En el día 41 del período de la Gran Cuaresma, la Iglesia Armenia conmemora la resurrección de Lázaro de entre los muertos.
El Evangelio según San Juan (Jn 11: 11-46) relata la historia.
Lázaro era de una familia amada por Jesucristo.
Era el hermano de María y Marta, que a menudo recibían a Jesús.
Lázaro murió tras sucumbir a una enfermedad.
Al enterarse de que su amigo había muerto, Cristo fue a visitar a la familia y le dijo a Marta:
“Yo soy la resurrección y la vida. Quien crea en mí vivirá, aunque muera…"
Cristo le preguntó a Marta si ella creía esto, a lo que ella respondió:
"Sí, Señor. Creo que tú eres el Mesías, que iba a venir al mundo".
Cristo, de pie ante la tumba, ordenó a Lázaro que saliera, y él apareció, siendo restaurado a la vida. Al hacerlo, Cristo prueba que Él es, de hecho, "Vida y resurrección".
La historia del Evangelio sobre la resurrección de Lázaro contiene el pasaje: "Jesús lloró".
Los judíos, al ver a Jesús expresando dolor, dijeron: "¡Miren cuánto lo amaba!"
La resurrección de Lázaro es un ejemplo de la resurrección venidera de todos los que se han quedado dormidos en Cristo.
El llanto de Jesús demuestra su gran amor hacia la humanidad.