El 30 de septiembre, bajo la presidencia de S.S. Karekin II, Patriarca Supremo y Katolikós de Todos los Armenios, tuvo lugar en el Veharan (Palacio Katolikosal), la ceremonia de distribución del recién bendecido San Miurón.

Después de la oración, Su Excelencia el arzobispo Arshak Khachatrian, expresó que las ceremonias de bendición de Miurón y la reconsagración de la Catedral Madre, se llevaron a cabo con total éxito, brindando a todos consuelo espiritual y entusiasmo.

Luego, el Katolikós de Todos los Armenios entregó los receptáculos llenos del Santo Miurón al Patriarca Armenio de Constantinopla, Sahak Mashalian, a los representantes del Katolikosado de la Gran Casa de Cilicia, al Patriarcado Armenio de Jerusalén y los líderes diocesanos de las distintas comunidades.

La ceremonia concluyó con la bendición y el mensaje de Su Santidad Karekín II, Katolikós de Todos los Armenios.

Expresando su gratitud al Todopoderoso en relación con la consagración del miurón y las ceremonias de reconsagración  de la Catedral, Su Santidad enfatizó: "queridos, hoy, con espíritu valiente, les entregamos el recién bendito Santo Miurón, para que sea distribuido con sus gracias celestiales a todo nuestro pueblo creyente, manteniéndolo lleno de fe y de esperanza, y en fidelidad a nuestra Iglesia, la Santa Sede de Etchmiadzin."

Refiriéndose a los desafíos actuales, el Patriarca armenio dijo: "Debemos tratar de fortalecer nuestra esperanza y fe en las pruebas a que somos sometidos en la actualidad, mantenerla viva y fuerte, para que podamos aumentar las bendiciones de Dios en nuestras vidas. Como dice el monje e historiador Mattheos Urhaietsi, nuestra fe, que se basa en los cimientos de diamantes de los apóstoles San Tadeo y Bartolomé, y de San Gregorio el Iluminador, es y seguirá siendo inquebrantable para siempre. La fe transmitida por los Santos Apóstoles y el venerable Patriarca, nuestra herencia ancestral y la fidelidad a los valores sagrados, seguirán siendo los pilares inquebrantables de nuestra vida nacional y grato a Dios, y se transmitirán celosamente de generación en generación".

En su alocución, el Katolikós de Todos los Armenios, expresó su confianza en que el Miurón distribuido por la Santa Sede, dará renovación espiritual y fuerza al pueblo armenio con las gracias celestiales de Dios, y el Santo Nombre de Cristo siempre unirá y congregará a los hijos de la nación. con la esperanza de la salvación.

"Creemos que con el cumplimiento de los mensajes del Señor, nuestro pueblo encontrará los caminos de su ascenso, sanando sus heridas, encontrando refugios pacíficos y seguros", añadió el Patriarca Armenio.

Al finalizar, Su Santidad expresó su agradecimiento a los presentes por hacer lo mejor que pueden para solucionar los problemas que enfrenta la patria y el pueblo armenio, solicitando que el Señor Celestial bendiga y haga fructíferos sus esfuerzos en aras de la seguridad y la paz de la patria, el despertar espiritual y la prosperidad del pueblo armenio, y el resplandor de la Iglesia.