La Colectividad Armenia de Rosario preparó una sorpresa para cada niño y niña de su comunidad en el día de las infancias.
El domingo pasado, las familias armenias de Rosario recibieron en sus casas una bolsa con regalos para cada hijo pequeño. Las bolsas fueron pensadas y armadas por la comisión directiva de la Colectividad Armenia de Rosario para celebrar el día de las infancias con juegos que reactiven los vínculos con la historia armenia. “La única manera de que las culturas sigan perdurando en el tiempo es cuando les inculcamos a los niños sus raíces. Con estos juegos queríamos hacer que los más pequeños descubran visualmente su identidad armenia”, explica Juan Danielian, presidente de la colectividad.
Cada bolsa contenía un juego de la memoria -que enviaron a sublimar especialmente con íconos armenios-, un cuadernillo para pintar con figuras y símbolos de Armenia, un juego pop it, calcomanías, barbijos y pulseritas de tela. Además, enviaron una cartita en cada bolsa que comenzaba diciendo: “Nada enciende más la mente de un niño que jugar”.
“Pensamos en un juego como el memotest porque nos parece interesante que los chicos vayan incorporando visualmente los símbolos armenios, de manera lúdica sobre la cultura armenia”, cuenta Anabela Avedisian, una de las promotoras de este proyecto para las infancias. El juego de la memoria tiene imágenes como el duduk, el arca de Noé, una granada, la bandera armenia, la flor nomeolvides, etc.
“¡Victoria recibió sus regalitos de la Colectividad con mucha emoción y entusiasmo! Más allá de lo didáctico, que es lo que más les gusta a los pequeños, los juegos que permiten divertirse y a la vez contar una historia, su historia, tiene doble valor”, dice Carolina Sahakian, mamá de Victoria y agrega: “Desde que nació trato de transmitirle lo armenio en cada cosa que hacemos: juegos, historia, fotos, idioma, música y comida! ¡Victoria adora el Lehmeyun!”.
Los regalos fueron enviados a aproximadamente 100 niños de 55 familias de Rosario. “Me di cuenta que la inversión que hicimos fue valiosísima, cuando me senté a jugar con mi nieto y aprendía a reconocer y a nombrar poco a poco los íconos armenios. Lo escuchaba pronunciar ‘Ararat, duduk, el arca de Noé, Tatik Papik...me emocioné mucho”, confiesa Diran Yousoufian, vicepresidente de la Colectividad de Rosario.