El año 2020 está llegando a su fin.

Fue el año más duro de nuestra nueva historia.

Duro por sus pérdidas,

Duro por  sus consecuencias,

Duro por sus lecciones.

Pasamos por pruebas severas.

Me gustaría enfatizar una vez más:

Nuestra gente no perdió,

Tampoco nuestros soldados

Tampoco nuestros ciudadanos,

Los armenios no perdieron.

Durante la guerra, los hijos de nuestro pueblo demostraron un espíritu de lucha indescriptible, un heroísmo excepcional, coraje y resistencia.

El resultado de la guerra y la situación actual se debe a la desorganización, la irresponsabilidad y la falta de profesionalismo en las diversas esferas del  gobierno.

Esta página debe estar cerrada.

Me inclino de nuevo ante la memoria de nuestros héroes caídos.

Les deseo a nuestros soldados heridos una pronta recuperación. Necesitan nuestra atención y cuidado diario.

Expreso mi agradecimiento a todos nuestros compatriotas que mantuvieron firme la retaguardia de los soldados.

El estado y el gobierno deben hacer todos los esfuerzos posibles para determinar el destino de los desaparecidos y devolver rápidamente a todos los cautivos y rehenes a casa.

El estado y el gobierno deben garantizar la protección y seguridad de los habitantes y comunidades de las fronteras y zonas fronterizas del país.

Nuestro camino posterior es muy difícil y está lleno de pruebas. Tenemos heridas muy profundas.

Pero también tenemos la experiencia y las ganas de recuperarnos, ponernos de pie y ganar.

La unidad no tiene alternativa.

La memoria de nuestros héroes caídos obliga a todos los armenios a unirse en torno a la Patria y consolidar nuestras fuerzas.

Para superar la situación actual, es necesario tener una visión clara, una estrategia y un plan realista.

Cualquier palabra, promesa o apelación es en vano si cada uno de nosotros no está en nuestro lugar y no actuamos con toda nuestra responsabilidad.

Queridos compatriotas,

Restaurar el Estado hace treinta años fue un sueño para nosotros.

El año que viene celebraremos el 30 aniversario de la independencia de Armenia. Debemos poder hacerlo con dignidad y con la cabeza en alto.

Mantengamos firmemente nuestra soberanía, condición de Estado, valores nacionales y espirituales.

Primero debemos poner nuestra casa en orden.

Nuestro futuro está en nuestras manos.

A partir de ahora, no tenemos derecho a vivir una vida apartada de la realidad, una vida en Facebook, virtual e irreal.

Hoy es necesario:

 dirigir todos nuestros esfuerzos para resolver problemas reales,

 cambiar la mentalidad,

 formar de nuevo nuestro concepto nacional y estatal,

reevaluarnos y lo que tenemos,

reestructurar la administración pública, la economía,

ejército, diplomacia y, por supuesto, educación y ciencia.

Y todo esto

por el bien de una Armenia fuerte y segura,

por el bien de Artsaj,

por el bien de fortalecer la fe y la confianza de la Diáspora en la Patria.

El pueblo armenio ha tenido gloriosas victorias y dolorosas derrotas a lo largo de su historia.

Nuestra existencia es una historia y una prueba de victoria.

Y estoy seguro de que los armenios y Armenia aún celebrarán nuevas victorias.

¡Que el 2021 nos una y mantenga fuerte nuestra solidaridad, esperanza, fe y amor!

¡Paz y prosperidad para Armenia, Artsaj, la Diáspora y todo nuestro pueblo!

¡Dios nos bendiga a todos!

¡Feliz año nuevo!