Estamos ante una nueva edición de La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo, del arzobispo Hakob Kelendjián. Se trata de la tercera edición de esta obra que se ha convertido en el único libro armenio impreso en más de una oportunidad en el Uruguay. Es decir, no existe ningún otro libro en la colectividad armenia con dos y menos tres ediciones. La primera edición en 1988, la segunda en 2007 y la presente tercera edición en 2021. Este no es un dato menor. Por el contrario, muy significativo por cierto.
Es un honor y una alegría prologar este libro del arzobispo Kelendjián, para el que he colaborado en la revisación y ampliación de la obra, así como para la edición final del mismo. Se publica gracias al mecenazgo del Dr. Daniel Zulamián, su esposa Teresa y sus hijos Sebastián, Pablo y Leonardo, quienes en el año 2014, en el homenaje realizado al arzobispo Kelendjián en sus treinta años de apostolado en el Uruguay, comprometieron la financiación de este libro. Gracias a la generosidad del Dr. Daniel Zulamián, gracias a su desinteresado aporte es que contamos con esta tercera edición.
Al Dr. Daniel Zulamián y familia, muchas gracias.
Hakob Kelendjián ha realizado toda su producción intelectual desde el Uruguay: La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo (Montevideo 1988, en español), Lutero, La rebeldía de un moje piadoso (Montevideo 1994, en armenio), Interpretación de la creación (Montevideo 1995, en armenio), El libro del Eclesiastés (Montevideo 2000, en armenio), Siguiendo las huellas de la Fe y la Razón (Montevideo 2003, en armenio, con motivo del 1700° aniversario de la fundación de la catedral Etchmiadzín), El Árbol de Damasco (Montevideo 2005, en armenio), La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo (Montevideo 2007, 2a. edición en español), Lutero, la rebeldía de un moje piadoso (Montevideo 2013, 2a. edición en armenio), Siguiendo las huellas de la Fe y la Razón, impreso en Ereván, Armenia, en el 140° aniversario de la fundación de la Academia Teológica Kevorkián de Etchmiadzín en 2014, y Lutero, la rebeldía de un moje piadoso, impreso en Ereván, Armenia, en memoria de las víctimas del Genocidio Armenio en 2015. Árbol de Damasco tuvo también su primera edición en Ereván en 2016.
Esta tercera edición de La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo es el resultado del interés por acceder a este libro y conocer la historia de una Iglesia armenia milenaria, con invalorable aporte a la cultura universal, y no tan conocida en el mundo occidental. Esta obra de carácter informativo ha servido de libro de texto para alumnos de secundaria, para la comunidad armenia en general, para quienes investigan sobre las distintas religiones, así como también para muchos seminaristas en el Uruguay que se han interesado en La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo. Pues allí pueden acceder a la historia de la Iglesia armenia a lo largo de 1720 años.
El cristianismo ha sido factor preponderante de la identidad nacional, del ser armenio. Y la historia de la Iglesia armenia es la historia de nuestra nación, y la historia de la nación es la historia de la Iglesia armenia. No es posible estudiarlas por separado. "La historia nacional, apenas es entendible sin la historia de la Iglesia".
La primera parte del libro está dedicada a la historia y martirio de la Iglesia armenia. De cómo era la época precristiana y cómo predicaban el cristianismo en forma clandestina. La tarea de los apóstoles San Tadeo y San Bartolomé a mediados del siglo I. San Gregorio El Iluminador y la adopción del cristianismo como religión oficial en Armenia. "El acontecimiento más grande en la historia de nuestro pueblo: la invención de alfabeto armenio" por el monje Mesrop Mashtots en 406, la traducción de la Biblia, "la reina de las traducciones" por Mesrop Mashtots y sus discípulos en 414 y la epopeya de Vardanants en 451 en donde los armenios son derrotados en el campo de batalla pero triunfan en el campo espiritual. 451 es la fecha de una gloriosa victoria moral de los armenios ante los persas, en defensa de la libertad de conciencia y de la fe. "Mah voch imatzeal mah e. Mah imatzeal anmahutiún e": "La muerte no comprendida es muerte. La muerte comprendida, inmortalidad", es una expresión que se le adjudica a Hermes Trismegisto, antiguo sabio egipcio. También traducida como "Muerte es la muerte inconsciente; mas la muerte consciente es inmortalidad".
