"La catastrófica guerra desatada por Azerbaiyán (con apoyo turco), contra Artsaj y Armenia de hace cuatro años, cambió radicalmente nuestras vidas", dice el ex defensor de derechos humanos, Arman Tatoian.

"Ahora nuestros corazones están llenos del recuerdo de nuestros héroes, víctimas inocentes, que lucharon por la Patria, ofreciendo sus vidas, y así, aseguraron nuestra existencia y defendieron el Estado con sus hazañas.

La historia del destino de cada uno de ellos es un testimonio de un espíritu poderoso y de patriotismo, una prueba de educación en los valores nacionales y estatales.

Todavía hoy soportamos las consecuencias de la guerra, el destino de nuestros compatriotas desplazados, desaparecidos y capturados por la fuerza, como resultado de los ataques armados de Azerbaiyán, así como el sufrimiento causado al pueblo por la ocupación de los territorios de Armenia y Artsaj, por parte de Azerbaiyán.

Desafortunadamente, a costa de soportar las desastrosas consecuencias de la guerra, nos dimos cuenta de que las personas que anteponen sus intereses y su posición personal al Estado, que están dispuestas a tomar medidas para debilitar al Estado, sólo para encubrir sus errores personales, nunca deberían ocupar cargos públicos.

Esto es incluso más peligroso para el Estado, que el enemigo que está obsesionado con destruirlo.

Debemos mantener viva la fe para levantarnos, debemos llevar adelante nuestro compromiso de lograr la paz con justicia, tener un Estado poderoso y la solidaridad de los armenios del mundo", escribió Arman Tatoian.