Entrevistamos a Robin Koulaksezian, oriundo de Francia, autor de  Little Armenias (Pequeñas Armenias), una guía turística que detalla todos los sitios de la diáspora armenia en el mundo.

Estudió Relaciones Internacionales en París y trabajó durante cinco años para el gobierno francés. Gracias a su desempeño en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en diferentes embajadas, Robin tuvo la posibilidad de visitar más de 100 países. En 70 de ellos, según afirma, ha encontrado a alguien de origen armenio.

Robin ganó la competencia del Fondo Jóvenes innovadores (YP Innovators Fund) para jóvenes emprendedores armenios en 2019. Por ese motivo estuvo en Argentina unos meses, impresionado por la amplia y activa comunidad armenia.                                                                        

El libro, publicado en 2018 en francés, traducido al inglés y en etapa final de traducción al español, tiene como objetivo brindar información a los viajeros armenios, quienes podrán descubrir lugares, restaurantes, instituciones de la comunidad armenia en el mundo. “Muchos jóvenes ven lo armenio como una caja, como algo cerrado. Yo siempre lo vi como un pasaporte al mundo.”

Robin, vos conocés la diáspora armenia más que nadie. ¿Qué opinión tenés del rol que jugó y que juega la diáspora en el conflicto de Artsaj?

-Es muy difícil cuantificar los efectos reales de la acción de la diáspora sobre la situación en Artsaj, porque la diáspora es muy variada y sus acciones también. Pero una cosa es cierta, la diáspora ha demostrado que está presente para ayudar a Armenia en tiempos difíciles, estoy pensando en particular, en la terrible crisis humanitaria en la que se encuentran miles de refugiados que tuvieron que huir de Artsaj. La diáspora también se construyó con estos eventos, porque muchos armenios que viven en el extranjero se dieron cuenta de la importancia de su país, especialmente cuando está amenazado y en peligro.

Recuerdo que en una entrevista expresaste tu visión de los armenios como un pueblo de viajantes, característica que llevamos en nuestro ADN, afirmaste.  ¿Qué significa tener una visión transnacional?

-Sí, los armenios siempre han viajado mucho. A veces para huir de guerras o masacres. A veces también, por motivos comerciales, como la formidable epopeya "transnacional" de los comerciantes armenios de Nueva Julfa (en Isfahan, entonces capital de Persia) en los siglos XVII y XVIII. Tenían puestos comerciales en docenas de ciudades desde Amsterdam hasta Calcuta pasando por Astrakhan, Livorno y muchas otras. Tener una visión transnacional en el siglo XXI significa ante todo conocernos entre nosotros, en la diáspora. Saber que cada armenio tiene hermanos y hermanas en todos los continentes, y que tenemos mucho que aprender unos de otros. También significa organizarse de forma transnacional, con intercambios escolares, como lo demuestra el muy buen ejemplo de intercambios entre el Instituto Marie Manoogian de Buenos Aires y la escuela Manoogian-Demirdjian de Los Ángeles.

¿Crees que este conflicto nos ha unido en el sentimiento de pertenencia, de identificación con nuestra identidad armenia y con nuestras raíces?

-El futuro lo dirá. Creo que por el momento estamos en una etapa de duelo y reconstrucción. Pero efectivamente, es posible que de todas estas desgracias que nos han afectado en 2020, la guerra y la pandemia, nos permitan tal vez aprender buenas lecciones para hacerlo mejor en el futuro. Y como dices, de hecho, la primera lección es la unidad y el hecho de darnos cuenta de la importancia de nuestras raíces. A menudo es en tiempos difíciles cuando nos damos cuenta del valor de las cosas, y este año 2020 es un excelente ejemplo.

Para terminar Robin, nos gustaría que nos cuentes algún hecho o lugar que te sorprendió en tu recorrido por el mundo.

-Singapur es probablemente uno de los lugares donde más me sorprendió la presencia armenia. En este remoto país, la iglesia más antigua de la ciudad es la Iglesia Armenia. Además, a diferencia de la mayoría de las ciudades del mundo donde la presencia armenia no se enfatiza lo suficiente, en Singapur el legado armenio está presente y promocionado. Todos los mapas turísticos entregados a los visitantes mencionan la Iglesia Armenia, como así también el Raffles, el mejor hotel de la ciudad, que fue construido por los hermanos armenios Sarkies en el siglo XIX. Es cierto que la comunidad armenia de la ciudad solo representa a unas pocas decenas de personas, pero es impresionante ver que en esta metrópolis asiática, la mayoría de los lugareños han oído hablar de los armenios.

Gracias Robin, te esperamos ansiosamente en Buenos Aires para la presentación de tu guía Little Armenias en español.

Sol Tabakian