“Tres semanas atrás, fui en una desgarradora visita a Armenia y Nogorno-Karapaj con HART, mi pequeña organización de caridad. Vi los videos de decapitación y tortura de armenios capturados por Azerbaiyán; algunos videos fueron filmados por los mismos perpetuadores desde los celulares de los captivos y enviados a sus famiiares para que vieran las horribles acciones llevadas a cabo hacia sus seres queridos.

También grabé algunos testimonios de testigos oculares muy acongojados.

Envié nuestro informe al Secretario de Asuntos Extranjeros y dejaré una copia a mano en la Biblioteca de la Cámara de los Lores”, dijo la Baronesa Cox en la Cámara.

La Baronesa Cox también recordó que la semana pasada, la organización Human Rights Watch publicó un informe con evidencias de torturas y humillación infringidas por Azerbaiyán a prisioneros de guerra armenios.

Esta organización ha calificado a Azerbaiyán con el grado 10 dentro de la norma establecida como casos de genocidio.

“En el genocidio perpetrado en contra de los armenios hace más de 100 años atrás por el Imperio Otomano, el estimado de 1.5 millones de cristianos de Medio oriente- incluyendo armenios, griegos, asirios, caldeos, sirios, arameos y maronitas- murieron entre los años 1915 y 1923. Este genocidio ha recibido el reconocimiento de muchos países, incluyendo Gales – mi crédito a Gales- pero no en el Reino Unido. En ese momento, el mundo era indiferente, lo que llevó a Hitler, el 22 de agosto de 1939, a decir descaradamente, “Quién, después de todo, habla hoy del aniquilamiento de los armenios?” Hitler consideraba la “solución” armenia un precedente para sus atrocidades contra los judíos. Sabemos muy bien lo que eso significaba”, expuso Caroline Cox.

Cox mencionó que la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio fue una respuesta a las horribles atrocidades perpetradas por los nazis en contra los judíos y significó el compromiso internacional del “nunca más”, introduciendo obligaciones para prevenir, suprimir y castigar crímeness de genocidio – obligaciones que sucesivos gobiernos han desatendido desde hace mucho tiempo.

“Es mi ardiente esperanza que los armenios, quienes están, mientras hablamos, sufriendo otra vez un genocidio infringido por Azerbaiyán y Turquía, reciban el reconocimiento de genocidas que se debe, y que las violaciones al derecho internacional perpetuado por Azerbaiyán y Turquía no queden impunes,” manifestó la Baronesa Cox.