Se conmemora "La parábola de las diez vírgenes" (Mt 25: 1-13).

 

Esta parábola del Evangelio cuenta la historia de las cinco vírgenes insensatas y las cinco sabias.

El mensaje nos exhorta a estar atentos y preparados para la Venida de Nuestro Señor Jesucristo.

El Martes Santo, durante el servicio nocturno, diez mujeres jóvenes se acercan al Santo Altar de la Iglesia.

Cinco de las chicas tienen velas encendidas o lámparas de aceite en sus manos, que simbolizan a las doncellas sabias, y las otras cinco tienen velas apagadas o lámparas apagadas en sus manos, que simbolizan a las doncellas insensatas.

 

“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran insensatas y cinco eran sabias; las insensatas, al llevarse sus lámparas, no habían llevado consigo aceite; mientras que las sabias, junto con sus lámparas habían tomado aceite en las tinajas ". Mateo 25: 1-4.

 

Las diez vírgenes fueron al encuentro del esposo.

Se habían despedido del mundo para buscar las cosas de arriba donde está sentado Cristo. (Colosenses 3,1-2) Todas habían traído lámparas.

Solo había una diferencia, las mujeres sabias junto con sus lámparas habían tomado aceite de las tinajas.

Las insensatas no tuvieron sabiduría para llevarse el aceite de sus vasijas.

Las lámparas son la confesión de nuestra fe. ( Mateo 10:27; Mateo 5:15) .

Para obtener aceite hay que triturar algo, sin aceite las lámparas no pueden alumbrar.

Hay gran escasez de lámparas que brillen con vida y enseñanza.

Si confieso que tengo que seguir los pasos de Jesús: “Indignado, no pago los insultos “ ( 1 Pedro 2: 21-23) , entonces la lámpara no brilla si yo pago los insultos. Y para no hacer los ultrajes, algo deber ser aplastado en mí, Esta es mi voluntad, mi honor. Si se aprieta, la lámpara se enciende.

 

Las cinco insensatas tenían poco aceite en las lámparas, entonces mientras decían:

“¡Nuestras lámparas se apagan!”

 

Algo también se había triturado en ellas.

 

La noche profunda y la llama.

 

"Y tardándose el esposo, todas se adormecieron y se durmieron".

Mateo 25: 5.

En esto todas eran semejantes y no hubo castigo por quedarse dormidas. Entonces, no es este sueño lo que significa que han sido tibios o infieles, sino que puede significar que había llegado un momento en el que no podían trabajar.

(Juan 9: 4) Necesitaban guardar silencio.

"Alrededor de la medianoche se escuchó un grito:" ¡Aquí está el esposo, salgan a recibirlo! "

Mateo 5: 6. Entonces todas se despertaron.

Ahora necesitaban las lámparas.

Este fue el grito a las vírgenes en la oscuridad.

Todas tenían oído para escuchar. Ahora tenían que decirlo a la luz, tenían que predicarlo desde los tejados.

Prepararon sus lámparas; pero para alumbrar en medio de la noche tenían que añadir más aceite al que había en las lámparas.

 

Ahora las insensatas experimentaron lo terrible porque sus lámparas se apagaron.

Ahora entendían lo que habían descuidado y querían tener aceite de las sabias.

Pero las sabias  tenían sólo lo suficiente para sí mismas.

No pudieronayudar ni siquiera a las insensatas.

No, las tontas primero tenían que ir con los vendedores, tratar de vivir la vida, tomarse el tiempo para triturar las aceitunas y recoger el aceite en los frascos.

 

La vida es la luz de los hombres.

Por tanto, nadie puede tomar prestada la luz de los demás.

Incluso hoy nos encontramos con personas que viven en pecado, pero tratan de esconderse entre los cristianos. Ganan confianza porque asisten a las reuniones cristianas, en las que son tan buenas personas. Pero llega un momento en que se manifiestan.

 

Cuando se escuchó el grito, ya era demasiado tarde para comprar aceite.

Llegó el esposo y las que estaban preparadas se fueron con él. Más tarde vinieron también las otras vírgenes, diciendo: "¡Señor, Señor, ábrenos!" Pero él respondió: "De cierto les digo que no las conozco". Mateo 25: 11-12.

Habían caminado en presencia de hombres y no habían pensado en el testimonio del esposo.

No había podido hablar con ellas como lo había hecho con María. No las conocía.

 

Que todos, por tanto, nos despertemos para que tenga más sentido recoger el aceite en las tinajas.

 

¡Entonces Velad, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre. (Lucas 21:36).