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Diáspora - Entrevista
Primado de la Iglesia Apostólica Armenia de Brasil, Nareg Srpazan Berberian.
27 de Febrero de 2021

Nareg Srpazan Berberian, Primado de la Iglesia Apóstolica Armenia en Brasil, nació en 28 de octubre de 1967 en Beirut, Líbano.

A los 13 años se  manifestó su vocación por el sacerdocio , a esa edad ingresó al Seminario en Etchmiadzin, donde termino sus estudios. A los 18 años visitó el túmulo de Gregorio de Narek,  y  despúes de eso profundizó   sus estudios sobre el   trabajo del Santo.  Recordamos que el Papa Francisco nombró Doctor de la Iglesia a San Gregorio de Narek el 12 de abril de 2015 durante una Misa celebrada en el Vaticano en memoria de todas las víctimas del genocidio armenio, perpetrado por el Imperio Otomano contra los cristianos hace más de cien años.

Prosiguió sus estudios en New York en el Seminario San Nerses. Obtuvo dos título de Maestria en Teologia en New York y su Doctorado en el año 1999 en el Seminario Teologico de  Richmond Virginia. Su nombre como sacerdote le fue dado por Khajac Srpazan durante la  ordenación.

Sirvió en varias ciudades americanas: New York, Houston, Richmond e Boca Ratón.  Su experiencia lo llevó a mejorar cada vez más.  Sirvió en  los EEUU  durante 21 años. En  2014 fue designado para servir en Brasil y el mismo año fue electo Titular de la Diócesis.  En 2016 fue consagrado Obispo.

Hace siete años ya que ejerce su sacerdocio principalmente en San Pablo, donde hay una comunidad  armenia populosa y entusiasta. La comunidad se vio fortalecida también  por su trabajo y dedicación en la escuela ¨Azkain Turian Varyaran¨ que fuera fundada hace ya 90 años.

Hoy, lo entrevistamos para conocer su pensar y su hacer en la comunidad hermana  de Brasil.

Su Eminencia, todas las comunidades de la diáspora armenia vivieron un 2020  que finalizó muy doloroso, ¿cómo se hace para sobreponerse?

Lamentablemente la pandemia, que aún no ha finalizado provocó esto y jamás imaginamos que una situación semejante podía poner al mundo de rodillas. Muchos perdieron su vida, otros, los trabajos, nadie tiene la vida que antes vivía y por supuesto en este contexto también sufren las consecuencias, las comunidades de la diáspora. Estamos intentando poner de pié nuestras comunidades en todo  el mundo y tratando de revertir la situación al menos en la vida comunitaria local.

La conjunción pandemia-guerra provocó una fuerte crisis de fé en los corazones de los armenios del mundo, los corazones destruidos por las pérdidas se multiplicaron de este a oeste, de norte a sur. La tecnología nos ayudó con transmisiones online de las misas, para algunos alcanzó, otros se desconectaron de la fé, ¿cómo volvemos?

En estos tiempos de pandemia ocurrieron muchas cosas, primero tuvimos que lamentar muchas muertes, muchos perdieron sus seres queridos, sus trabajos como lo mencione anteriormente. Sin embargo, siempre tenemos que buscar la parte positiva en todo. Por ejemplo, la unión familiar se fortaleció porque almorzaban y cenaban juntos, los padres estaban en casa acompañando a sus hijos, se dieron oportunidad de charlas, incluso las referidas a la fe.

La pandemia provocó que nos cuestionáramos si acaso Dios nos la envió para fortalecer la familia y la fe, y en ese contexto muchos se acercaron a la Iglesia, me consta, y seguramente ocurrió lo contrario también, muchos se alejaron.

Es cierto lo que usted cita, que ahora tenemos la transmisión de las misas online o las reuniones virtuales, el caso es que la tecnología siempre estuvo presente, pero nosotros no la utilizábamos porque lo nuestro era presencial.

Todo esto de un modo u otro afectó en la vida de cada persona, sea para bien o para mal. Por ejemplo, las misas online comenzaron como una novedad y era mucha la cantidad de gente que las seguía, hoy ese número se redujo. Hay muchos factores para analizar que sólo el tiempo nos permitirá evaluar.

Hoy, a pesar de que las iglesias están abiertas con las restricciones correspondientes, la gente igual tiene miedo, y hasta que la vacuna o la cura esté para todos, cosa más lenta y compleja en Sudamérica que en América del Norte, tanto la actividad de la Iglesia como todo lo referido a la cultura seguirá afectado.

Entonces, debemos encontrar distintos medios que recompongan la situación comunitaria post pandemia.

Su sacerdocio lo hizo peregrinar por distintas comunidades de América del Norte, de repente fue designado para la otra América, la del Sur, ¿qué diferencias encontró entre las dos sociedades?

