Hoy es el cuarto domingo después de Pascua, se llama Rojo.

Qahana.am escribe que Rojo es un símbolo de la sangre de los santos de la Iglesia de Cristo martirizados por la fe. 

En los primeros tiempos del cristianismo, cuando los cristianos eran sometidos a severas persecuciones, muchos preferían morir antes que traicionar los principios de fe que el Dios humano, Cristo, confió a la humanidad.

El salmista dice: "La muerte de sus santos es honrosa a los ojos del Señor" (Sal. 115:15). Hoy, en los tiempos que vivimos, no se siente en absoluto la necesidad del martirio. Los santos, que aceptaron voluntariamente la corona del martirio, no tenían otra opción, y fue a través de su muerte, martirio, que dieron vida a Cristo, el Salvador. Hoy, cuando ya no es necesario el martirio a costa de la sangre de nuestros santos mártires, la vida es la respuesta a toda prueba.

De hecho, el derramamiento de sangre, la muerte, la lucha y la victoria han adquirido un significado diferente contra el pecado y el mal. El apóstol Pablo instruye a todos los cristianos con un mensaje. “El que murió, al pecado murió de una vez por todas; y el que vive, vive para Dios. Así mismo, vosotros consideraos muertos frente al pecado, pero vivos para Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Rom. 6:10-11). Hoy, nuestra respuesta a todo tipo de pruebas es la vida. Es viviendo que haremos vivir a Cristo, es por intermedio de nuestro trabajo que probaremos la realidad de nuestra fe. Por lo tanto, oremos para que podamos actuar correctamente en cada situación como cristianos. ¿No dice el apóstol: " Pues consideren a Aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra Sí mismo, para que no se cansen y se desanimen en sus almas.  Aún no habéis resistido el derramamiento de sangre, luchando contra el pecado" (Heb. 12:3-4).