Una semana antes de la Fiesta de la Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la Iglesia Armenia celebra la Fiesta del Domingo de Ramos, celebrando la Entrada Triunfante de Cristo en Jerusalén.
Jesús entra en Jerusalén montado en un burro y la gente se reúne para recibirlo con reverencia, cumpliendo así las palabras del profeta del Antiguo Testamento.
El Evangelio de San Mateo, al relatar la historia, se refiere a la profecía: “Todo esto se hizo para que se cumpliera lo dicho por el profeta, cuando dijo: Di a la hija de Sion: He aquí, tu rey es viniendo a ti! Es humilde y está sentado sobre un asno, y un pollino, hijo de asna.” (Mt 21, 4-5).
A su llegada, una gran multitud de personas se reúne para saludarlo y extienden sus mantos en el camino delante de Él, mientras otros cortan ramas de palmeras y las colocan en el camino. La multitud exclama: “¡Hosanna! Bendito el Rey de Israel que viene en el nombre del Señor” (Jn 12,13).
El Domingo de Ramos, las iglesias se adornan con ramas de sauces y palmeras. Después de un servicio matutino solemne, las ramas benditas se distribuyen a los fieles. Este pasaje de los Evangelios nos recuerda a cada uno de nosotros acerca de la Venida de Cristo, y nos enseña a vivir de una manera que nos haga dignos de estar ante el Señor y exclamar: “¡Hosanna (Alabado sea Dios)! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”