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Diáspora - Mes de la mujer
Nuestras mujeres
09 de Marzo de 2021

Las mujeres han llegado a ser Jefas de Estado, ministras, astronautas, científicas, médicas, artistas, enfermeras, empresarias, escritoras, militares, y en especial, nuestras mujeres armenias, han estado en el frente de batalla, han luchado con sus herramientas codo a codo con los hombres defendiendo el santo suelo armenio.

Son esas mujeres que se volverán a erguir como el ave fénix una y otra vez.

Son las que seguirán manteniendo la estirpe armenia, son las que con su genética transmitirán eso que las hace especiales.

Honor a todas las mujeres del mundo, en especial a todas las pioneras, las valientes, las inteligentes, las atrevidas y aquellas que nos sirvieron de ejemplo.

En este ciclo que durará todo el mes de marzo, recordaremos a muchas de ellas quienes en distintas y muy diferentes áreas de actividades, en todo el mundo,  nos dejaron eso.... el orgullo de ser armenio.

Diana Apcar - (1867-1937)  La primera mujer diplomática armenia del mundo     

 Diana Apgar

Si hay un mundo que abarca al mundo en sí mismo, es el mundo de la diplomacia. Y, de hecho, la política y los asuntos internacionales han tenido nombres de muy pocas mujeres antes de 1950. Armenia fue pionera, puede decirse, porque la breve República de Armenia de 1918 estaba de hecho representada en Japón por una mujer.

Diana Apcar provenía de un linage persa-indio-armenio, entre los armenios que comerciaban en las rutas del Este al Oeste desde el siglo XVII. Era hija de la familia Agabeg, nacida en Rangoon, Burma (Yangon, Myanmar) en 1859, educada en Calcuta y casada con la familia igualmente persa-india-armenia Apcar en 1889 en Hong Kong. Apcar and Co. se estableció en Bombay en 1819, y se expandió hasta abarcar todo tipo de intereses en manufacturas y agricultura en India, Sudeste asiático, hasta Japón, donde Diana y su esposo Apcar Michael Apcar se estableció en 1891. Enviudando en 1906, Diana Apcar tuvo que tomar a su cargo la responsabilidad de llevar adelante su casa así como el negocio familiar hasta que sus tres hijos fueran mayores.

No sería exagerado decir que Diana Apcar era una mujer sumamente capaz. Comenzó a ser notada por sus escritos. Aparte de sus trabajos con la prosa y la poesía, Apcar seguía lo que sucedía con los armenios del Imperio Otomano, frecuentemente comentando acerca de su terrible situación, intentando concientizar entre los occidentales del Lejano Oriente. Trabajadora incansable, mujer devota y religiosa, Diana Apcar fue clave para juntar fondos para proveer de ayuda a las víctimas del Genocidio Armenio.

Su importancia, que la marcó en su camino por el mundo, llevó a Diana Apcar a ser Cónsul de la República de Armenia en Japón –un puesto diplomático tal vez nunca antes ocupado por una mujer en tiempos modernos. Este oficio le permitió hablar en nombre de un estado soberano al contactar personas e instituciones influyentes, tales como cuando escribió al Presidente de Estado Unidos Woodrow Wilson, entre otros oficiales de alto rango. Su estatus diplomático también le permitió hacerse cargo de refugiados armenios quienes de alguna manera lograron llegar a Japón (a menudo vía Rusia) cuando se trataba de lidiar con la documentación y papelerío. Muchas familias encontraron su camino a una nueva vida en la Costa Oeste de los Estados Unidos y en otros lugares gracias a la intervención de Diana Apcar.

El funeral de Diana Apcar en 1937 fue muy concurrido, un testamento a sus esfuerzos en vida en su muerte. Sus descendientes residen tanto en Asia como en América del Norte. Sus restos descansan  en el Cementerio General de Extranjeros en Yokohama, Japón.


 Anna Kazandjian Longobardo- Primera Licenciada en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Columbia.

Anna Kazanjian Longobardo 1928 - 2020

Anna nació en la ciudad de Nueva York de Aram y Zarouhy Kazanjian. Asistió al Barnard College y la Universidad de Columbia, fue la primera mujer en recibir una licenciatura en Ingeniería Mecánica en 1949, y luego recibió su maestría, con honores en Ingeniería Mecánica, de Columbia.

La Sra. Longobardo fue pionera en el campo de la ingeniería y fue una de las primeras mujeres en trabajar a bordo de submarinos y destructores de la Armada de los Estados Unidos. Su trabajo innovador incluyó el aumento de la precisión de navegación para los submarinos que operan por debajo de la profundidad del periscopio, el trabajo en los sistemas de orientación de misiles Atlas y el diseño de armas y balística en los cañones de cola del bombardero B-52. Comenzó su carrera en American Bosch Arma y se unió a Sperry Gyroscope, más tarde Unisys, en 1965 y fue gerente de programas de la Fuerza Aérea, la Administración Federal de Carreteras y los programas del Departamento de Defensa. Cuando se retiró en 1995, la Sra. Longobardo era una ejecutiva senior en el grupo de defensa de Unisys Corporation, al frente de una unidad mundial que apoyaba sistemas militares complejos. 

La Sra. Longobardo recibió el Premio Egleston de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Columbia por Logro Distinguido en Ingeniería, la primera mujer en hacerlo, y fue miembro de la Sociedad de Mujeres Ingenieras. Inspiró a mujeres ingenieras de todo el mundo, apoyando activamente su educación y carreras. Fue fundadora del Fondo Nacional de Educación y Ciencia de Armenia, creado para apoyar a científicos y académicos en Armenia.

La Sra. Longobardo recibió la Medalla al Servicio de Alumnos de la Universidad de Columbia en 1980, fue la primera mujer presidenta de la Sociedad de Alumnos de Ingeniería de Columbia, fue presidenta de la Junta de Visitantes de la Escuela de Ingeniería y fue la primera mujer y presidenta de dos períodos de la Universidad de Columbia Federación de Antiguos Alumnos. De 1990 a 1996 fue Fideicomisaria de Antiguos Alumnos de la Universidad de Columbia y Fideicomisaria Emérita en el momento de su muerte.

Sin embargo, nada hizo más feliz a la Sra. Longobardo que el tiempo que pasó con su familia. Ella realmente creía en el poder del amor y estaba muy orgullosa de su esposo, hijos, nietos, sobrinas y sobrinos. Era una mujer extraordinaria, consumada, leal y generosa, que era una esposa, madre y abuela amorosa.

 

 

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