Los fiscales turcos ordenaron la semana pasada la detención de 68 personas debido a presuntos vínculos con el movimiento Gülen, informó el Centro de Estocolmo para la Libertad citando medios locales.
La oficina del fiscal público en Çankırı emitió el martes órdenes de detención para 11 personas. Los sospechosos fueron acusados de brindar asistencia financiera a las familias de las personas que fueron encarceladas debido a sus presuntos vínculos con el movimiento.
Como parte de una investigación iniciada el mismo día por la Oficina del Fiscal General de Estambul, se emitieron órdenes de detención contra 21 personas por acusaciones de que usaron la aplicación de mensajería ByLock, una vez ampliamente disponible en línea y considerada por el gobierno como una herramienta secreta de comunicación entre los partidarios del movimiento. La policía turca ha detenido a 20 de los sospechosos en operaciones en dos provincias.
El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias (WGAD) del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha declarado repetidamente que el arresto y la condena basados en el uso de ByLock en Turquía violaron los artículos 19, 21 y 22 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha estado atacando a los seguidores del movimiento Gülen, inspirado por el clérigo musulmán turco Fethullah Gülen, desde las investigaciones de corrupción del 17 al 25 de diciembre de 2013, que implicaron al entonces primer ministro Erdoğan, a los miembros de su familia y a su círculo íntimo.
Al descartar las investigaciones como un golpe de estado de Gülen y una conspiración contra su gobierno, Erdoğan calificó al movimiento de organización terrorista y comenzó a atacar a sus miembros. Intensificó la represión del movimiento luego de un golpe fallido que acusó a Gülen de ser el autor intelectual. Gülen y el movimiento niegan rotundamente su participación en el intento de golpe o cualquier actividad terrorista.