mayor parte dispersa.
Mis siete años en Buenos Aires han sido una escuela y un sitio de ensayos para mi formación, con innumerables episodios enriquecedores e inolvidables experiencias atesoradas en mi corazón y mi intelecto. Les agradezco por todo y valoro en toda su dimensión sentimientos y actitudes, deferencias y honores que atribuyo a mi representatividad más que a mi persona.
Muchísimas gracias, y consideren que siempre estaré al servicio del fortalecimiento de la amistad armenio-argentina, relación en la que ustedes cumplen un rol trascendente y fundamental.
Con un fuerte y prolongado abrazo,
ESTER MKRTUMYAN