Yeghishé, -secretario y soldado de Vardán Mamigonián, clérigo y discípulo menor de Mashtots, autor de la obra Sobre la Historia de Vardán y sus compañeros, dijo: "el cristianismo no es la vestimenta del pueblo armenio, sino el color de su piel".
“La fe fue la base de la existencia armenia, y la Iglesia fue el Arca de Noé para su pueblo”. La fe cristiana es, en resumen, lo que ha mantenido en vida la cultura armenia. Dio forma al pensamiento y la vida interior de los armenios: pasó a ser el color de su piel.
En el mismo sentido, el arzobispo Kelendjián sostiene que "un pueblo que no quiero morir, no muere jamás", en alusión a las palabras de Anatole France, -reconocido escritor, novelista y poeta francés, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1921-, expresadas en su discurso pronunciado en la sede de La Sorbona el 9 de abril de 1916: "Nosotros honramos a Armenia no sólo por sus permanentes sufrimientos, sino por su tenacidad para soportarlos... Armenia expira, pero renacerá. La poca sangre que le queda es una sangre preciosa de la cual nacerá una posteridad heroica".[1]
El autor describe con gran conocimiento momentos trascendentes en la vida del pueblo armenio como la Edad de Oro en el siglo V, la formación del Reino Armenio de Cilicia en el siglo XI y la caída del mismo en el siglo XIV, las sucesivas dominaciones extranjeras, los armenios en el Imperio turco otomano y el genocidio de un millón y medio de armenios, entre ellos más de dos mil mártires religiosos, sobre los que destaca en el libro la personalidad de algunos de ellos.
Resulta muy interesante el capítulo dedicado a la Iglesia armenia en la época del régimen soviético. Así como reconoce los logros alcanzados durante setenta años de comunismo, -principalmente en el mantenimiento de la patria, aunque fuera una ínfima parte de la Armenia histórica-, condena la persecución que sufrió la Iglesia, entre ellas, la destrucción de templos, deportaciones y fusilamientos de clérigos y feligreses. Describe con detalles el período del Catholicós Jorén I, quien fuera víctima de los comunistas armenios en 1938.
El arzobispo Kelendjián ingresó al Seminario en Etchmiadzín en 1972 bajo el período del Catholicós Vazkén I. Entre 1975 y 1976, Kelendjián trabajó en la receptoría de la Residencia Patriarcal en Etchmiadzín. Conoció muy de cerca la personalidad de Vazkén I, a quien describe en su libro como un intelectual, maestro, activista social, diplomático, humilde, sereno y de sabia personalidad, gran predicador, patriota y amado por su pueblo. Por casi cuatro décadas fue responsable de una gigantesca tarea nacional y eclesiástica.
La segunda parte del libro describe la doctrina de la Iglesia armenia. Resulta de mucha utilidad el capítulo que explica los tres concilios ecuménicos (Nicea, Constantinopla y Efeso), el Concilio de Calcedonia (al que la Iglesia armenia no participó pues se libraba la batalla de Vardanants en 451) y el cisma eclesiástico. También la lista de los Diez Mandamientos, que tiene un orden diferente con respecto a la Iglesia católica. Sobre los siete sacramentos, explica in extenso cada uno de ellos, así como también sobre las costumbres religiosas y las diferencias con las otras confesiones cristianas armenias.
La tercera parte está dedicada a los religiosos armenios célebres. Desde el padre de la historiografía armenia Movsés Jorenatsí, que escribió el libro Historia de Armenia; Eghishé, autor de La historia de Vardán y la guerra armenia; el científico armenio más competente de la Edad Media, matemático, experto en cómputos eclesiásticos, astrónomo y teólogo Ananiá Shirakatsí, quien en el siglo VII se refería al planeta Tierra como un cuerpo esférico, redondo; Grigor Narekatsí, autor del Libro de Elegía o Libro de la lamentación y su diálogo con Dios desde las profundidades del corazón, escrito en 1002, poco antes de su muerte (1003). A esta lista se le agrega Jrimián Hairik, Patriarca de Constantinopla y luego Catholicós de todos los armenios. O Soghomon Soghomonián, más conocido como Komitas Vardapet, el padre de la música armenia, arrestado el 24 de abril de 1915 en Constantinopla y deportado. Incluye en idioma armenio y su correspondiente traducción al español, la oración de San Nersés Shnorhalí. Se trata de una oración de veinticuatro estrofas, como protección para las 24 horas del día.
