El domingo 3 de septiembre la comunidad armenia de la República Argentina festejó el doble acontecimiento del primer centenario del Centro Armenio y el 85º aniversario de la Catedral San Gregorio El Iluminador de Buenos Aires.
Con gran concurrencia tanto en la misa como en el tradicional Madag, el marco no pudo ser mejor.
La Santa Misa fue oficiada por el Locum Tenens de la Iglesia Apostólica Armenia, Arch. Aren Shaheenian, y participaron SE el Arzobispo Kisag Mouradian y el Exarca Apostólico Armenio para América Latina, Monseñor Pablo Hakimian, estando pressentes, el embajador de la República de Armenia, Hovhannés Virabian, junto a benefactores, representantes de las distintas instituciones de la comunidad, representantes de las ciudades de Rosario y Córdoba junto a los feligreses que cada domingo acompañan la Santa Misa con las voces del Coro Gomidas.
El Arch Aren Shaheenian se refirió al evangelio del día: "la Invitación de la Iglesia a participar, y a darse".
En la homilía expresó:
" "Jesús les dice a sus discípulos; no compren el pan, sino, entréguense ustedes".
Jesús les pregunta; cuántos panes tienen? Le contestan; cinco panes y dos peces, entonces, El, tomó los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al cielo, bendijo la comida, la repartió y les dio de comer a todos, y todos quedaron satisfechos. Eran cinco mil personas...
Jesús, con esta enseñanza, quiere significar dos cosas; Primero: no importa cuánto tienes, no agotes tu fé en la cuestión material, porque eso te limita para participar en tu relación con Dios.
En Segundo lugar; destaca la necesidad de "Darse uno mismo", involucrándose desde su corazón, desde el alma, desde el interior. Por nuestra parte, significa participar, comprometernos dando algo que nos es propio, la Fe.
Entonces "dar", no significa comprar el material. ¿Qué nos pide Jesús?; Jesús pide nuestra participación. A Jesús le interesa involucrar a los discípulos, le interesa que ellos se hagan cargo de la situación y la enfrenten.
Cuando El les pregunta; ¿"cuántos panes tienes"?. No lo hace por el valor material, significa que tanto puede alcanzar para todos, eso, depende de nosotros, de nuestra fe y nuestro compromiso compartido.
El Maestro nos dice que, tenemos que involucrarnos, con nuestras capacidades, con nuestra oración, con nuestra confianza en Dios, con nuestra Fe. "Si tuvieras fe, del tamaño de una semilla de mostaza, le dirías a esta montaña muévete de aquí para allá, y la montaña se movería".
Porque, “Lo importante es el don de nosotros mismos, el grado de amor que ponemos en cada uno de nuestros gestos. No hace falta hacer grandes cosas, sólo pequeños actos llenos de amor y Fe “...
Como el acto de amor de levantar esta Iglesia para la comunidad, que ya lleva 85 años agrupando a todos los fieles, y sigue siendo el centro de Fe más importante de nuestra colectividad. Por eso, hoy, en especial queremos agradecerles a ustedes, a nuestro fieles, también a los fundadores, a las damas de la Iglesia, que voluntariamente colaboran para realizar todos los eventos, a los benefactores que con su desinteresado aporte sostienen nuestra Iglesia, al coro y, a toda la comunidad que se acerca a potenciar su fe cada domingo. Con la bendición de Nuestro Señor, les digo, mantengamos el compromiso de potenciar nuestra fe en Cristo."
Concluída la Santa Misa, los presentes se trasladaron al renovado y centenario Salón Siranush del Centro Armenio para dar cumplimiento con el Madag.
Con el salón colmado en su capacidad los presentes pudieron regocijarse con las canciones del Coro Gomidás,dirigido por Mhitar Kutudjian. El violinista Vartan Stepanian y la soprano Ala Avedisian, los alumnos de quinto año del Instituto San Gregorio el Iluminador y el Conjunto de Danzas Armenias Masis brindaron sus bailes folclóricos típicos armenios.
A continuación, el presidente del Centro Armenio, Aram Karaguezian pronunció las palabras conmemorativas de tan importante jornada.
“El Centenario del Centro Armenio, que nació en 1923 con el nombre de Centro Comunitario Armenio, como cristalización de las ilusiones de la generación fundadora sobreviviente del genocidio, no podía obviar en su programa de actos una reunión cuyo significado y cuyos orígenes se remontan a las fuentes de la nacionalidad y ha sido adoptada por nuestra iglesia.