Viví 25 años en los EEUU, en distintas ciudades, la última de ellas fue Boca Ratón, en Florida, la diferencia es que las Diócesis de las dos costas de los EEUU son las más organizadas del mundo en la diáspora. ¿Porqué? Porque tienen un estatuto que claramente delinea cuáles son las obligaciones del líder espiritual, cuál es la posición de los miembros del consejo de la diócesis, cuál es la tarea del eclesiástico, y la de la feligresía. Todo está muy claramente definido.

Acá, en Sudamérica, más específicamente en Brasil, hay un estatuto pero no es tan perfecto como aquel que les mencioné. Esto hace una gran diferencia, ya que la claridad en todos los aspectos fortalece a la Diócesis.

En segundo lugar, cada comunidad tiene sus propias instituciones organizadas, las damas de la Iglesia, los jóvenes, la escuela, las clases de apoyo de los domingos, todas estas organizaciones dependen de la Iglesia siempre hablando de los EEUU, acá en Sudamérica tenemos la gran ventaja que la Iglesia es sólo una, dependiendo de la Santa Sede de Etchmiadzin, eso ya de por sí es una gran cosa. Imagínense con la poca población de armenios acá en Sudamérica, tener una iglesia dividida. Agradezcamos entonces que la gente de Sudamérica fue más inteligente y supo ver claramente esa ventaja.

Los feligreses ¿difieren según su país? El idioma, ¿influye?

Sí claro que influye el idioma. Si te presentas a un armenio sólo en armenio, si no entiende, no puede crear conexión. En la diáspora, ese es un tema de mucha importancia. Por el otro lado, si oficiamos la misa ya sea en portugués o en español en su totalidad, la Iglesia Armenia pierde su identidad. Entonces, estamos en medio de dos fuerzas. Los jóvenes no entienden el armenio, no lo hablan, si la homilía la hacemos solamente en armenio, ese joven no va a entender nada ni tampoco vamos a provocar su cercanía a la Iglesia.

Entonces el idioma nativo es muy importante incorporarlo en nuestra comunicación pastoral porque de otro modo perdemos a los jóvenes de matrimonios mixtos, a los que no hablan el armenio o los que profesan otra religión, que de esa manera estarían siendo empujados fuera de nuestra Iglesia Apostólica Armenia.

Tenemos que estar preparados para sin cambiar nuestra identidad, sin modificar nuestra Santa Misa, incorporar formas para que  todos puedan seguir la Santa Misa. En verdad, el 70 por ciento de la gente no entiende la misa, pero al ser creyente la sigue, por su formación o porque así le fue transmitido de generación en generación. Pero, que bueno sería si la entendiera, si pudiera seguir  la lectura de los salmos, el significado de los cánticos... eso los uniría a la Iglesia.

Brasil, en especial San Pablo, es una comunidad con una sociedad armenia muy activa, ¿cómo la encontró?

Hasta hoy lo es. Tenemos importantes miembros de la comunidad que apoyan nuestra Diócesis, y así quiero que se mantenga, siempre fuerte.

La Iglesia es la Institución que puede juntar a todas las demás dentro de su ámbito y si hoy nuestra Iglesia se debilita, todas nuestras instituciones se debilitan. Tenemos un importante apoyo permanente desde la Unión General Armenia de Beneficencia, cuyo nexo es Mónica Nalbandian, quien nos ayuda en la Iglesia, la escuela y en todo que sea necesario haciéndose eco inmediatamente de todo lo que solicitamos.

Personalmente estoy en contacto con todas las instituciones, porque estoy convencido de que la unión hace a la fuerza, algo que repito siempre.

La unión hace que nos mostremos más fuertes, hace que el resto de la comunidad hable de nosotros como una comunidad sólida, así quiero que se muestre siempre, siendo ejemplo para otros.

Los Paulinos tienen un sentimiento armenio profundamente arraigado, durante la reciente guerra, ¿cómo se organizó la comunidad de San Pablo?

Esto comenzó de una manera muy interesante. El día anterior al comienzo de la guerra, estuvimos manteniendo una larga reunión con Azaduhi Simonian la asesora para Asuntos de la Diáspora de la República de Artsaj, con todos los miembros de la comunidad de Brasil, via zoom. Al día siguiente comenzó la guerra.  Al haber establecido una relación tan reciente, Azaduhi Simonian se comunicó conmigo para explicarme lo grave de la situación y de las necesidades urgentes que el momento exigía. Dos días después la ayuda económica de Brasil fue enviada, gracias a toda la comunidad. Luego, con el correr de los días, con diferentes acciones de la Iglesia, por ejemplo el prendido de velas los domingos, la caravana que se organizo con casi 400 autos alrededor de la ciudad dando a conocer nuestra causa, la iniciativa de la Unión General Armenia de Beneficencia de duplicar el monto de las donaciones a ser entregadas al Fondo Nacional Armenia provocó gran interés. Estuvimos presentes.

El haber estudiado en el seminario de Etchmiadzin y luego de haber obtenido dos maestrías  en Teología  y un doctorado en EEUU, ¿le cambió la visión de cómo llegar a la gente?

