El martes 25 de enero, dió comienzo las Vísperas presididas por el Papa Francisco en San Pablo Extramuros para concluir la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022, informa la Representación de la Iglesia Armenia ante la Santa Sede.
El Arzobispo Khajag Barsamian, Representante de la Iglesia Armenia ante la Santa Sede (Vaticano) fue invitado, junto con otros líderes ecuménicos, a unirse al Papa Francisco en este servicio de oración. El arzobispo Khajag tuvo la oportunidad de presentar el saludo fraternal y los buenos deseos de Su Santidad Karekin II, Katolicós de todos los armenios a Su Santidad el Papa Francisco.
El tema de la Semana de Oración de este año, “Vimos salir la Estrella en Oriente y vinimos a adorarlo” (Mt 2,2) había sido elegido por el Consejo de Iglesias de Oriente Medio. Las iglesias en el Medio Oriente enfrentan muchos desafíos causados por el conflicto, la inseguridad y la emigración. Muchos de los miembros del Consejo residen en Beirut y por eso se vieron afectados por la explosión que sacudió la ciudad en el verano de 2020 mientras preparaban los materiales. Es tanto más llamativo, por tanto, que el tema que eligieron se centró en un símbolo de esperanza, la estrella, que se eleva en medio de la oscuridad.
En su homilía, el Papa utilizó la narración de los Magos de Mateo como paradigma del camino ecuménico. El viaje comienza en el Este, de donde sale el sol, pero los Reyes Magos fueron atraídos en su viaje por su deseo de una mayor luz y un mayor conocimiento. Los Reyes Magos se presentan tradicionalmente para representar a una variedad de pueblos, por lo que en ellos vemos reflejadas diferentes tradiciones cristianas unidas por su deseo común de acercarse a Jesús.
El Papa Francisco señaló que adorar a Jesús juntos es también el final de nuestro camino ecuménico y solo se alcanzará uniéndonos en oración. El Papa señaló también que en el culto, los Reyes Magos abren sus tesoros, símbolo de los dones de las diversas comunidades cristianas. Estos dones están destinados a beneficiar a todo el Pueblo de Dios y por tanto ser compartidos en un intercambio de dones.