Mensaje del líder de la diócesis de Artsaj, obispo Vartanés Abrahamian, con motivo del aniversario de los trágicos acontecimientos de septiembre de 2023.

"Queridos ciudadanos de Artsaj

Hoy se cumple un año de los trágicos acontecimientos que le ocurrieron a nuestro pueblo.

Contrariamente a los heroicos esfuerzos de todo nuestro pueblo, que se encontraba en asedio permanente durante nueve meses, que padecía hambre y necesidad, y que no recibía ayuda del mundo exterior, el 19 de septiembre de 2023 y los días siguientes, Azerbaiyán militarizó y despobló completamente por la fuerza, la República de Artsaj, cuna del pueblo armenio, mediante operaciones militares y una política genocida. 

Así produjo la deportación forzosa de más de 120.000 armenios de Artsaj.

Estos trágicos acontecimientos se vieron agravados por la explosión del almacén de combustible en Stepanakert, que como consecuencia de ello, muchos armenios fueron víctimas inocentes y resultaron heridos. Luego fueron capturados los líderes de Artsaj, que son los símbolos de nuestro estado independiente.

Así como en cada oración mencionamos las almas de nuestros heroicos mártires, nuestra oración debe incluir que nuestros prisioneros en Bakú, sean liberados de inmediato.

Es con el mayor dolor en nuestros corazones que registramos lo sucedido, sin embargo, esperemos que el dolor y el sufrimiento, no se conviertan en desesperación para nosotros y le demos la espalda a Dios y a nuestra patria.

Sí, la pérdida que sufrimos, tanto como colectivo como individualmente, es grande e indescriptible. Las vidas de nuestros hijos, nuestros hogares y pertenencias, nuestra sangre y nuestro sudor fueron víctimas de la política genocida del enemigo.

Además de las pérdidas humanas y materiales, hemos perdido las piedras angulares de nuestra identidad espiritual y de nuestra tierra. Junto con la pérdida de nuestra Santa Patria, hemos perdido nuestros monasterios, iglesias y tumbas de nuestros familiares.

Sin embargo, queridos ciudadanos de Artsaj, esto debería darnos nueva fuerza, nueva esperanza en Dios y nueva confianza en nuestra unidad nacional, para que el 19 de septiembre nunca se convierta en un día de recuerdo. Debería convertirse en un día para repensar nuestras vidas, redescubrir nuestra identidad, unirnos en torno a la idea de regresar a Artsaj.

En verdad, nuestro Señor Dios es justo y misericordioso. Y nosotros debemos estar llenos de fe y esperanza, fortalecidos con el amor de que podemos pasar esta vergonzosa página de nuestra historia y reescribir un nuevo comienzo, marcar nuevos horizontes de elevación y del despertar nacional.

Gracias a Dios que nuestros hermanos y hermanas de Armenia nos dieron una cálida bienvenida, sin dejarnos sentir como extraños en la Patria. También es gracias a los esfuerzos de nuestros compatriotas que el pueblo de Artsaj puede integrarse en la vida pública de la República de Armenia, manteniendo al mismo tiempo sus características únicas.

Hijos fieles, que la lámpara de la esperanza del retorno nunca se apague en nuestros corazones y almas. Se debe mantener viva la llama a toda costa, fortaleciéndola constantemente con actos de amor, misericordia y devoción.

Cree y actúa. ésta es la fórmula del retorno y de nuevos logros nacionales. Es hora de comprometernos con la realización de nuestros preciados sueños nacionales, a cualquier precio y aprovechar cualquier oportunidad, para que la justicia se restablezca en nuestras vidas, para que el mundo de Artsaj vuelva a ser parte de la Patria, la Armenia por la que todos nos esforzamos y aspiramos.

A Dios, mis oraciones y los deseos más preciados desde lo más profundo de mi corazón, tienen como objetivo una cosa: volver a ver Artsaj. Y es mi deber, como padre espiritual, enviar a todos la misma advertencia, para que mantengáis siempre firme ese mismo deseo en los caminos de vuestras vidas.

Que el Señor Todopoderoso distribuya abundantemente sus gracias a nuestro pueblo, regalándole fuerza, energía y abundantes frutos de fraternidad. Que nuestro sueño nacional sea consagrado por la voluntad de Dios y que las campanas de las iglesias de Artsaj, vuelvan a sonar en un futuro próximo, llamando a sus hijos a la cuna materna.

Que el recuerdo de nuestros heroicos armenios, permanezca siempre vivo y que nuestros hijos que se encuentran en injusto cautiverio, reciban nuevamente el regalo de la libertad. Amén."