Comencé en Beirut en la Escuela de Tekeyan, de ahí directo a Etchmiadzin, allí estudié por 7 años, y por sugerencia de SS Vazken I, Catolicós de Todos los Armenios fui enviado a Nueva York, 4 años después recibí mi primer maestría, luego de ello debía ser ordenado sacerdote, pero como todavía tenía 23 años y debía esperar la edad  para ser ordenado, decidí seguir estudiando para no perder el tiempo y así obtuve mi segunda maestría y en 1992 fui ordenado sacerdote célibe por Hadjag Srpazan y de ahí fui sacerdote en distintas ciudades de los EEUU, y estando en Virginia decidí realizar el doctorado en Teología.

Esta formación me ayudó en conferencias, en mi presentación en distintos ámbitos,  pero no creo que haya influido en la forma en que me puedo acercar a la gente.

Hay muchos sacerdotes de la iglesia que no han tenido la formación que obtuve en mi vida, sin embargo se acercan de manera brillante porque tienen eso que ellos mismos generan desde la fe, a través de la experiencia de vida, no a través de los títulos que obtienes.

En 25 años he adquirido experiencia, me he equivocado y he aprendido de esos errores, hoy, al frente de la diócesis soy muy cuidadoso y evito cometer demasiados errores, el único que nunca se equivoca es Nuestro Señor Jesucristo quien igual fue crucificado, imagínense entonces nosotros cúan preparados tenemos que estar nosotros.

¿Monseñor, qué necesita el hombre o la mujer de hoy para conectarse a la Iglesia Armenia?

Antes que nada, tal como lo mencionamos anteriormente, el modo de concetarnos es el idioma. Hay que manejar el idioma de la feligresía.

En segundo lugar, hay que realizar un proceso de enseñanza, a través de charlas sobre el Evangelio, lecturas bíblicas, deben  ser interesantes para que la gente venga, hay que preparar publicaciones y lo que es lo más importante es el trabajo pastoral,  el sacerdote tiene que ser activo, realizar su tarea diariamente.

El Obispo mismo es un pastor, ese es el trabajo para  acercarnos a la juventud, si hoy necesitara hacerlo juntaría 100 jóvenes inmediatamente.  Hay que trabajar…cuando llegué a San Pablo, los jóvenes no sabían cómo dirigirse a mi diciendo ¨Asdvadz Oknagan¨, hoy hasta los niños de seis o siete años se me acercan y así me saludan. Es poca cosa, pero, me hace feliz.

Como tenemos la escuela armenia, esto nos ayuda  a realizar la tarea de aprendizaje más fácilmente, porque estoy en la escuela y los chicos están en el ámbito de la Iglesia. Hace poco, hice obligatorio que todos se presenten en la Iglesia a rezar la oración, el Hayrner,  y después se dirijan a sus aulas. Eso en sí mismo es una ayuda para que los niños crezcan dentro de la Iglesia, la sientan propia, la incorporen desde la infancia. La clave está en enfocarnos en la educación, nuestros sacerdotes deben trabajar a diario en eso, hablando con los jóvenes, los niños, encontrando los canales de comunicación para establecer los vínculos.

Tal vez no todos se acerquen, pero sí muchos. Cuando a un joven le proponemos venir el domingo a realizar la lectura de los salmos, se sorprende porque nunca nadie antes lo había hecho.

Nosotros creemos que los jóvenes están en su mundo, tratemos de entrar nosotros a ese mundo. Seguramente vamos a descubrir cosas muy interesantes.

Cuándo SS Karekin II, Catolicós de Todos los Armenios, lo designó para Brasil,¿qué sintió? Usted, ¿hablaba portugués?

Por designación de SS Karekin II, Catolicós de Todos los Armenios fui designado para la Diócesis de Brasil en 2014. Jamás imaginé que eso podría pasar, sin embargo, ocurrió. Como sacerdote es mi deber ejercer mi misión en cualquier lugar del planeta. Debo reconocer que los primeros tiempos fueron difíciles al no conocer el idioma y la sociedad. Hoy, ya son mi familia, muy cálidos y amistosos. Son muy respetuosos  hacia el ecleseástico y eso también es muy importante.

Lo último, ¿nos puede dejar su mensaje esperanzador?

Es muy importante que la diáspora se mantenga siempre muy  fuerte y organizada, sin una diáspora organizada nuestra Armenia se debilita, más aún puede estar en peligro, no existir…

Rezo para que nuestra Armenia, para bien de nuestras hermanas y hermanos tenga los mejores gobernantes que puedan hacerlos vivir mejor, sin perder ningún trozo de nuestro teriitorio, al contrario hacerlo crecer y progresar en tecnología, en calidad de vida, y provocar que  los Estados del mundo nos miren con respeto, que dejemos de ser débiles y no ser blanco de golpes a diestra y siniestra como consecuencia de ello.

Es mi esperanza que en el corto plazo tendremos los gobernantes que harán que esto suceda.

Nareg Srpazan  fue un placer para Sardarabad conocerlo y quedamos a su disposición para todo lo que sea difusión de su trabajo en Brasil.

Muchas gracias!

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