Muy especialmente justificada por la coincidencia de celebrar el 85° aniversario de nuestra Catedral San Gregorio El Iluminador
El “madagh” es una de las tradiciones más antiguas de nuestro pueblo, que se reúne en torno de la mesa solidaria para compartir la comida bendecida en el altar, como ofrenda de amor y respeto.
Desde el inicio de nuestra institución, los principios y las festividades religiosas y nacionales fueron aglutinantes.
A partir de que la visión divina de San Gregorio el Iluminador confirmó el descenso del Salvador en Echmiadzín, la Santa Sede irradió la luz del cristianismo armenio a toda la Nación, desde la vera del Ararat hasta los confines de la diáspora. Nuestra fidelidad a ese faro de cristiandad y a su supremacía espiritual permaneció incólume.
La mirada retrospectiva nos lleva a evaluar la trayectoria. El mantenimiento del culto, la difusión de las enseñanzas de la Iglesia, la educación de las nuevas generaciones según la doctrina de nuestra versión de la fe cristiana, la administración de los sacramentos, bautismos, casamientos, celebraciones religiosas, tradiciones de la iglesia, bendición de los hogares, visitas sacerdotales, sepelios, relaciones con el culto católico y otras confesiones cristianas y no cristianas, la participación en movimientos ecuménicos y la relación con la Santa Sede han sido los objetivos institucionales supremos.
Nuestra presencia en el Registro Nacional de Cultos creó un vínculo indisoluble entre la institución y la Cancillería Argentina, de la que depende la Secretaría de Culto de la Nación.
El Arzobispado representa una autoridad reconocida y respetada.
En un siglo de existencia, el Centro Armenio ha desplegado intensa actividad en el campo de la educación, en el que la antigua Escuela Armenia Arslanian fue la base del sistema educativo comunitario. Innumerables han sido las generaciones de egresados integrados en la sociedad argentina con el orgullo de su origen.
El contacto con la Santa Sede y con su autoridad máxima, el Katolikós Karekín II, es casi cotidiano, fruto del amor de Su Santidad por la feligresía de estas latitudes, cuyas disposiciones se cumplen tanto por parte de las autoridades institucionales como por medio del “locum tenens” de nuestra arquidiócesis, Archimandrita Arén Shaheenián, luego de los prolongados e invalorables servicios de Su Excelencia, nuestro querido Srpazán Monseñor Kissag Mouradian.
Nuestro único objetivo ha sido, es y será servir a la conservación de lo armenio y a través de ello acercar la colectividad a la Madre Patria. Por ello no perseguimos fines sectoriales ni partidarios, nos impulsa el respeto al pueblo de Armenia y al pueblo de Artsaj, que son los únicos que en su rol protagónico se sacrifican día a día y deben pagar las consecuencias de sus errores y desaciertos, si los hay. Nos queda a nosotros aplaudir su progreso, sus logros y conquistas.
Estamos convencidos hoy más que nunca, que desde la tranquilidad y el bienestar de nuestras comunidades no es correcto proponer estrategias que no protagonizamos y cuyas consecuencias no nos afectan en nuestra vida cotidiana. Es la instancia en la que debemos demostrar solidaridad absoluta con quienes sufren y se aferran a la tierra milenaria para conservarla y defenderla también para nosotros.
Hoy más que nunca, y con proyección de futuro, debemos aunar esfuerzos para que las ilusiones de nuestros fundadores no se vean malogradas y consagren nuestra presencia activa en el país. Tenemos conciencia de que las posibilidades de familias e individuos se han menguado por las crisis políticas y económicas que se han venido sucediendo en la Argentina. Debemos estar todos juntos para enfrentar las adversidades. Con nuestras becas de estudios colaboramos activamente en mitigar las dificultades de muchas familias.
Tradicionalmente ha sido el mecenazgo el camino hacia la solución de los problemas que nos afectan. Más de 600 años de ausencia del estado y de dispersión de los núcleos poblacionales nos han entrenado para la supervivencia religiosa, social, educativa, cultural e identitaria en general. Los benefactores junto con el pueblo han forjado este legado, el concurso de todos es necesario para conservarlo y engrandecerlo para las generaciones.
En este centenario debemos agradecer a todos los que nos apoyan en nuestro camino de servicio y consagración.
Muchas gracias.”
Desde Sardarabad y la Asociación Cultural Tekeyan, felicitamos a las autoridades eclesiásticas en su conjunto, a la Comisión Directiva de la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia, a sus colaboradores, por ser invalorables custodios del Centro Armenio, y a toda la Comunidad armenia, que con su apoyo y solidaridad preservan y protegen la Iglesia Apostólica Armenia, la identidad y la cultura armenia.