Cada año, el domingo más cercano a la fecha del 15 de agosto, la Iglesia armenia celebra la Fiesta de la Asunción de Santa María, la Santa Madre de Dios. En el Calendario de la Iglesia armenia, esta fiesta es la cuarta de las cinco fiestas principales que se conmemoran y es la más antigua dedicada a Santa María.
En la Santa Biblia, hay poca información sobre los detalles de la vida de Santa María. Como resultado, la historia de su Asunción ha sido preservada y transmitida a nosotros a través de la Santa y Sagrada Tradición de la Iglesia Apostólica.
Después de la crucifixión de Jesucristo, la Santísima Virgen permanece en Jerusalén y vive bajo el cuidado de San Juan Evangelista. Durante casi 12 años, Santa María vive orando, ayunando y, a menudo, visitando la tumba vacía de su amado Hijo. Durante una de esas visitas a la tumba, el arcángel Gabriel se le aparece y le da la noticia de su inminente asunción al cielo. Santa María transmite la noticia a sus familiares y a todos los cristianos, pidiéndoles que la entierren en el valle de Getsemaní. Santa María también le pide al Apóstol Juan que celebre una Divina Liturgia, para que ella pueda recibir la Sagrada Comunión por última vez. Después de recibir la Sagrada Comunión, Santa María regresa a su habitación. Mientras los Apóstoles se preparan para llorar su muerte, San Juan le pide a la Madre de Dios que deje una imagen de su rostro en una tabla de madera. Santa María toma la tabla, se santigua y se lo acerca a la cara. Humedeciendo la tabla con sus lágrimas, le pide a Dios que por medio de la tabla se curen las personas de las enfermedades. Mientras los Apóstoles rodean a Santa María, aparece una luz indescriptible. El Hijo de Dios y los ángeles del cielo aparecen en la habitación. Al ver a Cristo, Santa María muere.
San Bartolomé Apóstol estuvo ausente y no participó en el servicio de entierro de Santa María. A su regreso a Jerusalén, desea ver a Santa María por última vez. Por su pedido, los Apóstoles abren la tumba, pero no encuentran los restos de Santa María. Según Su promesa, Jesucristo había entregado a Su madre a Su reino celestial. Los Apóstoles entregan la tabla de Santa María a San Bartolomé para su consuelo.
Según Moisés de Khoren, San Bartolomé trae la tabla a Armenia. Se guarda en la provincia de Andzav, en un lugar llamado Darbnots. Años después se construye allí una iglesia en honor a Santa María y se abre un convento.
En la Fiesta de la Asunción de Santa María se realiza la Ceremonia de la Bendición de la Uva, y en ese día se bendice la cosecha de todo el año.
La Iglesia armenia tiene un respeto profundo y permanente hacia Santa María. Se pone especial énfasis en su ser madre, su honestidad, su singular espíritu de humildad, su conducta virtuosa y su entrega desinteresada. Para las mujeres armenias, la Santísima Virgen es la encarnación de la virtud, la maternidad piadosa y la protectora de la santidad familiar.
Fuente: Qahana.am