Los sucesivos tratados y la pérdida del territorio histórico de Armenia, particularmente con Turquía y Azerbaiyán, son enunciados a lo largo de toda la obra. Quiero destacar la honestidad y valentía a la vez del arzobispo Kelendjián que denuncia no solamente la pérdida del territorio de Najicheván, "territorio marcado con el estilo y espíritu armenio", arrebatado a Armenia y entregado arbitrariamente a Azerbaiyán por las autoridades de la Unión Soviética, sino que además condena el exilio forzoso de los armenios de la región, la destrucción de las iglesias, los memoriales y los jachkares armenios. La profanación del cementerio armenio de Hin Djulfá en Najicheván en 2005, semejante a lo acontecido en Afganistán por los talibanes que destruyeron monumentos budistas, dice Kelendjián, es un "acontecimiento lamentable e indignante", y "ningún tribunal internacionalmente reconocido pudo detener semejante barbarie cometida e impulsada a nivel estatal". Cuenta cómo el obispo de Etchmiadzín Vahán Terián, -primo hermano de su madre-, salvó en los años sesenta algunas cruces de piedra que mediante entrega de regalías a algunos campesinos azeríes, logró trasladar desde el cementerio armenio de Najicheván, a la Santa Sede de Etchmiadzín. El obispo Terián también salvó de la destrucción la iglesia armenia de Batumi en Georgia y recuerda el arzobispo Kelendjián cuando fue invitado en representación del fallecido obispo a la ceremonia de reapertura de mencionado templo en el país georgiano. Terián es además recordado por haber rescatado y entregado al Catholicós Vazkén I el Evangelio manuscrito considerado el más antiguo en su género, -actualmente conservado en el Matenadarán-, sobre el que actualmente juran los presidentes electos de la República de Armenia.
Pero la Iglesia armenia no es una reliquia del pasado, sino algo viviente, que después de la independencia de Armenia, permitió que el pueblo pudiera volcarse nuevamente hacia la fe cristiana. “El cristianismo en Armenia ha sobrevivido a las adversidades de diecisiete siglos. Hoy goza de libertad para cumplir su misión de proclamar la buena nueva en la República de Armenia y en muchas regiones cercanas y lejanas, donde hay comunidades armenias” (declaración conjunta del Catholicós Karekín II y el Papa Juan Pablo II).
Así como en la segunda edición el autor agrega capítulos dedicados a los religiosos perseguidos por Stalin en Armenia soviética, en esta tercera edición incluye la mención de los catholicosatos armenios de Gandzasar y de Ajtamar, así como una referencia a las miniaturas armenias.
Hakob Kelendjián es el Primado de la Diócesis Armenia en el Uruguay desde su llegada al Uruguay en 1984, Obispo en 1990 y Arzobispo en 2001. Es también un intelectual, escritor, investigador y docente. No es una figura decorativa, al decir sobre los obispos el poeta Hovhannés Tumanián. Hakob Kelendjián es un ser humilde y sencillo, que vive sana y sencillamente para y con su pueblo, acompañando a sus compatriotas en los buenos y en los tristes momentos, en una comunidad como la nuestra, en donde algunas veces como pastor de la iglesia, ha sido "a la vez portero y por qué no, el barrendero"[2], como dice en su poema A Hovhannés Tumanián.
Bienvenida esta tercera edición del libro La Iglesia armenia: Fuente de fe y patriotismo de nuestro arzobispo, un "incondicional servidor de sus convicciones para quien son inseparables nación y religión".
Dr. Gustavo Zulamián Ohanián
[1] Fragmentos del discurso pronunciado por Anatole France, tomado del Documento 519 de Pascual Ohanián, Turquía Estado Genocida (1915-1923), Buenos Aires 1986, p. 571.
[2] Del poema del arzobispo Hakob Kelendjián, A Hovhannés Tumanián, traducción del armenio del a Prof. Antaram Aharonián.